La cúpula episcopal encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio dice no tener "de momento" una respuesta al pedido de audiencia solicitado a la presidenta Cristina Fernández para dialogar sobre la "salud de las instituciones" democráticas, hoy "enferma", al entender eclesiástico, por la pelea del gobierno con los jueces y la oposición.

Una demora que lleva a los obispos a pensar que el encuentro puede dilatarse en el tiempo, a raíz del contexto de tensión de poderes por el uso de reservas para el pago de obligaciones de la deuda externa, y la puja por el poder en el Congreso.

"Es muy probable que la respuesta no sea inmediata, puede tardar días y, Dios quiera que no, hasta meses", se especuló desde el entorno del primado argentino.

En la Casa Rosada no son más optimistas. "Tal vez no sea el momento de mostrarse junto al cardenal Bergoglio. Hay mucho en juego", reconoció un colaborador del ex presidente Néstor Kirchner.

En cambio, allegados al gobierno revelaron que Cristina Fernández manifestó disposición a recibir a la mesa chica del Episcopado, pero que su marido y colaboradores directos le aconsejaron no hacerlo "por ahora".

Pese a la dilación, el titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto, reiteró la predisposición de la Iglesia para reunirse con los tres poderes del Estado para dialogar.

El prelado reconoció, sin embargo, que la relación con Cristina Fernández es "menos tensa" que con el otro miembro del matrimonio presidencial.

Diferencias que se notaron en la anterior gestión presidencial, cuando el Episcopado abrió un camino de diálogo con los tres poderes, tras denunciar, en otro documento, un "excesivo" clima de fragmentación social.

En abril de 2007, la cúpula episcopal se quejó de la sistemática negativa a los pedidos de audiencia a los entonces presidentes del Senado y Diputados, Daniel Scioli y Alberto Balestrini.

Desde Balcarce 50 trancendió aquella vez el enojo de Néstor Kirchner porque los obispos realizaron una visita "protocolar" a los miembros de la Corte Suprema, antes de encontrarse con el residente de la Casa Rosada. Finalmente no hubo audiencia.

Ahora el escenario no parece muy distinto.

Desde el entorno del vicepresidente Julio Cobos se ratificó la recepción de la nota firmada por el secretario general del Episcopado, obispo Enrique Eguía Seguí, en la que se pide una audiencia para "intercambiar opiniones" sobre el documento "La Patria es un don, la Nación una tarea".

No obstante, se aclaró, que el titular del Senado recibirá a la cúpula episcopal, recién después de que la Presidenta conceda la reunión a los obispos.

Cobos no quiso sumar más leña a la tensión entre poderes ni recibir críticas a su accionar, las mismas que consiguió a mediados de 2008, previo y después de recibir el 1 de julio a Bergoglio y demás integrantes de la cúpula episcopal en el Senado. Encuentro que en la Casa Rosada se leyó como un abierto desafío a los lineamientos de la política oficial.

La relación entre la Iglesia y el gobierno kirchnerista se manejó siempre por estrictos canales "institucionales", pero tomó visos de enfrentamiento en marzo de 2005, cuando Kirchner echó a monseñor Antonio Baseotto del Obispado Castrense.

Kirchner y Bergoglio mantuvieron sólo un encuentro formal en agosto de 2004, además de otros dos ocasionales en 2006.

Con Cristina Fernández la relación no es tan tensa. Incluso ella misma admitió haber "disfrutado" de la movida que suscitó la audiencia que mantuvo el 28 de noviembre de 2009 con el papa Benedicto XVI, junto a su par chilena Michelle Bachelet.

La Presidenta recibió a la cúpula episcopal -integrada por el cardenal Bergoglio, los arzobispos Luis Villalba y José María Arancedo, y el obispo auxiliar Enrique Eguía Seguí- el 27 de noviembre de 2008, fue cuando la Iglesia le transmitió preocupación por las repercusiones laborales que conlleva la crisis financiera global.

En esa audiencia, la mandataria confirmó que iría a la misa en Luján del 22 de diciembre con motivo de la mediación papal por el Canal de Beagle. Eucaristía en la que no faltó la polémica.

Fernández de Kirchner y Cobos asistieron a esa celebración y, pese a que se cruzaron a dos metros de distancia, no se saludaron. En ese contexto, la Iglesia llamó a "dejar de lado" las diferencias y pidió un "reencuentro".

La anterior mesa ejecutiva -también presidida por Bergoglio, pero con Agustín Radrizzani en lugar de Arancedo- se había entrevistado con la primera mandataria el 19 de diciembre de 2007 en la Casa Rosada.

Guillermo Villarreal
DyN