Que el hombre es un bicho raro nos es una novedad, y es más, yo diría el más raro de todos los bichos. Porque todos los bichos de la naturaleza, tienen su identidad y rol definidos: tienen seguridad en lo que necesitan para su subsistencia y salvo aquellos manipulados por el hombre, se adecuan perfectamente a su medio ambiente y se complementan con él. Y todo esto por estar programados desde su interior, es decir, los define su instinto natural.
Pero siguiendo con el desarrollo de la evolución, en lugar del instinto aparece la conciencia y la razón, y con ello decimos que apareció el hombre, y lo que debió ser un avance se pudrió.
Ya no viene programado naturalmente y tiene que ser él, desde su conciencia y responsabilidad quien determine lo que necesita para su subsistencia. Y así se armó el mundo que conocemos y creemos natural, y que sin embargo no lo es, es cultural, es decir, fruto de un nivel de conciencia de la humanidad y que por tanto puede cambiar con el tiempo si el hombre cambia su conciencia y así lo decide.
¿Y por qué digo que con el hombre todo se pudrió? porque, con la conciencia, se hizo consciente del sufrimiento y su mortalidad, y con la razón, compensó esa angustia con la soberbia de sentirse el dueño del mundo y creer que manejando las leyes naturales se puede hacer lo que quiera y se volvió insensible y racionalmente omnipotente. Y así creó un mundo o mejor dicho un orden social individualista, egoísta, perverso, injusto, desigual, competitivo, consumista, antisocial, y por tanto anti-natural y anti-vida, y está destruyendo el medio ambiente y marchando hacia su autodestrucción.
Es decir, al perder el contacto con su ser interior y por tanto con su naturaleza, que lo llevaría por buen camino como a los animales, busca explicarlo todo desde el afuera, desde el manejo de las leyes que le hace posible su razón. Y así en lugar de ser y sentirse feliz, anda buscando encontrar las causas, las explicaciones del mundo y la felicidad, afuera suyo.
Y así por esta causa estamos como estamos, depredando y consumiendo el planeta.
Y es así cómo, en esa búsqueda de explicaciones externas, entre tantos supermalgastos de las energías productivas, el hombre sale al espacio exterior en búsqueda de explicaciones de su existencia, y ha invertido la friolera de 6 mil millones de euros en la denominada “Máquina de Dios”. ¿De qué se trata? del extraordinario laboratorio subterráneo de física, circular, con un diámetro de 27 Km. para intentar reproducir y así explicar el origen del mundo (Ni hablemos de los miles de millones que se malgastan en la exploración espacial, y menos en armas y guerras).
Y yo me pregunto y lo digo en voz alta y con mucha bronca, llevando la reflexión a todos: ¿Se puede saber para qué diablos interesa conocer nuestro origen, si fue una creación, si fue una explosión, del barro o lo que sea, si a costa de conocerlo se invierten las riquezas producidas por el trabajo humano y quedan excluidos de las satisfacción de las necesidades vitales básicas y se mueren de hambre y miseria tanta cantidad de seres humanos en el Mundo, y estamos destruyendo el planeta?
Creo sinceramente que el ser humano ha perdido el rumbo de su existencia, se ha enajenado o por decir vulgarmente, ha enloquecido. Debemos recuperar la verdadera senda, que es simplemente la de volver al respeto de los valores de la naturaleza, al ser humano, a la vida.
Raúl Cima
Hola! te apoyo profundamente, tu pensamiento es igual al mio, puede que sea interesante de donde venimos, pero primero, antes de gastar tantos millones de dolares en esto, ocupense en que la gente tenga alimento y buena salud!