Señor Director:
Envío algunas precisiones referidas al debate por sendas cartas del Sr. Santiago Floresa, publicadas en este prestigioso medio.
La célula producto de la unión de dos seres humanos y que es distinta a lo de sus progenitores es obviamente vida humana. Seguramente irá cambiando permanentemente, hasta "ordenar" sus cromosomas, llegar a ser dos (por ej. gemelos), o seguir siendo uno, desarrollar su cerebro (lo que hasta los siete años al menos aún no se ha terminado).
Luego también empezará a menstruar, o tendrá barba y bigotes, pero siempre fue vida humana. A veces para justificar lo que queremos, recurrimos a lo que venga. Ídem el tema de la edad. Claro está que no es lo mismo matar a un niño de ocho años que a un embrión, o a un señor de 95, pero es exactamente lo mismo en lo que se refiere a que todas son vidas humanas, cualquiera sea la edad, raza, religión o pensamiento político (ojo con la resurrección de Mengele).
Es cierto que los embarazos son espontáneamente abortados en una considerable proporción, como los enfermos de cáncer o de sida graves también mueren en general antes que los sanos. Pero no es menor un crimen por matar a alguna de estas personas. Incluso creo que es más grave por ser personas más débiles e indefensas.
Finalmente Ana tiene razón en que los hombres son bastante responsables de los abortos por borrarse cobardemente. También tiene razón al decir que la mujer es dueña de su cuerpo, pero el tema es que el embrión, o célula huevo, o feto es una persona distinta que ella. Quizás si hubo violación es un intruso. Un niñito intruso, pero inocente, y que no tiene culpa alguna de lo hecho por su padre.
Lo felicito por lo interesante de los contenidos de Tribuna, y de las aportaciones de sus lectores.
Efraín Paez de la Torre
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