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El retrato de Dorian Gray

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(LLEGÓ LA HORA DE VER EL VERDADERO ROSTRO DEL KIRCHNERISMO)
(LLEGÓ LA HORA DE VER EL VERDADERO ROSTRO DEL KIRCHNERISMO)

En su única novela, en 1891, Oscar Wilde, cuenta una historia fascinante para la época: Se trata, en resumida cuenta, de un joven, Dorian, que subvierte sus valores, a manos de un oscuro pintor el que ocasionalmente le preparaba una pintura a Dorian. Lord Henry, el extraño pintor, ayuda en cierta medida al joven Dorian a auto convencerse respecto del desequilibrio de valores que sostiene y piensa emprender (el hedonismo, la lujuria sin importar consecuencias) y en esa carrera ese joven, Dorian Gray, que guarda el cuadro del misterioso pintor le ha entregado, empieza a notar que toda su vida de farra, jarana y daño a otros no hacen mella en su cuerpo, pero si empieza a notar toda la decrepitud y el envejecimiento que debería pesar sobre sí en dicho cuadro. Ahí comprende Dorian que su pacto es como una especie de pacto con el mismo diablo. Habiendo lastimado a lo largo del tiempo a todos, inmaculado de cuerpo pero no de alma, Dorian desciende una vez más al sórdido sótano, y al atacar con un cuchillo la imagen ya insoportable del cuadro, y muere: La decrepitud ha descendido del cuadro a su misma realidad.

 

 

Néstor, el que no quiere ver su verdadero rostro

 

Cuando en el año 2003 termina el mandato constitucional no electivo de Eduardo Duhalde, como consecuencia de la crisis profundísima que el país sufría desde lo económico, pero también desde lo institucional, moral, ético, social, etc., debimos ir cabía una transición necesaria. Como correlato de una situación bastante parecida a la matanza de esta semana (me refiero a los sucesos del Puente Pueyrredón que terminaron con la vida de Kosteki y Santillásn, lo lógico hubiera sido se completara un proceso de transición y una paulatina reestructuración, de uno o dos mandatos. No importaba tanto el color político (de hecho los partidos fueron fragmentados a la elección) sino el sentido de la transición: no se puede ir de la disolución a una lucha política de normalidad, simplemente porque dicha normalidad no existía.

En aquel momento, Kirchner es ayudado por Duhalde a ganar, pero no asume tal situación, prefiere hacer un gobierno de golpes de efecto, no de unión y reconstrucción nacional, quizá cun uno o dos planeas trienales, y, se manda Kirchner, a tratar de convencer a la sociedad de que Argentina de su liderazgo no para ello, sino para pretender un liderazgo personal, cesarista, bonapartista, absorber todo el poder que pueda, ninguneando terceros e instituciones.

Un país que 16 meses antes estaba casi disuelto, no sólo tenían un problema de “crecimiento” y que saldar un problema de “memoria” (y no de historia, con todo lo que eso implica) como se le antojó solipsísticamente al tuerto Lupo, alias Kirchner.

 Así, Kirchner, desde su memoria pretende ser fundante.

 Como buen pionero patagónico (bautizado pingüino un poco socarronamente, ese tipo desgarbado de sacos sport siempre abiertos y mocasines que no daban ni de gobernador, menos de protocolo) va para adelante, junta dólares de reserva, hace los deberes de economía ortodoxa como corresponde (total hay default) y hace la del almacenero, total los commodities están mejor que en los últimos 150 años. Así, un pueblo que está en ese año 2005, y también 2006 más hervido que escaldado, se “olvida” de la crisis del 2001/2002 y se “abraza” a la nueva tabla de salvación , tablas de salvación a las que el pueblo migajero argentino es tan afecto a abrazarse, a saber: Plan Austral, Plan Primavera, Plan convertibilidad, etc. Etc.

 Kirchner, como Dorian Gray, no sólo se olvida de su situación de presidente de provincia chica, culo del mundo, sino que también se olvida que es del PJ (durante su primer mandato) y también se olvida de la etapa de transición que le toco históricamente vivir: no sólo la niega, sino que se manda acuerdos raros, aún más destructivo de los partidos políticos.

 La reconstrucción de las instituciones se va al tacho, cuando empieza a meter mano en el consejo de la magistratura (colocando a la antisistema Conti) y de ahí en adelante saca el proyecto personal con decisiones como la puesta de su mujer como candidata (el 2007 es fundamental para entender que había perdido la brújula y su rol histórico, cosa que el mismo mentor le advirtió, Duhalde, acá le daríamos el papel del Diablo pintor de cuadros).

 Así las cosas, pingüino o pingüina, parece que seguimos siendo todos boludos, muchos, por lo menos algunos no, pero esa adicción a la conservación argentina es tan, pero tan difícil de dejar, que un día van a bajar los marcianos, van a gobernar 3 o 4 años bien, y vamos a ser todos marcianistas en esta hermosa y sufrida Argentina modelo siglo XXI.

 Así somos de conservas: ¿Funciona un poquito la convertibilidad? 100 años de convertibilidad, nos casamos por registro civil y 4 cultos… ¿Nos pagan 4 veces más la soja? Demagogia, planes y subsidios… hasta que reviente….

 

La época de las miserias

 

Claro que no todo funciona bien y gratis, y siempre.

Se puede engañar a algunos todo el tiempo, a todos algún tiempo… lo que no se puede es engañar a todos todo el tiempo.

Cuando todo era joda, los muchachos “aseguraban” los votos en 2007 y el Nefástor se metió como pancho por su casa en Matheu al 100 (Casa del PJ) encima de la mano de Cabandié, Pérsico, D´Elía, Moyano, etc... Y la careta se empezó a caer… a pedazos.

 El rostro ya no era “tan inmaculado y rozagante”. Luego vinieron las retenciones móviles, ó la socialización de las ganancias del campo. Muy lindo, joven Lousteau, pero para la Facultad de Economía, no para la Economía real.

 Y así, el bello cuadro de Nefástor “Dorian Gray” Kirchner empezó a ser cada día más decrépito y horrendo, o sea su verdadero rostro que el diablo había sabido disfrazar en el real.

Un día se choreó las AFJP, otro día, dispuso libremente de los fondos del Anses para darle crédito a la multinacional Chevrolet, otro día sacó a Redrado para violarse la constitucional nacional, y jugarse a la joda las reservas de 4 años de cosechas únicas para lo inconfesable… pagarle al amo del FMI.

 Y terminó donde había empezado, tapujado debajo de la piel de cordero, terminó Feudal, como todo ex gobernador de Menem, y terminó aliándose a Menem y Saadi, otra de las monstruosidades que se le ven en el cuadro a Dorian Nefastor Kirchner.

 Odiado, en el PJ, alucinando que lo apuñalan en marzo, sus idus de marzo.

 Nunca quiso asumir su rol en la historia de gobierno de transición, ni asumir la coyuntura que no puede dejar resuelta Duhalde. No se bancó, adolecente, ser uno más de otros, quiso ser un César, Nefástor.

 Jamás podía, entiéndanlo periodistas argentinos, plantear un dialogo, sin que esto quede expuesto, sin quedar en ridículo. El ridículo o se enoja, o se le ríen. Nefástor prefirió enojarse.

 Entre la historia y la memoria, Nefástor y todo el coro de chupamedias y aduladores prefirieron quedarse con sus oníricos y masturbatorios idearios que no se han saldado, simplemente porque la memoria es una experiencia individual y perfectible, egoísta y falsa en algún punto de contraste, en cambio la historia es el sostenimiento racional de los hechos pasados, y los Kirchner prefirieron siempre mirar su ombligo, para ver como engordada su panza, nunca les importó una historia que contenga a todos, de ahí el aborto del bicentenario, cosa insufrible que debimos escuchar, junto a su letanía, la imposición de sus arbitraridades, que terminarán, como su ridículo gobierno.

 Para Aristóteles la deliberación es el punto máximo de la inteligencia humana. Este “punto máximo” no entra en el ideario fascistoide, prefirieron el simulacro del poder, la decisión de tirar tiros, y después ver qué pasa.

 La decisión como política de falsación de la verdad del conjunto, esto es, desde el jardín del invierno del Zar, nunca puede ser del conjunto, no hay verdad de conjunto si la verdad se afirma antes que la deliberación, no hay verdad antes de la premisa, es la falsación de la verdad, su apologética.

 

Kirchner muere decrépito, junto a la realidad que ocultaba su decrepitud

 

Esta apologética, el 6,7,8 del ridículo, el paroxismo de la imbecilidad, no es otra cosa que un discurso, en el fondo, religioso.

 La apologética del Kirchnerismo, que el día de mañana será recordado con sorna, no es otra cosa que la fundación de un grupo de promotores de una causa perdida, que justifican sistemáticamente ortodoxias, negando a conveniencia las barbaridades de las hordas como las que mataron al joven del PO Mariano Ferreira, e incluso, hasta incluso saliendo a bancar estos crímenes.

 La "lógica" apologética K, se basa en el "blanqueamiento" de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos (percepción selectiva) y la exageración de los argumentos y hechos positivos. ambas técnicas comunes en la retórica clásica.

 Es el método del fascismo, es el verdadero rostro del retrato de Néstor Kirchner.

 

José Terenzio
jose.terenzio@gmail.com

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Siempre digo que es un ser diabòlico,resentido,vengativo muy difìcil de domar. Nunca en mi vida he visto a un presidente actuar de esta manera, los otros no fueron santos pero no de de envergadura de Nèstor Kichrner y su esposa.Que mal que vive a pesar de todo el dinero disponible que tiene para toda su descendencia ,pero lo que es del agua el agua se lo lleva, y lo màs triste que no es feliz, es un ser totalmete resentido.

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