Ficha técnica
Título para Latinoamérica: Cinco Minutos de Gloria
Título original: Five Minutes of Heaven
Dirección: Oliver Hirschbiegel
Guión: Guy Hibbert.
Género: Drama, suspenso – Solo apta mayores de 16 años.
Reparto: Liam Neeson (Alistair Little), James Nesbitt (Joe Griffin), Anamaria Marinca (Vika), Juliet Crawford (Cathy), Mark David (Alistair de joven), Richard Dormer (Michael), Kevin O’Neill (Joe de joven), Pauline Hutton (Sharon), Andrea Irvine (Sarah).
Web oficial: www.fiveminutesofheaven.ie
Fotografía: Ruairi O’Brien - Música: David Holmes y Leo Abrahams
Producción: Eoin O´Callaghan y Stephen Wright
País: Reino Unido, Irlanda - Año: 2009 - Duración: 90 min.- Estreno Argentina: 5 de Agosto de 2010
Para aquellos que desean disfrutar del buen cine de autor, Cinco Minutos de Gloria es una excelente propuesta. El placer de una historia convincente, que atrapa al espectador desde el inicio del metraje. Film ideal para tenerlo en cuenta en cine-clubes, escuelas, para forzar un debate pedagógico enriquecedor.
El argumento del film nos pone en un enclave bélico retrospectivo. Irlanda del Norte, 1975. Una guerra civil de baja intensidad azota y divide a la comunidad civil. Pon un lado el IRA, que apunta a legitimistas británicos, y la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), que exige venganza contra católicos. Una formación creada en teoría para luchar contra el IRA. Pero como tantas veces ocurre, la mayoría de sus víctimas terminó siendo población civil
Asesinatos de civiles – por parte de estos grupos paramilitares- sirven como punto de partida de Cinco minutos de gloria. Basada en un episodio real de esta cruenta batalla entre vecinos, la historia se remonta a los tortuosos ‘70. La lenta de la cámara capta con naturalidad la tensión del conflicto dentro de la rutina de la vida diaria; así como la anomia que supone la violencia dentro de cualquier sociedad civilizada. Y la sed de venganza, casi inevitable. Y siempre las víctimas como colectivas más vulnerables.
Alistair Little (Liam Nelson), de 16 años, es el líder de una precaria célula UVF, ansioso de su bautizo de fuego. Junto a su pandilla deciden asesinar a un joven católico (James Griffin), como propuesta de su poder de fuego. En el mismo instante del cruento evento el hermano menor del occiso - Joe Griffin, de 11 años de edad- es testigo presencial. Sus ojos, su mirada horrorizada, impregnarán a su retina la más cruel de las heridas.
Tras el correr de la vida, Alistair ha cumplido su condena, y la paz en Irlanda del Norte se establece. Amnistía mediante, luego de una gran elipsis en el texto (han pasado 33 años), un programa de TV decide enfrentarlos. No para propiciar rencores, sino para establecer “la verdad objetiva” de aquellos hechos perturbadores. Al menos, ese fue el discurso seductor del periodista estrella del medio de difusión.
Pero cuando se conocen algo extraordinario sucede, algo que cambiará sus vidas para siempre. Acompaña magistralmente a cada escena jugada, un clima organizacional óptimo. Los parlamentos memorables entre ambos protagónicos despuntando planos-contraplanos-, al tiempo que dan la versión de los hechos del pasado. Planos generosos que forman el contrapunto ideal: el victimario calmo, pausado y descriptivo en su prosa mientras que la víctima, sobre-excitada, hiperquinética, transforma su rostro al vislumbrar sus recuerdos. Todos estos dispositivos del lenguaje cinematográfico son manejados magistralmente por el director Oliver Hirschbiegel.
Hay por tanto, un interesante manejo de cámaras dentro del set de filmación. El recurso del flashback (escenas retrospectivas, para explicar acontecimientos pasados y vincularlos al presente narrativo), imprime atmósfera y la carga de tensión. De tal forma, la trama es anafórica tiñendo de seducción al relato.
Quizá algún desprevenido espectador o crítico (¿quién sabe?), tendrá como tópico central de la película, los hechos históricos del pasado reciente de Irlanda. Si bien es cierto que esto se expresa ante nuestros ojos, no es más evidente que es el contexto para describirnos algo más profundo de la condición humana: la reconciliación en la verdad. Y es en ese campo, donde los momentos más conmovedores del film avizoran. Imposible no quebrar nuestros sentimientos al ser “testigos privilegiados del arrepentimiento – dentro de la verdad- y el proyecto de una vida mejor”.
Liam Neeson (Alistair Little) Un predicador de “la reconciliación”, pero en la verdad histórica. La confrontación moral con James Nesbitt (Joe Griffin), como eje conceptual del texto.
Para encontrar el mensaje final (trascendental y útil), de la presente obra, es dable desandar los caminos de la nueva vida – y la profesión- de Alistair Little: un capacitador “en línea” de ayuda a víctimas de la violencia social. Viajando por todo el mundo un ex pandillero hoy devenido en maestro/ soldado de la paz. Pero algo no le deja conciliar el sueño: no puede torcerle el brazo a su antiguo adversario. Este último (Joe Griffin) – 33 años después- no acepta la reconciliación.
En el asedio de la clausura narrativa, un final exquisito. La lógica de una historia que nunca termina de escribirse. La disyuntiva de dejar el pasado por un presente de libertad con el mandato de ser felices ¿La tragedia mudará en romanticismo?
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 5Tribunas.
Puntaje actor protagónico: Liam Nelson (Alistair Little) 5 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima
¡La película es preciosa! Muy buena recomendación. Digna de tener en cuenta. Nos deja pensando. El final me hizo replantear muchas cosas en mi mente.... María de los Ángeles