Antes de perder la mayoría en el Congreso de la Nación, el kirchnerismo logró que la Cámara de Senadores convirtiera esta tarde en Ley la polémica Reforma Política que establece la realización de elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para todos los partidos que postulen precandidatos para nominar a cargos electivos nacionales.
Según informa la oficiosa agencia Télam, el proyecto fue aprobado por 42 votos a favor y 24 en contra, gracias al apoyo que recibió la iniciativa del bloque del Frente para la Victoria y de sus aliados: el Movimiento Popular Neuquino y los senadores del bloque Por Tierra del Fuego, ex ARI.
“La norma enviada por el Ejecutivo y que recibió modificaciones en Diputados, establece que el voto en las elecciones primarias será obligatorio en tanto que se podrá emitir un voto para una sola agrupación política”.
La reforma también elimina a las listas "colectoras" y a las denominadas "espejo"; establece que se votará con el mismo padrón que se utiliza en la elección general; y remarca que de las elecciones generales sólo podrán participar las agrupaciones que hayan obtenido en las primarias el 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos requeridos.
Por otra parte, el requisito para ser reconocido como un partido político es tener el 4 por mil de afiliados de acuerdo con el padrón electoral.
Además, agrupaciones que no alcancen el 2 por ciento del padrón electoral del distrito que corresponda perderán su personería.
Qué dice la ley
La elección primaria se realizará el segundo domingo de agosto del año que se realice el comicio general, cuya fecha de realización seguirá siendo la del cuarto domingo de octubre puesto que la reforma introducida este año para adelantar las legislativas al 28 de junio sólo fue válida por esa única vez.
Por otra parte, los fondos correspondientes al aporte de campañas se distribuirán de la siguiente manera: el 50 por ciento del monto asignado por el Presupuesto en forma igual a las listas y el otro 50 entre los 24 distritos, en proporción al total de electores.
El proyecto también reduce a 8 días la prohibición para publicar los resultados de encuestas y a 15 la prohibición de realizar actos inaugurales de obras públicas o promoción de planes y proyectos de alcance colectivo y otro acto de gobierno que pueda promover la captación del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos a cargos públicos.
En el marco del debate, no faltó la conocida prepotencia oficial, en boca del senador Nicolás Fernández: "Hay sectores de los medios de comunicación y grupos oscuros de la sociedad que arrinconan a la opinión pública".
En sentido contrario opinó el presidente del bloque radical, Gerardo Morales: "es de una gran irresponsabilidad que el gobierno avance con este proyecto" que, en su opinión, "no tiene consenso, ni del Acuerdo Cívico y Social ni de Unión Pro; pero tampoco del Proyecto Sur o de la izquierda".
El cordobés Carlos Rossi, del Partido Nuevo, echó más leña al fuego al afirma que "a pesar de todo lo que vimos, este proyecto tampoco resuelve el problema del transfuguismo", y llamó la atención de que no incluye el voto electrónico por lo que dijo que iba a "continuar el robo de boletas en el cuarto oscuro".
El socialista Rubén Giustiniani opinó que "además de al candidato del oficialismo al 2011, esta reforma electoral no beneficia a nadie", luego afirmó que "el gobierno adelantó las elecciones, puso a sus máximos candidatos, manejó desde Olivos a todo el aparato y perdió contra una propaganda de televisión, con todo respeto" y sentenció: "aunque tengan el referí a favor, cuando viene la ola es imparable".