La pregunta periodística sonó algo inesperada, pero la respuesta del funcionario mostró una suerte de reflejo semántico digno de un ex escriba de los Montos devenido en valet parking kirchnerista.

    - ¿El Presidente es un poco misógino..?

    - No, qué va… ¿Cómo va ser misógino un tipo que llevó a la Corte Suprema a dos mujeres y media..?

    La chicana homofóbica del funcionario se apoya en el resentimiento que aún despierta en zonas ocultas del gabinete la entronización de Eugenio Zaffaroni en el supremo tribunal.

    Pero el motivo del encuentro no era contar chistes kirchneristas (aunque durante el transcurso de la charla surgieron varios, de grueso calibre..), sino conversar en términos secretos (casi paranoicos por parte del entrevistado, obviamente en coma profundo de anonimato de identidad) acerca de un murmullo que se expande como viento zonda –fuerte e invisible- en sensibles áreas del poder gubernamental.

    ¿Es cierto que Néstor Kirchner pretende que Cristina Fernández de Kirchner compita el año próximo con Elisa Carrió en la Capital Federal…, y que la mujer del Presidente se opone pues teme un papelón mayúsculo..?

   El interlocutor utiliza infinidad de metáforas y dialécticas retorcidas propias de quien pretende explicar la inexplicable para asentir la consulta periodística.

    Con el Manual de Zonceras Argentinas en mano (Gracias Don Arturo!!!), lo que se puede desencriptar de la respuesta “off the record” del funcionario es más o menos lo siguiente:

    - La abrupta pérdida de imagen positiva del Presidente de la Nación no afecta en la misma medida a su mujer, la senadora Cristina Fernàndez (“No te olvides que vos sos una Fernández y yo un Kirchner”, es la segunda referencia misógina que cae sobre la mesa del bar en el primaveral invierno bonaerense…).  El santacruceño es mordaz y agresivo cuando discute con su mujer, en esa extraña mixtura de vida personal y trabajo de Estado que desarrollan desde un año y medio a esta parte.
    - La caída de popularidad del Presidente no ofrece por el momento una contrapartida de crecimiento de algún candidato en particular a nivel nacional. Para algunos politicólogos es un signo beneficioso y para otros contraproducente. Con Reutemann y De La Sota calladitos (“por ahora, solo por ahora…” Marcelo Araujo dixit), son líderes individuales y regionalmente acotados quienes recogen los frutos caídos del árbol kirchnerista.
    La apabullante maroma de adhesiones que viene recogiendo Elisa Carrió con o sin carbohidratos en su dieta, perfila a la chaqueña como la única gran beneficiaria a quedarse con los votos porteños en el 2005. Pero la apropiación de electores que humorísticamente el kirchnerismo considera propios y tanto desviven a la líder del ARI, constituye una ilusiòn óptica de triunfalismo propio de sus quince minutos de gloria, romance y fama con los medios masivos de comunicación. La señorita a la que Duhalde califica como “mala persona” está huérfana de amigos en el interior del país, pero como Dios atiende en la Capital Federal su esplendor pasajero se agiganta más de la cuenta… Esa sensación térmica de una Carrió con sobredosis de triunfalismo a los Kirchner los tiene mal…, muy mal, pésimo diría una horrible profesora de matemáticas.
    Y ese estado de situación ocurre en la caja de resonancia del establishment político argentino, en tierra del propio Anibal Ibarra… quien tampoco sabe a que transversalidad agarrarse en esta calesita con sortija tramposa que se convirtió la política de alianzas impulsada desde la Casa de Gobierno y ahora en agónica retirada.
    Cosa curiosa: Kirchner quisiera que la derecha local le hiciera un poquito de fuerza a la levantada de Carrió, pero su expresión de deseo choca de bruces contra la realidad. Mauricio Macri luce las uñas pulcras de un nené de papá  malcriado y  caprichoso, el único rol que le sale perfecto: Cansado de perder status de tipo representativo en la Capital Federal, ahora amenaza volcarse a la Provincia y ciertos votos derechosos que podría arrancarle al ARI el año que viene, se disuelven entre la nube de disidencias que encierra su movimiento y su aniñada cobardía para enfrentar peleas políticas dignas de barrabrava.
    Ricardo Lopez Murphy hace de su moderación un canto a la esperanza de los liberales hasta que amenaza mediaticamente una alianza con Carrió y su coro de adeptos le rechifla con saña.
    El proyecto de Néstor Kirchner and company comienza a gotear con epicentro en la Capital Federal y el flujo acuífero se tornará en inundación si recibe una paliza electoral en el distrito donde radica el poder, como todo hace prever que así será. Entonces algún iluminado sale a decir en las proximidades del sillón de Rivadavia que “Cristina Kirchner tiene que salir a pelearle terreno a la Carrió en Capital Federal…” y  comienza un alboroto que dará mucho que hablar en las secuencias venideras.
    Pero este jueguito entre bambalinas para no dejar el poder tirado por los rincones ya semeja a las parodias que se hacen sobre el Titanic. Entonces parece (nadie habla ni extraoficialmente del asunto)  que “la Fernández” no piensa para nada en hacer “la gran bonzo” y no quiere correr el riesgo de incinerar su futuro político en un hipotético duelo electoral al que le tiene una mezcla de pánico y terror concienzudo.
    Para colmo, a Carrió, apoyan hoy día -.circunstancialmente-, todos los malheridos del kirchnerismo, a saber: menemistas, ex agente de inteligencia expulsados del sistema, ex carapintadas, ex policías, ultraderechistas  y siguen las firmas…(juntitos con esa pandilla de pseudoprogresistas porteños que siempre buscan en una mujer el perdido complejo de Edipo político que les acompleja desde tiempos inmemoriales).
    Por ahora, la senadora Fernandez de Kirchner siente menos riesgo al galopar sobre territorio bonaerense. Aunque los dirigentes del viejo peronismo dicen que no la conoce nadie mas allà de la General Paz, para esa tarea de recogimiento de adhesiones  hay trabajando  “punteros” ex duhaldistas cobrando hasta diez mil pesos mensuales por abrirle zanjas en zonas inhóspitas para la imagen de la Primera Dama… Inhóspita por ser una desconocida, no por recibir hostilidades como le gusta calificar al duhaldismo la puesta en escena de la mujer sureña.
    La apuesta de correr su candidatura de la provincia a la Capital Federal no parece estar en los planes de la senadora, aunque sí en las cabezas de muchos “pensadores” cercanos al Presidente, y en la propia cabeza del santacruceño.
    Si los comicios fueran en los próximos meses, la Kirchner perdería por goleada. Eso de por sí causa comezón y mucha pavura en Casa de Gobierno. Pero lo terrorífico es el escenario que plantea “el día después de mañana”. Las huídas masivas que tendría el kirchnerismo entre sus hoy acólitos incondicionales son previsibles, de allí que el Presidente quiere que su esposa salve las papas del fuego y en su entorno meten presión para ello. Dicen que a Cristina K. no le importa que se hunda el Presidente y ella quede a flote en un hipotético felíz desembarco en la Provincia de Buenos Aires.
    La senadora Fernández de Kirchner tiene una pizca de terror a la subida en popularidad de Elisa Carrió pero no se siente involucrada en una pelea de la que ella no se considera ajena pero sí distante.
    Otro condimento que provoca tembleque en Balcarce 50: Muchos agentes cesanteados de la SIDE de mala manera, están ofreciéndole a la chaqueña informaciones confidenciales de asuntitos que se manejan en áreas del gobierno muy sensibles a las calificaciones de corrupción (Jaime, el Secretario de Transporte viene dejando las huellas digitales desde el primer día de gobierno y el impresentable Julio de Vido también alimenta las sospechas más variadas). Si muchas veces Carrió puso proa denunciando situaciones que le vendían como fidedignas y no eran mas que atunes cosecha `94 (los llamados “pescados podridos”), esta vez la data que le están acercando espías expulsados y hasta investigadores policiales excluídos de la “cajita felíz” es grosa y puede llegar a golpear fuerte la credibilidad del gobierno. CONARPESA, fondos de campaña de dudoso origen y hasta la extraña muerte de Juan Castro acechan como un revulsivo indeseable en manos de la mujer chaqueña. Y cuando se abren heridas de sospecha en un gobierno después son casi imposibles de cauterizar.
    Sí… los Kirchner tienen miedo a enfrentar a Carrió el año próximo, y es lógico que el miedo se convierta en espanto a medida que el tiempo pasa.
    También la escena nacional muestra que comenzó el tiempo de pasarse viejas cuentas entre ex aliados. Por caso: Graciela Fernández Meijide (otra Fernàndez… y van…) volvió al ruedo rejuvenecida cual Giselle Rímolo y con la espada entre los dientes se lanza en la cruzada pro Elisa Carrió. No es que la seduzca el proyecto del ARI a la ex aliancista. Es otra cosa. El Canciller Rafael Bielsa la acusó en épocas de la Alianza de no rendir cuentas de millonadas de pesos manejados indiscriminadamente en el área de Desarrollo Social. Y ahora las acusaciones de la profesora de francés son feroces contra el gobierno del cuál Bielsa es Canciller y su apoyo semi incondicional a Carrió dan la pauta de cómo se recompondrá el escenario local para las funciones venideras. Hay otras Fernández Meijide dispuestos a reeditar “la noche de los muertos vivos”.


Alpargata Rosa..

    -A Graciela Ocaña le dicen en Presidencia… Alpargata Rosa…
   - Por..?
   - Porqué ningún gaucho se la quiere poner..
    Otra vez el canibalismo misógino de los chistes del Presidente salen a relucir en una mesa cubierta de pocillos de café y humaredas de cigarrillos de los cuáles –si se revelara la marca qué fuma nuestro interlocutor-, media SIDE estaría trabajando en la pista de identificarlo.
    La jugada de Alberto Fernández aprobada por Kirchner de romper el ARI llevando a la Ocaña al PAMI terminó resultando una jugarreta efecto boomerang. Por miedo a firmar prestaciones otorgadas a testaferros indeseables de la obra social de jubilados, la “hormiguita” llevó el organismo a un estado de abandono y carencias de atenciones a los ancianos casi absurda. No es, como se presume, que quienes se agarran la cabeza son sólo el Coty Nosiglia y Luis Barrionuevo. Ginéz González García también tiene “intereses” en que las prestaciones del PAMI se normalizen, e insiste en Casa de Gobierno con remover a la Ocaña. A corto o mediano plazo, el resultado final del desmadre llevado a cabo en el PAMI redundará en otro porotito a favor de la Carrió y una frustración más para el gobierno.
    No se dice en inmediaciones de la Ocaña cuál ha sido su acuerdo con Cristina K. para abrirle las compuertas del PAMI a  radicales fredystoranistas contratados para nadie sabe qué…. La Primera Dama y Fredy Storani fueron muy amigos y compañeros de estudio en los `70, pero de allí a que le permitiera poner unos cuantos ñoquis en la obra social de los jubilados hay una explicación que aún nadie brindó. Ni siquiera obtuvo una respuesta el odontólogo Graneros, ex segundo de Ocaña y hoy, como buen dentista experto en medicamentos, refugiado en un inexistente SEDRONAR.
    Cuando también por inacción, el caso PAMI vuele por los aires, habrá que ver quién reirá con los chistes subidos de tono y las prácticas palaciegas del kirchnerismo.
    Por eso un revival de los viejos amores con el menemismo y el duhaldismo es lo que subyace en la Casa de Gobierno frente al terror que se avecina.
    Algunos Frankenstein creados en las fricciones por el ascenso al poder ya toman vuelo propio y difícilmente acompañen el proyecto kirchnerista hasta la tumba. Miguel Bonasso es uno de ellos. El temperamental ex jefe de prensa Montonero quiere diversificar su proyecto político con luz propia y tomando distancia de los parteros kirchneristas que lo llevaron a una banca legislativa.
    Será difícil que el Presidente pueda dosificar los arrebatos del “bonassismo” y de otros referentes que ya se prueban colgarse el cartelito de ex.
    El funcionario cuenta otro par de chisten inconfesables, paga la ronda de infusiones y parte del encuentro con rumbo desconocido. El  periodista enciende un nuevo cigarrillo y mientras hace tiempo para que su interlocutor se aleje de “la escena del crímen” como un informante de identidad reservada, le surge una feroz asociación de ideas que se materializa silbando un tema de Los Redonditos de Ricota: “Maldición va a ser un día hermoso”. El silbido remarca principalmente esa estrofa que dice: “Pintan mal las cosas para él, mi viejo… pintan mal”.

Jorge D. Boimvaser