Como era previsible, con el correr de las horas circulan tantas versiones como simpatizantes y opositores al kirchnerismo haya producido esta etapa de la historia nacional y latinoamericana.
Interpretaciones personales, agudas observaciones de diversos analistas, periodísticas, sociológicas, políticas, de izquierda, de derecha, de centro, de centro izquierda y derecha (que particularmente nunca entendí como se llegaban a definir).
Militantes de diversas extracciones, favorecidos y perjudicados por la política del ex presidente, ciudadanos comunes que piensan y comparan sacando sus propias conclusiones. En fin, tanto se ha dicho, dice y seguirá diciendo que es imposible registrar todo.
Sin embargo, existen ciertos elementos insoslayables que parecería sumamente oportuno traer a colación, y mantener en la conciencia por todo lo que va a pasar de aquí para adelante.
El hecho en sí del fallecimiento del Dr. Kirchner sigue si cerrar.
Ya se ha mencionado la llamativa oportunidad del evento, justo el día feriado del censo nacional. Bien, puede ser, parece que la mayoría de los mortales no elegimos ni el día ni la hora ni el lugar.
Siembra dudas además el hecho de que parecería que conocidos personajes del entorno de la familia y por pedido de ésta, gestionaban la construcción de un mausoleo para ella.
Otro dato que resulta sospechoso es el cajón cerrado. Y no se entiende porque la gente que fue al velatorio iba a verlo por última vez, lo que a priori constituiría otra falta de respeto más a sus seguidores. Además, nadie parece haber visto fotos de Néstor Kirchner muerto. Algunos argumentos sostienen la necesidad de que su pueblo no lo vea vencido es decir, la necesidad de preservar su imagen de líder vencedor, y hasta dotarlo de una halo de inmortalidad como el Che.
No se entiende porque nunca un ex presidente tan cuestionado, amado y odiado fue velado a cajón cerrado.
No se entiende porque fue hasta su desaparición (por fallecimiento o por otra causa) el hombre más poderoso del país.
No se entiende porque hipotéticamente su muerte no obedece a un accidente que lo desfigurara hasta tornarlo irreconocible o a una enfermedad infecto-contagiosa que obligara a su asilamiento.
No se entiende porque la única explicación que dieron varios medios es que obedecía a una decisión de su esposa pero nunca se aclaró por qué.
Tampoco se entienden tantos comentarios en términos comparativos que hizo mucha gente entre la altura del Dr. Kirchner y el tamaño del féretro. Parecería ser que la segunda medida era inferior.
Y no se entiende por qué tanta distancia entre el féretro y la circulación de las personas que fueron a llorarlo. Nadie pudo ver siquiera de cerca el cajón.
Un dato interesante se vincula con la gente que se ha comunicado con nuestra redacción indignada porque desde ayer por la tarde una encuestadora oficial del gobierno los llama para preguntarle si creen que el deceso del ex mandatario levanta la imagen de Cristina y hasta qué punto. Noticia que ya ha sido publicada en algunos matutinos.
Otro dato interesante que nos ha llegado, aún sin confirmar, es la presencia de una aeronave con matrícula y nacionalidad extranjera, justo detrás del avión de la Fuerza Aérea; y hay hasta quienes dicen haber visto un segundo féretro que los indujo a elaborar la hipótesis de un cambio de uno por otro.
En fin, como se ve, todo sigue sin cerrar, y mas allá del misterio que siempre envolvió a la familia presidencial, no es menos relevante tener en cuenta, hoy más que nunca, las trampas a las que jamás renunció Néstor Carlos Kirchner para conseguir sus objetivos. Caiga quien caiga, reviente quien reviente decía mi abuela. ¿Seguirá aún entre nosotros el hombre más poderoso del país o ya su hijo Máximo habrá tomado su legado?