Campo, Iglesia y Fuerzas Armadas.
Los gobiernos debían rendir examen anual en el Tedeum del 25 de Mayo y en la fiesta anual del “campo” en
Fácil será entender las sucesivas oleadas desestabilizantes hacia el gobiernos kirchnerista (ambos) que se ha atrevido a intentar limitar las tasas de ganancias de algunos sectores agropecuarios, que no asiste a los tedeums metropolitanos y que promueve la ley de matrimonio igualitario, sanciona una ley de medios que afecta sensiblemente a los medios hegemónicos y encima a uno de ellos le saca el negocio del fútbol (el caballo de Troya para la apropiación del mercado del cable).
A su vez los criminales que sumieron a las fuerzas armadas en un desprestigio tan atroz como sus actos, están siendo juzgados y es de esperar que las nuevas generaciones de militares, repudien ese pasado y se asuman como lo que deben ser: pueblo armado.
Algo profundo debe estar pasando en
Una imagen vale más que mil palabras
La apertura de
Luego la foto de los doce apóstoles de
Además es mejor ser violada que matar a un hijo” o “ La base de la sociedad es la familia, por eso me opongo al matrimonio gay, al aborto y al divorcio”. Cuando expone parece haber tomado clases con el rabino Bergman: “El campo es parte de la solución, no es parte del problema… ¿Cómo se reconstruye
Un discurso con olor a bosta y del Siglo XIX
Hugo Biolcati pronunció un humorístico discurso durísimo, con párrafos falsos e imaginativos dignos de la revista Barcelona, pero sin la menor intención de provocar risa. Para ello se valió de la falsa historia mitrista escrita en función de los intereses triunfantes en las seis décadas de guerra civil. Sostiene el historiador Norberto Galasso en su libro “Verdades y mitos del Bicentenario: “Nada mejor que fabricar una Revolución de Mayo cuyos objetivos son los mismos que Mitre sustenta a partir de 1862, desde la presidencia: vinculación con los ingleses, librecambio, predominio de una minoría poderosa, antilatinoamericanismo. Mitre historiador fabrica una historia que legitima al Mitre líder de la oligarquía porteña. Exalta el supuesto librecambismo de Mayo para justificar la libertad de comercio que provoca déficits permanentes en la balanza comercial durante su gobierno, entre 1862 y
En esa línea, dijo Biolcati: “Fue llegando la gente. Comerciantes, artesanos, profesionales, vecinos de los alrededores y otros de barrios más lejanos, convocados por el fervor de French y de Beruti.” Como desconoce la historia, elogia a French y Beruti, integrantes de “
En la edición del bicentenario atribuí a Hugo Biolcati: “Lo sucedido ayer es un desastre. Nos caemos del mundo. España es nuestra madre e Inglaterra nuestro padre. Somos esclavos pero libres. Es subversivo ser independiente. Cada vez que a mis vacas les hablo de Fernando VII, aumentan su producción de leche. Y si menciono a Moreno hacen huelga de ubres caídas.” Y a Eduardo Buzzi: “No aceptamos el doble discurso de Moreno. Nos sedujo con “La representación de los hacendados” pero nos amenaza que si nos alineamos con
“Hubiéramos estado allí; junto a Moreno.” Apenas conocido el Plan Secreto de Operaciones, Biolcati hubiera añorado a Cisneros como Liniers, que terminó fusilado por Castelli.
“Acompañándolo en su lucha por la libertad de comercio, contra los altos gravámenes exigidos por el cabildo virreinal. Pero estamos aquí, 200 años después. Luchando contra otros gravámenes, exigidos por otros mandatarios.” No eran los gravámenes sino el fin del monopolio español.
“Hace un siglo, aquí en Palermo, esta Sociedad Rural que me enorgullece presidir” Sí, la misma que consiguió que su admirado Carlos Menem le cediera a un precio ridículo el predio de
“Junto a las instituciones que conforman
Miente aprovechándose que el lenguaje no puede defenderse. No es el campo, son las patronales del campo, con algún sindicalista que en lugar de representar a Martín Fierro, defiende a Don Segundo Sombra. Gerónimo “ El Momo” Venegas fue muy aplaudido. Qué lejos está del notable sindicalista Germán Abdala que sostenía: “Sí me elogia el patrón, seguro que cagué a los compañeros”
“Solo los autoritarios, los soberbios, los egoístas descalifican al otro para dominar la escena. Es que el egoísmo es pariente cercano de la ambición, la avaricia y el poder.” Si no fuera dirigido sólo al gobierno, sería una excelente autocrítica.
“Que comprendieran que la sociedad ya no admite ese estilo crispado, arrogante y confrontativo. Que abandonen por un instante el sesgo autoritario, la mirada soberbia y el gesto intemperante. Hace falta abrir una ventana en esa muralla de intolerancia”
Sería fácil replicarle: “Mirá quién habla”
“Cuántas veces en estos dos siglos, el estado dejó de ser guardián de esos derechos para convertirse en un predador de vidas, bienes o libertades.” Efectivamente, en todos los golpes que
“Cada vez que rompimos el orden institucional, nos perdimos.” No lo hacen como autocrítica sino como señalamiento. Antes del 28 de junio del 2009, Hugo Biolcati y Mariano Grondona, por televisión sostuvieron un diálogo que era una incitación al desplazamiento del gobierno.
“En el centenario éramos el granero del mundo y una de las naciones más prósperas del planeta.” Un país de vacas gordas y peones flacos. Una clase dirigente que aspiraba ser una semicolonia próspera integrante virtual del Imperio Británico, mientras tiraba manteca al techo en París. Con el yrigoyenismo, las mayorías populares estaban proscriptas, con elecciones fraudulentas, ya que no existía el voto secreto y obligatorio, Un centenario con estado de sitio y ley de residencia para expulsar extranjeros politizados.
“En el bicentenario somos un país vapuleado por la corrupción, la imprevisión, la exclusión y la pobreza” Aparte de una exageración evidente, se ha salido de la peor crisis económica que ha padecido el país, incubada a través de las políticas de gobiernos que
“El obsceno endeudamiento público,... algunas desatinadas privatizaciones, algunas malintencionadas nacionalizaciones destruyeron lo construido hasta ese momento.”
Apoyaron el endeudamiento como un símbolo de la confianza que despertaba el país, o lucraron con préstamos ficticios que trasladaron al estado, nunca apoyaron ninguna nacionalización, y celebraron todas las privatizaciones bajo aquél falaz axioma: “Achicar el estado es agrandar la nación”
“Hay que ser pobre para saber que cuando llega la inundación, cuando un hijo está “volando de fiebre”, o al borde de la desnutrición, cuando se está a punto de parir; se necesita ayuda. Entonces, con el Estado ausente, aparece la ayuda del puntero y su miserable negocio político.” Biolcati es como aquel hijo que mató a sus padres y luego en su defensa pidió ser absuelto porque era huérfano
“Hay que terminar con la miseria para terminar con el clientelismo. Hay que terminar con la pobreza para que más de un millón de argentinos recuperen su condición de ciudadanos y puedan votar por quien se les dé la gana. Esta es
Sí, basta ante tanta hipocresía. Tanto llorar por los pobres que producen, con record de trabajo en negro y evasión impositiva. Siempre exponiendo sus lágrimas de cocodrilo, con el llanto persistente de las retenciones obviando un dólar alto sostenido por todo el pueblo argentino, con subsidios a granel, con gasoil subvencionado, con impuestos inmobiliarios que de conocerse sería un cachetazo a tantos pobres que comparativamente pagan más que ellos. Tanto discurso republicano y de defensa de las instituciones, y el señor Biolcati se apodera de dos calles públicas en Carlos Casares. Cuando se le pregunta sobre este delito, el “republicano” responde: “Un presidente de
Resulto obvio decir que hay sectores importantes, integrados por productores vinculados al agro y a la ganadería, los cuales no están representados en la mesa de enlace y que no levantan consignas trogloditas, los que deben ser apoyados por el estado colaborando en su desarrollo.
Sólo la profunda degradación y desorientación en que está sumida buena parte de la oposición, cuya alternativa política es volver a
Así como el menemismo residual representado por Eduardo Duhalde aplaudió calurosamente la monserga ruralista, con un sentido del humor que se le desconocía: “Fue un buen discurso, equilibrado, crítico, pero muy real”, el presidente de
Hugo Presman