En la inauguración de la 36° edición de la Feria Internacional del Libro sobrevolaron varios fantasmas y sensaciones en los discursos de los funcionarios, entre ellas la libertad que respiran chicos y jóvenes que leen, el acceso de todos a las nuevas tecnologías y los cimientos que hace 200 años plantaron los patriotas que fundaron la primera Biblioteca.
Este "choque" histórico, entre los ideales y principios de los dirigentes y patriotas argentinos hace dos siglos, de construir bibliotecas e imprentas y fabricar nuestro papel, con el actual escenario y las metas de la industria editorial y las políticas públicas, generaron un sinnúmero de apreciaciones y confusiones acerca de dónde estamos parados.
A ello se suma, que nadie -funcionarios y editores- quiere dejar fuera del "futuro" a jóvenes y chicos, y por ello por un lado ponderan las epopeyas bicentenarias de la aparición de los libros y las bibliotecas y, por otro, exaltan la compra y el fomento del uso de nuevas tecnologías, entre ellas las computadoras personales y escolares y hasta el libro digital.
En el acto de inauguración de la Feria, entre escritores, funcionarios, gente de la cultura y editores, el presidente de la Fundación El Libro, Horacio García, sostuvo que "los ideólogos de la Revolución de Mayo se planteaban cómo arbitrar medidas para romper la incomunicación intelectual en que vivía el Río de la Plata, pues su propósito era asegurar un desarrollo autónomo para este territorio".
Y por ello destacó que la fundación de una Biblioteca, impulsada por Mariano Moreno, fue una de esas medidas.
Otras muestras incontrastable de la visión y perspicacia de Moreno, según señaló García "fue su empeño en reimprimir aquellos libros de política, que se han mirado siempre como el catecismo de los pueblos libres".
El ministro de Educación, Alberto Sileoni, rodeó su discurso en los retrocesos que tuvieron los ideales patrióticos y libertarios de hace 200 años, con la prohibición y quema de libros durante las dictaduras.
También rememoró esas épocas nefastas para el ideario revolucionario durante el "Operativo Claridad", del ministerio durante la dictadura del '76, cuando una comisión de sólo siete personas hacía "relevamiento de los docentes que trabajaban" y "decidía que se podía leer desde libros infantiles hasta textos escolares".
El ministro propuso un "mix" educativo: "En 2012 queremos que todos los chicos de escuelas secundarias tengan una PC personal, que no sustituirá al libro y menos a la magia del docente".
Y consideró que lo ideal sería que las computadoras algún día puedan ser adquiridas por los propios padres y no por el Estado, señal de que la situación de empleo y socioeconómica sería la correcta.
También el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, señaló que "los libros cumplieron un rol fundamental en la creación del país, los inmigrantes empezaron a escribir nuestra historia".
En el periódico El grito del Sud, aparecido en 1812 en Buenos Aires, un artículo plantea dos temas que se consideran capitales, la compra o construcción de imprentas y la fabricación de papel utilizando nuestros recursos naturales.
Muchos se preguntan 198 años después, si tras esa declaración de anhelos y metas, se alcanzaron parte de ellos.
Laura Hojman
DyN