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La filosofía, el supuesto saber sin supuestos

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(EN BUENA PARTE TAN SÓLO UNA PSEUDOCIENCIA)
(EN BUENA PARTE TAN SÓLO UNA PSEUDOCIENCIA)

     La filosofía antigua se constituye y desarrolla en relación con la religión. (Véase: Ángel González Álvarez: Manual de historia de la filosofía, Madrid, Gredos, 1964, págs. 11 y 13). Luego, si para nosotros los escépticos, religión y mito son una misma cosa, podemos presumir que en el umbral de la filosofía griega se encuentra el mito. (Véase de Johannes Hirschberger: Historia de la filosofía, Barcelona, Herder, 1968, tomo 1, pág. 43).

 

     La ciencia del ser ha partido siempre de peticiones de principio. Su mismo objeto de estudio: “el ser” frente a la posibilidad del “no ser”, es ya una petición de principio, porque primero habría que demostrar que el ser puede no existir.

     En realidad, todo parte de una idea infantil, y para razonar al modo filosófico es necesario poseer mentalidad de niño. Más si no se la posee, al menos es necesario retrotraerse a la niñez. Ya lo dijo Manuel García Morente en sus Lecciones preliminares de la filosofía (Buenos Aires, Ed. Losada, 1972, pág. 17): Es absolutamente indispensable que el aspirante a filósofo se haga bien cargo de llevar a su estado (de ánimo) una disposición infantil. El que quiere ser filósofo necesitará puerilizarse, infantilizarse, hacerse como un niño pequeño.

     En efecto, ¿quién les dijo a los filósofos que puede “no haber nada” en lugar de un universo?

     Únicamente la naturaleza humana sumida en el mundo humano pudo haber “insuflado” la idea del “no ser”.

     Quizás alguien podría acotar que fue el mito el inductor de tal idea. (¿El que habla de una “creación de la nada”? ¡Quizás!

     No obstante, si así fuera, ¿quién, en última instancia, inventa los mitos? Indudablemente lo hace la naturaleza humana.

     En cuanto a la ontología, ese estudio del “ser en cuanto ser”, analizada hondamente, resulta una posición si no ridícula frente a la realidad, al menos perogrullesca, ya que hay que buscar al ser real en la esencia universal; todo lo demás son procesos, fenómenos, y no seres, y la esencia “es de suyo”, no cabe en un estudio del “porqué es”, porque es la existencia misma.

     Luego, el interrogante: “¿por qué hay ente y no más bien nada?” presupone la posibilidad del no ser. ¿Es éste, entonces y en resumidas cuentas, un saber sin supuestos? (¿Según así se lo denomina?).

     ¡Claro! Para el filósofo, o hay ser o no hay nada. ¿De dónde nace esta idea? De las vivencias.

     Desde la infancia el individuo se acostumbra a “ver algo” o a “no ver nada”. Sobre la mesa hay algo o no hay nada. Cuando un ser está vivo hay ser, cuando muere deja de existir, no hay más ser vivo. Esto se graba. Luego, cuando se filosofa, puede llegarse a dudar de la perpetuidad del ser, y resulta fácil asirse a algún tipo de creacionismo, a la idea de la aparición del ser de la nada y… por ello es que la teología y la filosofía van casi siempre de la mano, cual buenos camaradas.

     Los filósofos, suelen denominar seres a las formas. (La materia es una forma de la energía y esta es una forma de la materia, se dice, pero ambas son, según mi hipótesis, formas de manifestarse la esencia oculta). (Véase al respecto mi obra: La esencia del universo, Editorial Reflexión, Buenos Aires, 1991). En esta obra citada también expreso que la nada no existe y que jamás existió, como tampoco los seres, sino que hay procesos.

     Los astros, las galaxias, la Tierra, el mar, los continentes, las plantas, los animales, el hombre, las ideas, las figuras geométricas, un ángel, la raíz cuadrada de l2; y absurdos como “un triángulo ovalado” o “un metal de madera”, todos éstos “entes” no existen, sino los procesos que los “dibujan”, ya sea lo exterior a nuestra mente o lo que ésta imagina.

     ¿Qué son los procesos? Constituye el devenir de la esencia del universo, una y mil veces y una vez más mi mimada “esencia o sustancia universal” citada en mis libros; relativa, indefinida, inidentificable, cambiante, casi mágica… “creadora” tanto de caos, desorden en general, como de pequeños focos de orden perecedero, instantáneos, frente a los evos anticósmicos.

     En cuanto al “ser” de esa “mi sustancia universal” que menciono en mis libros, constituye el ser por excelencia, el ser auténtico, pero nunca concreto (y en esto difiero de la ontología tradicional), ni materia ni energía, ¡ni espíritu, ni partícula ni onda! Esto último es devenir y no ser. Es el ente que no puede no ser jamás, que siempre fue desde la eternidad y siempre será en la eternidad futura, o más bien desligándonos de lo temporal que constituye un engaño mental bien humano –puesto que el tiempo no existe, sino el cambio de la esencia universal en su accionar- nos queda algo universal enlazado a un eterno presente sin pasado ni futuro. Luego la esencia del universo jamás deja de ser, no puede no ser porque es la existencia misma como lo único, sin contrapartida, como lo que es por sí mismo, que es lo que es, que nunca puede dejar de ser.

     Por ello, la vieja pregunta filosófica de siempre formulada por Leibniz de este modo: “¿Por qué existe algo más bien que nada? pues la nada es más simple y fácil que algo”. (Principios de la naturaleza y de la gracia), y reiterada luego por Heidegger cuando expresa: “¿Por qué hay ente y no más bien nada?” (¿Qué es la metafísica?) ¡Es insustancial!

     Aunque considero a buena parte  de la filosofía como una pseudociencia, aquí hago también metafísica; ¿también ontología? ¿Quién no la hace? Aquí ato cabos y saco conclusiones fundándome en la Ciencia Empírica, en sus ramas básicas (física, química, bioquímica, biología, astronomía, antropología y psicología), que creo envuelven todo lo demás, como por ejemplo la microfísica, la astrofísica, la química de las estrellas y del espacio, la geología, la zoología, botánica, paleontología, anatomía, fisiología, genética y otras disciplinas. Esto en el terreno físico podríamos decir, para ponernos a tono con los conceptos actuales; y en el mundo de la psicología se encierran los mitos, las religiones y otras creencias, la teología, la sociología y la política, el arte y todas las manifestaciones humanas, y entre ellas ¡buena parte de la filosofía!

     Luego, si aquí me encuentro haciendo filosofía, acepto de buen grado que estoy también suponiendo algo, ya que la filosofía es un supuesto saber sin supuestos, desde cuando presupone muchas cosas para sus especulaciones, como por ejemplo la existencia de lo espiritual, el monismo o el dualismo del ser universal, la existencia de algún ente divino, la infalibilidad de la razón, la capacidad humana para entenderlo todo al margen de la experiencia científica, el creacionismo, lo absoluto, la nada, etc.

     Finalmente, la filosofía encierra una posición supersticiosa frente a la realidad del mundo que no entiende, que no puede entender apriorísticamente, que nunca entenderá si no se amalgama con la Ciencia Experimental, pues se trata de un mundo o universo detectable que en su conjunto es una epifanía del ser, esto es de la escondida esencia-que existe y se manifiesta polifacéticamente.

 

Los alcances de la filosofía

 

     Estoy de acuerdo, entonces, con la filosofía cuando su tarea es coordinar o unificar los resultados de la Ciencia Experimental, cuyas ramas los filósofos denominan así a la ligera: “ciencias particulares”, y en cuanto crítica o valoración del saber y sus posibilidades y límites en su aplicación al hombre. Pero nunca la aceptaré como el único saber posible con el que deban coincidir las otras ciencias, que es lo mismo que anteponer un dogma a la Ciencia en lugar de teorizar después de los descubrimientos y experimentos científicos.

     En otras palabras, niego todo valor metafísico puro que se anteponga a la Ciencia Experimental. Valoro, por otra parte, la concepción positivista de la filosofía, la que se nutre de las ciencias particulares como base para sus especulaciones, y acepto su faz crítica como juicio acerca del saber.

     En efecto, la creencia de que la filosofía es el único saber posible está negada por lo antedicho acerca de la creencia en la capacidad mental sola para entenderlo todo al margen de la experiencia.

     Es aquella, la del saber único, una concepción que ha dominado en la   oscura antigüedad remota, y en la Edad Media, y que aún hoy perdura en algunas escuelas o tendencias filosóficas.

     Según esta creencia, un conocimiento no es tal si no es filosófico. Fuera de la filosofía el saber no es perfecto, tan sólo provisional, se piensa.

     Fichte, quien definió a la filosofía como “ciencia de la ciencia en general” no da lugar a que las ciencias particulares posean autonomía. Para Bergson, la intuición es la “visión directa del espíritu por parte del espíritu” y es la herramienta de la filosofía para conocer la realidad absoluta.

     Según el mismo Bergson, las cosas, la materia, no poseen realidad como tales porque son sólo conciencia y tan sólo la conciencia puede conocer la conciencia.

     En resumen, según mi posición frente a la filosofía, lo rescatable son los sistemas empíricos en forma parcial y los positivistas.

     Con lo que concuerdo, es con esa filosofía que se nutre de las ciencias particulares para recoger los resultados y obtener con ello una visión del mundo lo más acertada posible. Lo demás, a mi criterio, ¡es pura pseudociencia!

 

Ladislao Vadas

 
 

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  1. Vadas: Independientemente de que seas o no creyente, lo que sí sos, sin dudas, es un IRRESPETUOSO de las creencias religiosas de los demás. Tu INTOLERANCIA es patética. Y demuestra tu falta de respeto. Ah, yo no te mandaría a la Inquisición (con la que no estoy de acuerdo) TE MANDARIA AL PSIQUIATRA. Elector del 50

  2. ESTA EN SU SITIO. Hola soy el preguntón y aquí va algo para Vadas, especialmente a él que odia a Dios . tiene mas de 100 años y creo resume, el problema que tiene. Que lo disfruten los católicos, Ladislao seguro ni lo leerá A PROPÓSITO DE LAS PENAS ETERNAS "¿De dónde procede ese espíritu que no dejaba en reposo a Tiberio ni en la soledad, ni en medio de los desórdenes, ni entre las matanzas más horribles, y que le hizo escribir al Senado la carta memorable, cuyo contenido era el siguiente: «¿Qué os escribiré, Padres Conscriptos, o cómo os escribiré, o acerca de qué no debo escribiros en este momento! Si lo sé, que los dioses y las diosas me hagan perecer más miserablemente aún de lo que me siento perecer cada día». (1) ¿De dónde proceden estas palabras del parricida Orestes: «Hay algo que me expulsa; no puedo permanecer más largo tiempo?» (2) Todo esto es fácil de explicar. Arrojado más allá de las fronteras de la humanidad por el deseo salvaje de cometer crímenes; separado de Dios por la arrogancia y el odio contra él, no le queda al pecador más que su propio corazón. Pero ¡qué corazón! Un corazón destrozado, endurecido, un espíritu oscuro, en una palabra, una naturaleza devastada. He ahí cuál será en lo sucesivo su única morada; ESTÁ EN SU SITIO. Ahora el pecado se ha desvanecido, sus encantos están marchitos; hasta es imposible seguir entregándose a él. Sólo se presenta a la vista del pecador su fealdad sin velos; vuelve aquél los ojos con desagrado, y lo encuentra en sí mismo. Ve con espanto al monstruo extender los brazos para ahogarle. Le aprieta horrorizado contra su corazón; no puede ni quiere hacer otra cosa. Está solo con el pecado y el pecado está solo con él; está solo con su persona; no está ya en sí, y, sin embargo, es incapaz de salir de esa situación. ESTÁ EN SU SITIO. Así es que maldice y no sabe lo que ha de maldecir. Blasfema de Dios, maldice a sus padres, a los hijos de sus hijos, a la especie humana, el tiempo, el lugar en que nació. (3) Maldice el sol, cuyo brillo aborrece porque le recuerda la luz que abandonó. (4) Maldice el amor de Dios, porque para él — situación verdaderamente horrible — son iguales el amor y el odio.  Sin embargo, la rabia es inútil. Siempre recae en él, porque no le queda ya más que él mismo. ESTÁ EN SU SITIO. Llama una nueva muerte, para librarse de lo que le es más intolerable, de sí mismo, y la muerte huye de él. Queda solo con él solo.ESTÁ EN SU SITIO. Se maldice por haber escogido él solo, libremente, contra la voluntad de Dios, contra su propia naturaleza, (2) el estar en su sitio propio. Lleva en sí el infierno, porque ESTÁ EN SU SITIO. Desesperado, quiere huir; pero a todas partes donde huye va consigo mismo. (3) QUEDA EN SU SITIO. Es para sí su propio infierno, porque ES EL MISMO SU PROPIO SITIO.(4) «Lo que hice, hecho está. Llevo en mí un tormento que no puede ser mayor. El espíritu, que es inmortal, se recompensa a sí mismo sus buenos o sus malos pensamientos; es a la vez el principio y el fin del mal; es para sí mismo su tiempo y su lugar».  Así no acabará nunca el tormento del réprobo. Su orgullo durará eternamente y no tendrá poder más que para hacer todo mejoramiento imposible. Su odio, que no podrá jamás aplacarse, le atormentará por toda la eternidad. Flameará eternamente su cólera, y quedará, sin embargo, por siempre impotente. Su rabia se revelará en eternos espumarajos, pero no encontrará en qué ensañarse, sino en sí mismo. Por eso no morirán jamás ni su gusano ni su fuego, porque él, su propio gusano, su propio fuego, no podrá jamás morir Las penas del infierno son, pues, necesariamente eternas. autor Padre J . M Weiss conf 9 tema 2 años 1905. EL PREGUNTÓN

  3. No puede sostenerse esto, y al mismo tiempo hablar de una de las problemáticas más importantes de la Flisofía, como la materia/espíritu. Es contradictorio y lamentable. Cada uno pone su nivel conforme a su conocimiento. Saludos

  4. ¿Se dieron cuenta, tanto Ladislao como los foristas? LA FILOSOFIA EXISTE, mal que les pese a ciertos intelectuales y estudiosos de otras disciplinas. Ladislao y foristas.: TODO ESO QUE ESCRIBIERON Y OPINARON, TODO ABSOLUTAMENTE TODO ES FILOSOFIA. La capacidad de filosofar que demostraron es altamente asombrosa ( gran virtud).. Filosofia no es saber que existieron Platon y Aristóteles y que la existencia de Sócrates jamás fue probada (a pesar de las barbarirades de ese señor riojano que aspira a postularse para el 2011).. Filosofía es la discusión sobre la naturaleza de las cosas.. sobre la "quididad".. Cuando un biólogo estudia los ciclos vitales, la evolución de cierta especie, está haciendo biología.. pero cuando estudia sobre qué es la vida, ESTA HACIENDO FILOSOFIA.. Cuando un astrónomo estudia las constelaciones o existencia de otros planetas. está haciendo astronomía, pero cuando quiere saber qué es el universo ESTA HACIENDO FILOSOFIA..

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