En los últimos días se ha comentado en distintos medios la presión tributaria medida como monto recaudado respecto del Producto Bruto Interno.
1. En realidad se trata de una idea general con algún grado de aproximación a la realidad. Debemos recordar que, si bien el monto recaudado es una cifra registrada y comprobable, el PBI es el resultado de la aplicación de un método de cálculo en el que se utilizan muestreos y estimaciones, no es una cifra de valores absolutos reflejo de valores reales.
Debe tenerse en cuenta que si el cálculo que se hace del Índice de Precios al Consumidor es objeto de "ajustes" de indudable contenido político a pesar del inevitable contralor privado que hacen los propios consumidores, es probable que las cifras del PBI sufran los mismos "ajustes" contando con la imposibilidad del contralor ciudadano.
Si el objeto del "ajuste" es demostrar un alto índice de crecimiento que exhiba las bondades de la gestión gubernamental, se podría suponer que el PBI estaría sobrevaluado, es decir, el real sería menor al declarado, por lo que la incidencia de la presión tributaria sería superior al 32% que señala el Instituto Argentino de Análisis Fiscal consultado por el diario Clarín en nota del 03-01-11.
2. En la misma nota se señala que: "El “día de liberación de impuestos”, un concepto que utilizan los economistas para hablar de presión tributaria, habla de una carga impositiva récord: el 2010 cerró con casi un 32% de peso de la recaudación sobre el PBI. "Recién empieza el año y todavía falta para el 4 de mayo. Pero habrá que esperar hasta entonces para que un ciudadano argentino promedio termine de trabajar para pagar sus obligaciones fiscales correspondientes a todo el año".
En realidad se trata de una enorme simplificación del problema pues desprecia temas importantes e ignora la mitad de lo soportado por el ciudadano.
Es de recordar que la presión tributaria o monto de lo recaudado por los tres niveles administrativos incluye los pagos realizados por las empresas. Ahora bien, si tenemos en cuenta que las empresas cargan en sus costos a todo impuesto, tasa o contribución que deban rendir, éstos forman parte del precio que abonamos los consumidores, es decir que en los precios están incluidos los impuestos que se pagan y también los que las empresas evaden, por lo tanto la presión tributaria sobre el consumidor es muy superior a la estimada por los especialistas basados en la recaudación declarada.
3. Otro aspecto que han dejado de lado los especialistas consultados es la utilización de los fondos recaudados. Es en realidad la otra cara de la moneda, que forma parte indisoluble de ella.
Los estados (el nacional, los provinciales y los municipales) reciben la tributación para ocuparse de temas que los particulares no pueden o no deben tomar a su cargo. Mencionemos los básicos: Justicia, Educación, Salud Pública, Estabilidad Económica, Seguridad personal y la Defensa Nacional.
Para proveer a esos servicios los estados contratan empresas privadas o bien, en los regímenes socialistas, los proveen ellos mismos.
Sea cual fuere el régimen, la incapacidad administrativa, las coimas, el robo, los sobreprecios, la venta de privilegios, etc. producen una menor producción de servicios en relación con el monto de los tributos recaudados.
La consecuencia de ese faltante de servicio debe ser afrontado por el ciudadano mediante la contratación de educación privada, medicina privada, seguridad privada y cuando la circunstancia lo exija por nuestra indefensión, compra de equipos y armamento para la defensa nacional y hasta contratación de mercenarios que suplan la inexistencia de reservas.
4. Si sumamos: la presión tributaria declarada, la diferencia con el PBI despolitizado, los impuestos cobrados a los consumidores y no ingresados por las empresas, los importes filtrados por las coimas, los sobreprecios, los robos, los fraudes contables, .las sumas que deben abonarse (como aranceles, cuotas, expensas, abonos, etc.) para alcanzar una atención sanitaria, educativa y de seguridad domiciliaria y/o personal acorde con las necesidades mínimas que no proveen los Estados, llegaríamos a la conclusión que la presión sobre sus ingresos deja al contribuyente al borde de satisfacer sus necesidades básicas, y sin posibilidades del ahorro previsor.
En algunos casos, mediante la bancarización promovida con campañas engañosas, ya llevan gastados algunos sueldos futuros.
Entender el esfuerzo de los ciudadanos que va más allá de sufrir la presión tributaria porque incluye las consecuencias de la incapacidad, la corrupción y la desidia en el ejercicio de la función pública, es comprender por qué la inflación, la inseguridad jurídica y la personal, el incumplimiento del texto y del espíritu de la Constitución Nacional, los delitos inexplicables, el abandono de personas, el genocidio encubierto en la venta de medicamentos adulterados, el incremento de la deuda externa que hipoteca el futuro, las fronteras terrestres, marítimas, fluviales y aéreas liberadas, las invasiones territoriales ya iniciadas, el premio a lo ilegal, etc., son efectos inevitables ante los cuales la ciudadanía debe ejercer su protagonismo en defensa propia y por todos los medios lícitos.
Los tiempos del "que se vayan todos" siguen latentes, por el bien del país es de esperar que haya dirigentes capaces de cambiar el rumbo. Así como los hay obsesionados e interesados en "profundizar el modelo".
Ignacio Beltrán
ignaciopbeltran@gmail.com
Como la realidad es una sola, me animo a opinar; y si a esta opinion tan bien desarrollada y con tanta claridad, que nos resulta tan transaparente a ojos vistas, ya que las artimanias y abuso de poder que ejercen por sobre toda la sociedad, a los fines ultimos de engordar las cajas recaudatorias para luego esquilmarlas como lo hacen, por ejemplo; con la ANSES. Y asi empobrecidos llegaremos a ver muy pronto a un pais arruinado, gracias a la Viuda
peneke
lastima....