Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: No conoces a Jack / Dr. Muerte (Telefilme)
Título original: You Don't Know Jack
Dirección: Barry Levinson
Guión: Adam Mazer (Libro: Neal Nicol, Harry Wylie)
Género: Drama, biográfico, medicina – Solo apta mayores de 16 años.
Reparto: Al Pacino, Susan Sarandon, John Goodman, Danny Huston, Brenda Vaccaro
Web: http://www.hbo.com/movies/you-dont-know-jack/index.html
Fotografía: Eigil Bryld – Música: Marcelo Zarvos
Producción: HBO Films / Bee Holder Productions / Royal Oak Films
País: EE.UU. - Año: 2010 - Duración: 134 min.- Estreno Argentina: 25/7/2010 por HBO). Habrá repeticiones periódicas.
No conoces a Jack, es un telefilme de la cadena americana HBO. De reciente estreno en la Argentina, se convertirá por derecho propio en un clásico de la militancia por la libertad de elección y conciencia en bioética (1). El derecho a una muerte digna —la eutanasia— culmen de esa unión tensa y dialéctica que conforman al ser.
Bajo la estética cinematográfica, pero en formato televisivo, el resultado obtenido es un producto de jerarquía y de alta emotividad fundante. Más allá de la postura ideológica que confrontemos, es indudable que este largometraje televisivo es un hallazgo por muchas razones que aportarnos a continuación.
“A pesar de ser tan famoso y fascinante, no sabemos quién es Jack Kervokian y, con suerte, en la película tampoco lo vas a terminar de conocer”, sostiene un críptico Al Pacino, el actor protagónico que encarna al popular “Dr. Muerte”, en No conoces a Jack. El largometraje es candidato a 15 (quince) premios Emmy (entre otros: mejor película para TV, mejor actor protagónico, junto a Susan Sarandon, candidata mejor labor femenina). Todo hace pensar que arrasará con las premiaciones (2).
La historia está basada en el caso real del Dr. Jack Kevorkian, un médico anátomo-patólogo, de ascendencia Armenia. Logró popularidad nacional e internacional, como defensor del “suicidio asistido médico”. La eutanasia (literalmente: el bien morir), es el tópico que se instala en la pantalla. Asistiendo a más de 130 de estas conductas de bioética aplicada, se transformó en un adalid de los derechos a morir con dignidad, en pacientes terminales. Al Pacino, dará vida a Kevorkian, John Goodman a Neal Nicol (amigo de Jack, y autor del libro homónimo, y co-autor del guión de este film). Susan Sarandon, interpreta a la activista Janet Good, quien influyó positivamente en el doctor, por la defensa de este derecho y su legitimación.
Anatomía de la película
Elementos a tener en cuenta desde: lo visual, el guión, el lenguaje cinematográfico, y la filmación:
a) El determinismo sociológico: frases como “somos demasiados puritanos”; “el valor moral de la vida y la muerte”; denotan una pertenencia a una cultura anglosajona, en la cual los americanos están insertos. La moral post-morten, y la donación de órganos. Estos términos, se juegan en la pantalla, junto a la eutanasia. El determinismo cultural, como disparador de emociones increscientes.
b) Determinismo económico: Comprender desde este aspecto, los pacientes que son viables, y los que no. El realismo económico, que impulsa decisiones de prioridades vitales por Ej.: economía de respiradores, farmacología, y tecnología “ad hoc”.
c) Neologismos: el medicidio, o medicina de la muerte. El Estado de la Unión, destina pocos dólares, para mantener a los pacientes terminales. La máquina de la piedad: artefacto inventado por el Dr. Kevorkian, para llevar a cabo, el cese de las penurias de los pacientes terminales.
d) El lenguaje: Con claridad meridiana, los parlamentos son simétricos. Los personajes tienen sus tiempos. No hay subalteración de unos a otros. Con planos democráticos, las posturas se describen, sin tomar partido por ninguna. La lente es neutral. El espectador es quien aporta la subjetividad en esta realación dialéctica.
Salvado este acápite, la historia sigue fiel a postulados clásicos de la cinematografía de manual: una buena introducción, un desarrollo con argumentos claros y emotivos, y una clausura narrativa abrupta —que crea esa sensación de no saciedad— hacen del hecho artístico (de la representación), una comunicación eficiente y aleccionadora. Sugerimos el uso didáctico-pedagógico de este film, como disparador de un debate enriquecedor.
Simpleza y profundidad, es un aspecto trascendente y “mágico” de esta obra. Ejemplo de este aserto, lo ubicamos en los diálogos de los personajes. Preguntas y respuestas, argumentación y refutación, es la estética que nos propone el director Barry Levinson (ganador de un Oscar por Rain Man). Instantes donde interpela al público, en una demanda que nos involucra como individuos y sociedad. ¿Por qué apostar a la prolongación de la muerte? —se sincera Jack— fomentando el negocio de hospitales y famacias. Si eres rico, pagas para morir bien, y si eres pobre, tu agonía y sufrimiento se prolonga. ¿Para qué sostener la agonía?
En la pantalla se mezclan recreaciones e imágenes reales de archivo de las entrevistas que realizaba Jack con sus pacientes, a manera de diagnostico para consignar en la Historia Clínica, como flasback pedagógico que describe lo actuado y a la vez nos tranquiliza, ante la dureza de los testimonios. Alegatos crudos y viscerales, que paraliza el aliento, al más liberal de los liberales. Acostumbrado a que los jurados lo absolvieran en su profesión de medicidio, el Dr. Kevorkian, retó a la Corte Suprema de EE.UU. a tomar partido de sus actos. De esta manera, nacionalizó el debate de la eutanasia. Como le reprochara su partenaire Janet Good (Susan Sarandon) —en su lecho de muerte— en un parlamento exquisito por lo intimista, su falta de estrategia para abarcar tamaña empresa. Buscar alianzas previas para dar esas batallas legales. ¿Se equivocó en esto Kevorkian? ¿Creó discípulos su doctrina de eutanasia? ¿Instaló definitivamente el tema en la sociedad?
Interrogantes que no sabemos si se develarán en la conclusión del relato. Quizá, habrá que buscar mediante lectura cazadora, en el coloquio de una militante Pro-life (3) —en contra de la eutanasia— que interpela a Kevorkian: “Sólo Dios, puede crear y destruir la vida. ¿Ud. doctor, no tiene Dios? Contesta Jack: “Sí, tengo religión, y se llama Bach, Juan Sebastián Bach. Al menos mi Dios, no es inventado…”
De izq. a derecha: Attorney Mayer Morganroth, Dr. Jack Kevorkian, Al Pacino, Lucía Sola (actriz argentina, pareja del actor), y el director y productor Barry Levinson. En la noche de gala (la premiere) “You Don't Know Jack”, de la HBO Films. (13-4-2010, en New York).
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 5Tribunas - ¡Imperdible!
Puntaje actor protagónico: Al Pacino 5 Tribunas - ¡Imponente!
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima
1) Bioética: Rama de la filosofía, que estudia la ética de las conductas biológicas de las personas., a la luz de los valores morales. Por ej: fertilización asistida, aborto, eutanasia, manipulación genética, etc.
2) Artículo “Al Pacino es el Dr. Muerte”, Clarín (Espectáculos), 25/7/2010.
3) Pro-Life (Pro-Vida) y Pro-Choice (Pro-Elección): posturas antagónicas (éticas-ideológicas) en Estados Unidos. Los primeros, ligados a los Republicanos y a la Iglesia Protestante. Niegan la potestad de las personas sobre su propio cuerpo. Los segundos, embanderados en la libre elección de conciencia, emparentados a los Demócratas e intelectuales universitarios progresistas. Estos últimos, apoyan la eutanasia asistida médica.