En la cuenta regresiva hacia las elecciones, una pregunta que comenzó a repetirse en los diferentes campamentos de campaña es si finalmente Marcelo Tinelli volverá a entrometerse en la pelea política con esa bomba de profundidad llamada "Gran Cuñado".
Ese envío dentro de lo que antes se llamaba Video Match y ahora es Showmatch catapultó a Tinelli como uno de los grandes electores, sino el gran, de la Argentina en los últimos años.
Previamente a la saga que ya tuvo cinco capítulos desde 2001, el dueño del rating había sido decisivo en otras contiendas políticas como cuando recibió a Carlos Menem en 1995, le dio su apoyo y facilitó su reelección.
El propio Menem reconoció que ese espaldarazo fue vital para su triunfo, así como Fernando de la Rúa repitió que la caricaturización de su figura en el programa más visto de la televisión fue caldo de cultivo para su caída en 2001.
Precisamente la interpretación de ese De la Rúa dubitativo y lento por Freddy Villarreal fue puesta en marcha en las dos primeras emisiones del Gran Cuñado en 2001 y coronada por aquella desgraciada aparición del Presidente en el programa, cuando equivocó la salida y confundió el nombre de la entonces esposa del conductor.
De la Rúa suele decir que a partir de esa experiencia, los medios deberían ser más conscientes de su influencia y sostiene, convencido, que sus sucesores Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner buscaron acercarse a Tinelli para evitar sinsabores.
Kirchner lo llevó bien hasta que el conflicto con el campo también reactivó a Tinelli. El santacruceño pasó de prestarle la Casa Rosada a Villarreal para que se burlara de De la Rúa a prestarse a un incómodo diálogo telefónico desde Olivos —cuando era candidato a diputado— en la campaña del 2009.
Gran Cuñado 2009 o Gran Cuñado 5 fue la quinta edición de la parodia del Gran Hermano integrada por políticos. Las dos primeras de 2001 las ganaron los personajes de Carlos "Chacho" Alvarez —con su renuncia a la vicepresidencia todavía en boga— y Aldo Rico y en ambos casos fue segundo fue Villarreal con su Fernando. En el Gran Cuñado 3 de 2002 ganó Adolfo (Rodríguez Saá) y en el 4 de 2005 el vencedor fue Mauricio (Macri).
Ya en Canal 13, Tinelli volvió con ese éxito en las legislativas de 2009 y llegó a tener un pico de 46 puntos de rating y un promedio de 31, luego de haber dejado pasar las presidenciales que coronaron a Cristina Kirchner en 2007.
Ese último capítulo, casi premonitorio, fue ganado por un Francisco de Narváez, entrador y simpático, interpretado por Roberto Peña contra un Kirchner irascible nuevamente bajo la inclemente caracterización de Villarreal. El Trece permitía machacar con el ¡¿Qué te pasha Claríiin?!
La influencia real del programa no fue medida. Y si bien muchos analistas relativizaron su penetración en el resultado electoral, a De Narváez el personaje lo hizo más conocido y amplificó su enorme campaña de instalación pública.
El semiólogo e investigador José Luis Petris señaló en aquel momento que el modo de construir las caricaturas elegido por Tinelli, a partir de la extrema exageración de muy pocos rasgos, tiene pocas posibilidades de influir en la valoración previa que cada uno tiene de los políticos. Así definidas, las imitaciones sólo confirman prejuicios construidos previamente. Y entonces sólo en los votantes indecisos, que en general son los menos politizados, "Gran Cuñado" puede tener un peso electoral.
"Todos tuvieron la oportunidad, Francisco la supo aprovechar", sostienen ahora en el comando de De Narváez, quien incluso llegó a decir en la campaña las frases de su imitador como "quereme, querete o ayudame, ayudate".
¿Qué pasará en 2011?
Hay varios factores en juego. Kirchner ya no está. ¿Cómo podría Tinelli hacer aparecer a la figura del ex presidente —cuyo peso y legado están presentes— sin extralimitarse? ¿Y cómo debería el talentoso Martín Bossi interpretar a una presidenta— candidata que habla prácticamente todo el tiempo de su ex marido?
En el Gobierno ya tomaron nota de esto. Showmatch arrancará en abril una nueva temporada en Canal 13, una de las naves insignias del Grupo Clarín, pero además seguramente buscará evitar problemas con el Gobierno, como lo ha hecho últimamente, con lo cual el Tinelli-empresario está entre los dos focos de poder enfrentados más importantes del país.
En uno de los búnkers de la oposición analizaban que el hombre televisión tiene espaldas para bancar lo que sea –recordaban cuando llamó a un entonces poderoso Alberto Fernández "Lopez Rega de este gobierno"—, pero tampoco querrá buscarse problemas gratis con un grupo político que juega fuerte y tiene el poder.
En ese contexto, voceros de Ideas del Sur indicaron que por el momento no está previsto que haya Gran Cuñado 2011, pese a que ahora volvió el Gran Hermano por Telefé.
El tanque de Canal 13 comenzará en abril con una nueva versión de Bailando por un sueño, que resultó otro éxito el año pasado con su formato de pelea berreta. Si sigue funcionando no habrá necesidad de avanzar hacia la arena política.
"No se descarta eso sí que haya interpretaciones o apariciones de políticos, pero no está previsto el Gran Cuñado", dijo la vocera de la firma a Noticias Argentinas.
No obstante, uno de los actores más importantes de ese elenco de imitadores fue más cauteloso ante la misma consulta: "Todavía no se sabe", respondió.
Gabriel Profiti
NA