Ficha Técnica
Título original: The Taking of Pelham 123
Título para Latinoamérica: Rescate en el Metro 123
Director: Tony Scott
Guión: Brian Helgeland (basado en la novela de John Godey)
Género: Acción
Reparto: Denzel Washington, John Travolta, Luis Guzmán, Victor Gojcaj, Gbenga
Akinnagbe, John Turturro, James Gandolfini, Brian Haley, Ramon Rodriguez, Jason
Butler Harner, Michael Rispoli, Tonye Patano, Jason Cerbone, Chance Kelly, John
Benjamin Hickey, Adrian Martinez
Productora: Columbia Pictures (Sony)
País: USA –Duración: 107 mts.
Estreno en Argentina. 2009
En esta nueva versión del clásico policial de 1973 —escrito por John Godey—, la
modernidad tecnológica (entronizada por la computadora), será de vital
importancia en la consecución de la trama. El metro, subsidiario de la
conectividad en tiempo real, emergerá del subsuelo triunfante.
Dos películas han bebido de la fuente de inspiración de Godoy: en 1974, Joseph
Sargent dirigió a Walter Matthau y Robert Shaw, en The Taking of Pelham One Two
Three, sobre una toma de rehenes en el metro (subte) neoyorquino. Y en 2007, una
remake televisiva.
La historia se despunta en los suburbios de la estación Pelham (de ahí toma su
nombre el film), en New York. Un grupo comando decide tomar una formación en su
poder, amenazando con liquidar un rehén por cada minuto, si sus peticiones no
son satisfechas.
Los secuestros extorsivos, forman ya, parte de un paisaje clásico de los tiempos
que corren. Los hay de distintos niveles jerárquicos dados su complejidad. Y
este, es uno de ellos. Todos los condimentos que tipifican “el género de
acción”, han sido puestos por el director del film. Esta pieza es un raro cóctel
de acción y suspenso. Los ingleses acuñaron el vocablo thriller (del verbo
thrill: asustar, estremecer, emocionar), para describir escenas de ritmo rápido,
mucha acción, y un variado dispositivo para atrapar al espectador. La versión
“quintaesencial” del thriller, es el suspenso en toda su magnitud. Rescate en el
Metro 123, abreva en las mieles de la acción-thriller simbióticamente.
Denzel Washington (Walter Garber), encarna a un consejero del despacho del metro
de marras. Su contrapunto —la voz del otro lado del teléfono—, es John Travolta
(el enigmático Ryder). Juntos, en un juego de múltiples planos y contraplanos,
eternizarán la emoción y el suspenso referido. Los diálogos descanados sin
tamizar, los rostros agudos y estresados, abren y cierran escenas. Con ritmo
incesante en su inicio, sin hesitación que lo aplaque; la narración logra un
punch envidiable. El cuestionamiento era si podía sostenerlo. Y sale indemne en
el intento.
La técnica del “plano travelling” (de giro de 360 grados sobre su eje), es
magníficamente utilizada en una disputa verbal entre el Alcalde de New York, su
a látere y un agente del FBI. La lente de la cámara logra un efecto envolvente
de esa tensa situación, potenciando su impacto mediático de manera increíble.
Dicho dispositivo se logra mediante la montura de la misma sobre rieles. Logra
un desplazamiento uniforme hacia delante, hacia atrás, y a los lados. La
profundidad de campo es ampliamente generosa y propiciatoria.
La película cuenta con un aditivo singular: la empatía lograda en plano por los
protagonistas. El tándem Washington-Travolta, encarrila “hacia el cenit”, una
trama que al promediar decae en interés. Es dable el suponer, que tras un
vertiginoso comienzo, la meseta posterior, es inminente. No obstante este punto,
otra vez podemos sentenciar que: el rol de los mencionados, es superador al
guión en su conjunto. No es un demérito, muchas veces ocurre, y las estrellas
eclipsan todo el fotograma. La resiliencia es connatural de los abismos, pero
los transforma en tibias llanuras, para volver a pensar la historia.
Mucho se ha comentado, sobre la descollante actuación de John Travolta,
componiendo al líder de los terroristas del metro. A no dudarlo, este personaje
le “queda pintado”. Tanto su fisic du rol, ora de carismático interlocutor, ora
de delincuente con profundos trastornos antisociales, dan vida a un verosímil
irrefutable. Travolta “es el psicópata de libro” que se estudia en la teoría
académica. Bien lo describe el DSM IV (Manual Diagnósticos y Estadísticos de los
Trastornos Mentales–APA) a estos personajes: no les importa los valores de los
demás, los aborrece. Le da lo mismo, matar que no hacerlo, no tienen culpa.
Ahora, ¿cómo ha logrado tan buena máscara escénica este actor? ¿Se deberá a
capacitaciones recibidas por RR.HH en línea? (¿es decir por lecciones de
dramaturgia?). Desde Tribuna adherimos a otra hipótesis que conlleva a
validación y certeza. Nos referimos, a su incursión en la pseudociencia llamada
“Dianética (Dianétika) o Cientología” (Cientology). Todo un logro por cierto,
otra vez, de lo malo, se puede obtener réditos generosos en otros aspectos.
De todas maneras Denzel Washington logra superarlo tras un andar más
plástico. Nos referimos a la multiplicidad de personajes que conlleva en la
narración. El cambio de caracteres, de movimientos, de tiempos, etc. Logra una
acabada interacción entre sus gestos, palabras, discursiva, y dramaturgia
jugada. Mantiene la condensación en el plano, la cual es muy esquiva en el thriller.
Rescate en el Metro 123, de parabienes: prueba superada.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 4 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Denzel Washington 5 Tribunas (¡excelente!)
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima