Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: El abismo... todavía estamos
Título original: El abismo…todavía estamos
Dirección y Guión: Pablo Yotich
Género: Drama – Solo apta mayores de 13 años.
Reparto: Juan Palomino, Alejandro Fiore, Agustina Posse, Raúl Rizzo, Humberto Serrano, Adriana Salonia, Adrián Yospe, Mabel Pessen, Daniel Valenzuela, Betty Raiter, Miriam Lanzoni, Pablo Yotich, Belén Santos, Gabriel Zuccarini. Participación: Alejandro Fantino, Dalma Maradona.
Distribuidora: Independiente - Música: Víctor Heredia
Producción: Antonio Levesi Cervi, Magalí Nieva, Pablo Yotich, J. Colombini.
País: Argentina - Año: 2010 - Duración: 90 min.- Estreno Argentina: 24-03-11
Los llamados “años duros o de plomo” de la dictadura militar argentina (1976-83), legitiman la concepción ideológica y la excusa para la narración de cine testimonial. Pablo Yotich, director, guionista y actor de El abismo…todavía estamos, se equivocó de formato para contar una excelente historia: el lenguaje cinematográfico fue esquivo, para contar tanto, en tan poco tiempo.
Yotich nos coloca en el núcleo de un drama familiar (como tantos en esa época): tres hermanos —un militar, un sacerdote y un militante— serán de la partida de un entramado de relaciones perversas. Tres visiones diferentes de hechos que siguen cuestionando nuestros días.
Por un lado está Ernesto (Pablo Yotich), un militante de izquierda que decide irse a vivir con su novia, Paloma (Belén Santos), cuando ella queda embarazada. Por otro, Felipe (Alejandro Fiore), militar y hermano mayor de Ernesto, quien cansado de que el menor de la familia preocupe a sus padres lo manda a secuestrar junto a su novia por un grupo de tareas.
La intención del militar, es la del escarmiento. Que su hermano se disocie de su militancia peligrosa. Pero lo teórico se resuelve mal en la práctica. Concluye dando en adopción a su sobrina recién nacida a un colega.
El protagonista que entra a escena es el último de los hermanos, Alejandro (Juan Palomino), un cura que guarda silencio frente a las atrocidades de la dictadura y que decide interceder por la vida de Ernesto cuando se entera del martirio de su secuestro. Su figura comienza a copar la pantalla y los mejores momentos de la historia se entronizan.
Alejandro, treinta años más tarde, se topará con Natalia —la hija de su hermano y Paloma— y le revelará a la joven su verdadero origen y cómo terminó separada de los suyos durante tanto tiempo.
El disparador del relato (y la tensión manifiesta en la pantalla), está signado por la detención de la joven pareja por parte de su hermano militar. Sumida por la mirada de una sociedad, que daba la espalda a estos hechos. El tristemente célebre “por algo será…”
Una apuesta inteligente del director, es la convocatoria de un elenco de actores con marcado compromiso social: Juan Palomino, Raúl Rizzo, Alejandro Fiore, Humberto Serrano. Otorga mayor credibilidad a un guión que naufraga a veces en compartimientos estancos. La oportuna música de Victor Heredia —un comprometido de primera hora con los DD.HH.— hará el resto. La fuerza contra toda tiranía, en lenguaje musical, como atravesamiento cultural a un pasado que interpela y espera…
El film, que aborda desde la ficción el doloroso tópico de los hijos de desaparecidos y su lucha por su identidad, contó con el aporte de la escritora Aída Bortrnik.
La inconsistencia mayúscula del director, fue su incapacidad fundante para los “encuadres” de planos: colocar en un mismo campo, multiplicidad de personajes con significados. Son los grises de una narración que por momentos se asemejan más a la estética de una tira de TV. que a un relato fílmico. Hubo mucho texto que contar, y no alcanzó elipsis, montajes alternos y flash back. Pero que sirva de consuelo al Sr. Director.: son pocos los cineastas que logran vencer el “síndrome del encuadre de planos”, y su corrección.
Otros defectos menores: errores de montajes, escenas injustificadas y hasta trilladas. Empero la urgencia de un relato y el estreno en una fecha tan cara para nuestro país: 24 de marzo, día de
Aquende y allende de dispositivos y lenguajes cinematográficos, se encuentra el sagrado deber de la memoria, y de un pasado que interpela buscando respuestas globales y no mezquinas. Vaya tarea impuesta por esta cinta, y que merece todo nuestro reconocimiento.
El tema de la identidad, y el “aquí y ahora” de esa identidad, que no convence a todos por igual. No todos los hijos de desaparecidos piensan igual que sus progenitores; incluso son parte de una crítica demoledora de estos sobrevivientes. Un punto de inflexión, y un recorrido a transitar y —por qué no— para narrar cinematográficamente.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 3Tribunas.
Puntaje actor protagónico: Juan Palomino (Alejandro) 4 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima
Uh, qué raro... Otra peli más con el tema de que los milicos fueron los malos-malos-malos... y de los males que hicieron... ¿Ché no hay filmes argentinos que se estrenen sobre los crímenes que se hacen actualmente desde la Katocracia? No, claro, los malos únicamente son los pasados. Lo nuestro se llama "revolución"... Lanata, nunca más grande: "ME TIENEN PODRIDO CON LA DICTADURA".
Bueno como se les acabo la realidad ahora encontraron el curro de la ficcion "de la dictadura". A los famosos directores de cine del pais parece que no se les cae una idea original ni aunque los opere Anibal Lecter. Van a los seguro y CONVENIENTE, si el dia de mañana esta uno de derecha puede que por fin empiecen a hacer peliculas con los hechos de la subversion. En USA no servirian ni para decir "CORTEN"