Señor Director:
En lo que algunos interpretan como un golpe de efecto circense para el próximo 24 de marzo, la justicia enviaría a la cárcel común a una cantidad considerable de los retirados de las fuerzas armadas y de seguridad que combatieron la delincuencia subversiva en los años 70.
En cruel contraste, los terroristas responsables de la muerte de tantos argentinos de todas las edades y condiciones sociales en aquellas épocas, aplauden la venganza (muchos de ellos convertidos en prósperos funcionarios de este pobre país donde hay gente que sigue muriendo de hambre), convertidos en campeones de esos derechos humanos de los cuáles fueron expertos y refinados violadores que festejaban entonces sus asesinatos con groseros cantitos alusivos.
Es sabido que ya más de uno de aquellos presos ha muerto en prisión por falta de la atención médica debida a su estado de salud. Más allá de otras consideraciones, las cárceles no están preparadas para alojar enfermos o personas mayores.
Los jueces responsables debieran considerar que no existe "obediencia debida" o presiones del poder político, que excusen de la obligación ética personal e instransferible. Sus nombres son por todos conocidos, y deberán responder en un plazo no muy lejano por cada uno de estos crímenes.
Creo que están aún a tiempo de evitar mayores males si realmente les interesa hacerlo, usando de su libertad e integridad profesional.
Santiago Floresa
Capital Federal
santiagofloresa@hotmail.com