Si bien el tema no estaba en la agenda y sólo se trató de una propuesta, la oferta no fue bien recibida del lado argentino. Al menos así lo pudo saber diario La Nación, el cual accedió en forma exclusiva a uno de los encuentros cerrados que se mantuvieron durante la jornada de ayer ante la visita de la flamante mandataria carioca a tierras argentinas.
Es que durante una de las reuniones entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff a la que no pudieron acceder los medios de comunicación, el ministro de Defensa brasileño Nelson Jobim, sorprendió con una propuesta que no estaba en la agenda acordada para el encuentro diplomático: el uso de las Fuerzas Armadas para combatir el narcotráfico.
La oferta vino a colación del destaque que hizo Jobim sobre una de las gestiones estrellas del anterior mandatario de Brasil, Inacio Lula Da Silva, y con la que se despidió triunfante de su cargo: los operativos policiales con apoyo del Ejército en las favelas de Río de Janeiro. Luego de jactarse de las tareas realizadas en esta materia, se prosiguió a instar a la Argentina a que tome una medida similar en la lucha contra el narcotráfico.
La propuesta no se esperaba y desencajó las caras de Aníbal Fernández y los ministros de Defensa y Planificación que se encontraban en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada. Despistados y ante un silencio de radio, Fernández señaló a Arturo Puricelli como indicando que él sería el responsable de darles a los cariocas una respuesta propicia. El encargado de la Cartera de Defensa pareció estar a la altura de las expectativas oficiales y con una escueta explicación logró bajar el nudo de la corbata de los funcionarios argentinos al expresar: "No tenemos posibilidades de encararlo (con las Fuerzas Armadas) porque tendríamos que reformar la ley," refiriéndose así a que en la Argentina la lucha contra el narcotráfico y la seguridad interior son limitadas para las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, Puricelli aprovechó para ensalzar a la reciente ministra de Seguridad Nilda Garré asegurando que la misma está realizando un trabajo arduo en esta materia con un modelo bastante parecido al brasileño a la hora de batallar con bandas de narcotraficantes. Aunque esto no tenga mucho de cierto, se logró aquietar a los funcionarios del vecino país aunque sea de manera fugaz y seguramente conmocionados y preocupados por el reciente caso —aún no resuelto— de la tonelada de cocaína enviada desde la Argentina a España en el avión de una empresa que ostenta más de una relación con el gobierno kirchnerista, como es Medical Jet.
Tal vez con el esquive de una respuesta clara sobre el combate del narcotráfico en la Argentina, los brasileños hayan por fin entendido a qué se debe la cantidad de condenas de organismos anti lavado y anti droga que tiene el país y a las que sus funcionarios responden inmóviles.
Redacción de Tribuna de Periodistas