En Rusia, a unos 100 km. al oeste de Nizhniy Novgorod, hay un centro de investigaciones de la ionósfera operado por el Instituto de Investigación de Radio NIRFI. En él se desarrolla el “Proyecto SURA”, Instalaciones de Calefacción Ionosférica, iniciado en 1981.
El SURA, puede emitir 190 MW de potencia irradiada efectiva de ondas cortas permitiéndoles a los rusos analizar la ionósfera cuando ésta es invadida por ondas de baja frecuencia.
La información disponible sobre este proyecto quizá sea más escasa que la existente sobre el Proyecto HAARP, sin embargo puede saberse que se trata de tres transmisores de radiodifusión de 250 kw y una antena dipolo cruzado 144 con dimensiones de 300 m. x 300 m.
Para algunos científicos como el meteorólogo Steven Scott, SURA fue el responsable del huracán Katrina que afectó New Orleans el 28 de agosto de 2005, provocando enormes destrozos en Misisipi, Bahamas, Luisiana y Florida.
Las sospechas se fundan en una declaración hecha hace unos años por Vladimir Zhirinovsky, fundador y líder del Partido Democrático Liberal Ruso en la que afirmaba: “nuestros científicos cambian levemente el campo gravitacional de la Tierra”, amenazando así a los EE. UU., en torno a las rivalidades eternas entre ambos países.
Pero las acusaciones cruzadas datan de hace bastante tiempo. Las inundaciones que perjudicaron tanto a Europa en 2002, fueron adjudicadas por muchos políticos de este continente a las acciones militares norteamericanas con el Proyecto HAARP.
En la DUMA estatal, esto es, la Asamblea General Rusa —nuestro equivalente en Parlamento Nacional—, muchos diputados vienen presentando desde hace años proyectos tendientes a mitigar la influencia del HAARP, y hasta se ha propuesto la creación de una Comisión Internacional que investigue qué tipo de experimentos se llevan a cabo en la base militar de Alaska.
Por último, cabe acotar que existen en el mundo tres instalaciones semejantes, la tercera está en Noruega, precisamente a la que los mismos rusos le adjudican la extraordinaria ola de frío que estuvo afectando a Europa días pasados.
Los interrogantes siguen abiertos, nadie se atreve adjudicar la total responsabilidad de las catástrofes ¿naturales? de los últimos años a estos proyectos. Sin embargo, no son pocos los que no la descartan.
Nidia G. Osimani