Un ministro, de la cartera que sea, es seleccionado por el gobernante de turno e históricamente lo elegía sobre la base de dos características fundamentales, a) capacidad en el área que debe comandar y b) que responda a los lineamientos políticos del gobierno o por lo menos que no sean antagónicos. Es decir, el conjunto de ministros es – en cualquier país normal – un grupo de técnicos que aplicarán políticas y medidas conducentes a favorecer a la república y su pueblo e indirectamente al gobierno.

    Visto y analizado desde la teoría pura, no hay objeciones, siempre que se dediquen y trabajen como se espera que lo hagan, pero si eso no ocurre y se los mantiene contra vientos y mareas, entonces algo está fallando. Si a cada rato aparecen haciendo declaraciones en radio y televisión, explicando, discutiendo o atacando a quién critique al gobierno, están dando la triste impresión de que son sólo voceros.

    Si a todo esto agregamos la soberbia de todos ellos y un vocabulario mediocre en algunos, vemos con asombro un nuevo tipo de funcionario, el que está para ocupar un puesto mientras que las medidas y directivas para su cartera las da otro.

    Tomemos por ejemplo cualquier ministerio, vemos que el ministro por más que sea genial en su especialidad, no puede hacer nada por iniciativa propia, uno tiene la sensación de que “alguien” le ordena lo que debe hacer o decir; específicamente en Economía aparecieron las grandes ideas de cambio, concebidas para no cambiar nada, y salvar la inexistente credibilidad del INDEC, son absurdas mientras no se haga una cirugía profunda y se extirpe el cáncer que tiene. Por supuesto que Amado Boudou no fue el de la idea. ¿Qué universidad va a respaldar el engaño? , nadie tira por la borda el prestigio ganado en años.
    Para controlar si saben sumar, dividir, multiplicar, sacar porcentajes y hacer gráficos no se necesita a la UBA ¿o es que ahora para salvarlo a Guillermo Moreno van a culpar a los empleados de incompetentes? Cada vez que el INDEC sale a dar sus “números” mágicos el mundo entero se ríe, gracias a los manejos del súper secretario hemos perdido por completo la credibilidad. Y ahora pretenden hacer lo mismo con el INTA.
    Los ministros que quisieron hacer las cosas bien ya no están, algunos renunciaron y a otros los renunciaron. Nadie puede oponerse a los caprichos del “poder oculto” sin sufrir las consecuencias.
    En los últimos tiempos hay una suerte de presencia mediática por turnos de varios ministros a los que se les han sumado diputados y hasta jueces. Todos salen a aclarar o desmentir algo con un mismo libreto y en algunos casos como la diputada Diana Conti con expresiones y caprichos totalmente reñidos con su investidura. Pero el molde es igual: gritar, enojarse, dar cifras falsas y no dejar hablar; una fórmula simple y ordinaria, propia de los ineptos que no saben cómo discutir o que no tienen fundamentos válidos para sostener un debate con altura. Bueno, las víboras no vuelan, sólo se arrastran.
    Todo el mundo salió a solidarizarse con el diputado Agustín Rossi cuando lo escarcharon en varias ciudades de Santa Fe, pero si lo escucharon en la entrevista de Ernesto Tenembaum en Primera Mañana, por radio Mitre, se habrán dado cuenta de que los santafecinos tenían razón.
    Retomando el rol de los ministros a los que podemos agregar a muchos secretarios, se tiene la sensación de que no cumplen con sus funciones y sólo están para ser los “voceros”, ¿es que nadie en el gobierno se ha percatado que si deben estar todos los días desmintiendo y explicando es porque las cosas andan muy mal?, dan la triste impresión de ser parte de la nueva versión de ese mítico monstruo de la mitología griega, la policéfala Hidra.
    En la mitología griega, la Hidra (Hidra de Lerna) era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala y aliento venenoso a la que Heracles mató en uno de sus doce trabajos. En ningún momento se hace referencia a que cada cabeza era totalmente independiente, más bien se trata de dar la impresión de un ser poderoso que subsistiría aunque perdiera una o varias cabezas.“…Apolodoro explica que no podría derrotar a la Hidra de esta forma, ya que al cortar una nacían dos mas, Heracles cortó todas las cabezas y quemó los muñones para evitar que salgan otras, hasta que cortó entonces su única cabeza pensante . . . y la enterró bajo una gran roca en el camino sagrado…” .
    Interesante relato mitológico que como todos tratan de dejar una lección de vida. Lo increíble pero cierto es que el mito se ha corporizado en la Argentina, nuestro problema es el mismo, tenemos una Hidra en el gobierno con el agravante de que ha perdido la razón y se ha transformado en un tremendo peligro, que está haciendo hasta lo imposible para destruir todo como un ejemplar castigo.
    No se puede entender que habiendo miles de personas con hambre, que buscan restos de comida en la basura para subsistir y millones en la pobreza, destine cientos de millones para televisar fútbol, es una perversión absoluta condenar a millones a seguir en la indigencia. Nadie en su sano juicio puede hacer algo así, excepto que tenga la intención de cometer un genocidio. No hay justificación.
    Por si no se ha percibido la dimensión de esta perversión y su escandaloso efecto: comer es cosa de todos los días para una familia, partidos de fútbol hay uno o dos por semana y no son nutritivos.
    ¿Cuántas personas pueden comer con siete millones de pesos por día? , dependiendo de la cantidad y calidad podemos hablar de entre 500.000 y 700.000. Ese número de personas hoy no tiene que comer porque hay que sostener Aerolíneas Argentina, que sólo es un cáncer para el erario público. Pero tenemos “aerolínea de bandera” mientras se nos mueren cientos de chicos por desnutrición. Es evidente que no es prioridad para el gobierno la salud ni el bienestar de los más necesitados.
    Algún funcionario seguro saldrá a decir que el congreso votó una Ley y ellos la hicieron cumplir, lo que es cierto, como también es cierto que tanto los diputados y senadores que votaron y sigan votando leyes que condenen a los desamparados a una muerte segura, son cómplices del gobierno, son tan culpables de genocidio como ellos.
Señores abogados de todos los sectores políticos, ¿cuándo el gobierno destina dineros públicos para obras o asuntos que no son vitales y deja morir de hambre a ciudadanos sin recursos, eso no está contemplado como “abandono de personas seguido de muerte” que es un delito grave?. No sólo se necesita un arma para matar a un semejante y ser un asesino, también si se lo deja morir sin hacer nada por salvarlo, pudiendo hacerlo, también se es un asesino. Uno es por acción y el otro por omisión, ambos causaron la muerte.
    La definición de crimen contra la humanidad o crimen de lesa humanidad recogida en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional comprende las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualesquiera actos inhumanos que causen graves sufrimientos o atenten contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un accionar generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicha acción.
    Se tipifican once delitos, entre los cuales está el que nos ocupa en esta cuestión:
    Exterminio: imposición intencional de condiciones de vida, entre otras la privación del acceso a alimentos o medicinas, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población.
    ¿Alguno duda ahora para qué quieren desesperadamente los “Superpoderes”? No es para gobernar, ni para beneficio del pueblo. La Hidra era un despiadado monstruo que sólo pretendía la destrucción del hombre (Heracles) por venganza. La actual es igual.

José Alberto Gil