Es verdad. Tal como lo dijo la Presidenta, "algunos periodistas tienen que inocularse la antirrábica".
Sin embargo, en su festiva y no menos irónica afirmación, Cristina Fernández probablemente no tomó en cuenta la raíz de la cuestión que el diccionario glosa a partir de la definición de "rabia": una enfermedad que se produce en algunos animales y que se transmite por mordedura a otros o al hombre, al inocularse el virus por la saliva o la baba del animal rabioso.
Descripción que precisa, sin ambigüedades, que la cadena de la rabia que se busca controlar no tiene su origen en la acción del periodismo, sino que éste es una víctima.
El problema es que cada vez son más los periodistas que se han contagiado y que necesitan la inyección que les quite la espuma de la boca, porque lo que se vive por estas horas en la relación entre los medios y el poder está violentando a la profesión de manera extrema. Escraches, juicios populares, carteles anónimos o difamaciones varias que hoy han puesto a los periodistas a la defensiva, reacción que muchos intentan antes que sentirse amordazados o condenados a la autocensura, son la génesis de una situación de violencia que viene de arriba para abajo. Mala consecuencia, además, para una tarea que necesita, para ser llevada a cabo con valía, de la menor cantidad de prejuicios posibles.
Una situación así, que se genera para condicionar la libertad de expresión, no le sirve a la prensa, ni al Gobierno ni a los ciudadanos.
Las patotas de Guillermo Moreno, los exabruptos de Hebe de Bonafini o las agachadas de Gabriel Mariotto y de los seudointelectuales que operan a través de la televisión pública, son la cara visible de las usinas que buscan irradiar esa rabia, hacia quienes no piensan como ellos. Son cada vez más los periodistas que juran que nunca en su vida profesional han tenido que lidiar con tamaño bombardeo de virus, como el que hoy se inocula desde la cultura de la crispación. Con el mismo tono amable que usó la Presidenta para contestarle al notero de CQC en La Plata, bien podría concluirse con el refranero cervantino que, para terminar con la causa del problema, "muerto el perro se acabó la rabia".
Hugo E. Grimaldi
DyN
Costó un poco pero los epejos están mostrando las verdaderas caras, tal vez decidieron romperlos, pero de lo que no zafarán es de pagar las consecuencias- Saludos.
Tal vez se le tendría que haber contestado A LA SEÑORA PRESIDENTE, "que a más de un colega suyo habría QUE COSERLE LOS DEDOS PARA QUE NO ROBEN MAS....¡¡¡¡¡¡"
Es terrible lo que està pasando,con tal que nuestro paìs no se convierta en otra Venezuela dirigida por un loco de la guerra.Me da escalofrios pensar, que es esto? estàn todos locos Pobre mi paìs se està convirtiendo en otra Nicaragua.en otra Rusia,son de terror. que Dios y la Virgen nos proteja de estos demonios que se estàn apoderando de las mentes dèbiles, mejor dicho de las mentes ignorantes y fanàticas.Hoy he visto las noticias de Venezuela y me hace acordar la cortina de hierro, no quiero esto, soy una ciudadana comun no tengo ningùn roce con la polìtica pero me asusta que esto pase, aquì en la Argentina va a terminar en una guerra entre hermanos y nuestro gobierno se junta con Chavez, dime con quien te juntas y te dirè quien eres, quiero paz , tranquilidad,quiero que mis hijos y nietos vivan en un paìs que se respeten las individualidades,que no se manipulen las mentes de nadie,y que cada uno piense con libertad y pueda decir todo lo que quiere con verdaqdera independencia
le digo señora presidenta que si aca aplicaramos la 'Sharia' o Ley islámica usted, su marido y la mayoria de nuestros politicos serian mancos por ser ladrones incluso los que son narcotraficantes serian decapitados
Opino en esta nomás para plantear mi disidencia con ese periodista de última de Gonazalito. Es inaguantable!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Igual que todo CQC!!!!