Hace unas horas, el Gobierno ordenó que se investigara a otras seis obras sociales sindicales que operaban con las droguerías sospechadas de haber suministrado medicamentos adulterados. Según cuenta diario La Nación, "el anuncio lo hizo el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), Ricardo Bellagio, un día después de que la presidenta Cristina Kirchner decretara, a pedido de la Justicia, la intervención de la Obra Social Bancaria Argentina (OSBA), que dirigía Juan José Zanola.

    Las obras sociales bajo sospecha son la de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, del Personal de la Actividad del Turf, de Agentes de Lotería y Afines, del Personal Gráfico, de Empleados Municipales de Avellaneda y de Aeronavegantes. Así lo confirmaron a La Nacion calificadas fuentes sindicales, que agregaron que podía haber más entidades en la misma situación". 

    Muy linda la noticia, si no fuera que Bellagio oculta la verdad cuando dice que hay sólo siete obras sociales con contratos con droguería San Javier y otras firmas cuestionadas. Tres puntos a tener en cuenta:

    1- Como socio menor de su jefe histórico, Néstor Vázquez, Bellagio sabe perfectamente que son casi 70 —por lo menos— las obras sociales que le compran a San Javier, y al combo de empresas del Grupo —Capaccioli-Vázquez -Bellagio— ya que él mismo, para aprobarles los balances en los últimos 10 años —en los últimos gobiernos, en todos, ocupó el cargo de "Gerente de Control Económico Financiero" de las obras sociales— exigía a cambio la contratación de esta droguería y de empresas de prótesis de Capaccioli. También exigía poner publicidad en el programa de cable de Vázquez-Capaccioli Curarse en salud y en la revista del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UBA.

    2- De las 300 obras sociales que por las leyes 23.660 y 23.661 deben entregar anualmente a la Superintendencia todos los contratos prestacionales, sólo un pequeño número —no mayor a 50— por año cumple, según los propios informes de los más de 100 síndicos médicos, abogados y contadores que tiene la Superintendencia. Los contratos que presentan este pequeño grupo de obras sociales, sólo muestran una pequeñísima parte de las prestaciones reales, lo cual no permite saber con exactitud cuántas son las obras sociales que fehacientemente operaron con San Javier.

    3- De las siete obras sociales que Bellagio mencionó como relacionadas con San Javier, tres de ellas fueron gerenciadas por el ex gerente de la Superintendencia de Servicios de Salud, Néstor Vázquez. Uno de los casos es el de la Obra Social del Turf, que fue beneficiada con los repartos de los sobrantes del APE por 48 millones de fondos innominados (o pozo Bidou). Lo que nadie sabe es que las obras sociales que denuncia hoy el superintendente fueron castigadas por haberse salido del "redil" de los negocios de la Superintendencia.

    Si se investigara en profundidad a algunas obras sociales, sería escandaloso el fraude cometido, no sólo por los vínculos con San Javier, sino por la falta y/o adulteración de los contratos con la Superintendencia. La mentira de Bellagio no durará demasiado, la prueba es demasiado contundente y se llevará consigo a conocidos sindicalistas y funcionarios oficiales.

Ana Grillo