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Gordura, no hinchazón

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LA INFLACIÓN QUE NO ES PASAJERA
LA INFLACIÓN QUE NO ES PASAJERA

Tras el round por el tema de la inflación entre el ministro de Economía, Amado Boudou, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, surgieron lógicas expectativas acerca de cómo iba a continuar la lid en torno del aumento de los precios, sobre todo ante el tono que estaba adquiriendo el debate en el seno del propio oficialismo.

 

En pocas horas parecieron bajar los decibeles del combate: primero Moyano trató de morigerar la andanada, aunque los primeros golpes ya habían surtido efecto, y luego ambos se mostraron amigables y sonrientes, sentados a una misma mesa al firmar un acuerdo salarial con trabajadores portuarios de Rosario.

Lo concreto fue que el resultado de esa negociación que puso fin a un conflicto que ya estaba acarreando severos problemas al embarque de granos –y con la particularidad de que tuvo el apoyo del mismísimo Moyano- terminó siendo una admisión de que, más allá de los debates lingüísticos, los salarios están fuertemente erosionados por el aumento del costo de vida.

Nadie del oficialismo puede negar la preocupación que entraña y la inquietud que genera cualquier conflicto de importancia que pueda desatarse en este contexto, al estar de esa misma fotografía en la que, en la propia sede de la CGT, se dieron cita nada menos que tres ministros del Poder Ejecutivo y un cuasi ministro, como el secretario de Comercio Interior.

Amén del dueño de casa, que en ocasiones definitorias o en temas fundamentales suele actuar prácticamente como un miembro más del gabinete gubernamental y como indudable “alter ego” del matrimonio Kirchner, del cual es uno de sus aliados más fieles.

En ese marco, y a la luz de las negociaciones salariales ya iniciadas, empieza a dejar de ser murmullo el reclamo de sumas mediante las cuales se pretende aumentar los sueldos en un cuarto y hasta en un tercio.

Hay dirigentes que argumentan con razón que si el caso de los portuarios santafesinos se atendió de manera expeditiva y a través de principales espadas gubernamentales, lográndose un acuerdo que en estas circunstancias puede tildarse de favorable para las partes en pugna, bien puede ser atendido de manera similar el resto de los reclamos.

Pero un elemento que no es nuevo se suma a esta ronda de discusiones por los haberes. Es que ha vuelto a reaparecer el escollo del Impuesto a las Ganancias, que cada vez serrucha más cantidad de salarios debido a que en no pocos casos las mejoras pactadas terminan bajo la guadaña de ese tributo, al conformarse sueldos que superan el mínimo no imponible.

En medio de estas cuestiones, la Iglesia Católica volvió a hacer oír su voz, alertando sobre la necesidad de consensos y soluciones urgentes para los problemas acuciantes de la sociedad argentina. Problemas y dramas que, como nadie ignora, tienen ya muchos, demasiados años de vigencia. La pobreza, la marginalidad, el desempleo, el trabajo en negro, el deshilachamiento de la cultura del trabajo. Problemas y dramas que, como la inflación, son gordura y no una mera y pasajera hinchazón.

Por ello hay un proyecto del abogado de la CGT y diputado kirchnerista Héctor Recalde para elevar los pisos salariales a partir de los cuales se aplica Ganancias, aunque en este caso la iniciativa también contempla aspectos relacionados con las empresas, básicamente para promover la reinversión y favorecer a las pymes.

Trascendió que Recalde oficializaría la presentación del proyecto después de que la CGT, que se reuniría en las próximas horas, le dé su aval formal.

Se trata de una medida necesaria y que sin dudas tendrá buena acogida social, puesto que desde hace casi dos años no se actualizan los montos salariales a partir de los cuales se deduce Ganancias y ello, como se ha dicho, fue afectando a cada vez más cantidad de trabajadores.

Además, no se está hablando de sueldos equivalentes a fortunas. El límite del mínimo no imponible está situado hoy en alrededor de 4.000 pesos para los trabajadores solteros sin hijos y en torno a los 5.500 para los casados con dos hijos. A partir de esos montos, se empieza a pagar Ganancias. Y la situación se torna más complicada en áreas donde los haberes son más altos (y también los precios), como la zona sur del país.

 

Luis Tarullo
DyN

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. el sueldo de un obrero ,no es ganancia , es mera retribucion de un despojo mayor podria considerarse ganancia , cuando se es beneficiario de tener acciones dentro de la empresa lo debatire

  2. Si no es ganancia Don Cachuso entonces que no labure, ve que su argumento es facilmente rebatible.. Como dice? Que eso es lo que hacen los piqueteros y por eso la proliferacion de planes descansar, subsidios, compensaciones familiares, compensasiones por ser hinchas de futbol etc etc? Tiene razón Don Cachuso no dije nada

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