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Poder que mata

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LAS MENTIRAS DE LA ADMINISTRACIÓN BUSH, AL DESCUBIERTO
LAS MENTIRAS DE LA ADMINISTRACIÓN BUSH, AL DESCUBIERTO

Ficha técnica:     

 

Título para Latinoamérica: Poder que mata / Juego limpio / Caza a la espía

Título original: Fair Game

Dirección: Doug Liman

Guión: John-Henry Butterworth y Jez Butterworth; basado en los libros “The politics of Truth” de Joseph Wilson y “Fair game” de Valerie Plame Wilson.

Género: Thriller – Apta para todo público

Reparto: Naomi Watts (Valerie Plame) Sean Penn (Joseph Wilson) Sam Shepard (Sam Plame) Ty Burrell (Fred) Brooke Smith (Diana) Noah Emmerich (Bill) Bruce McGill (Jim Pavitt) Michael Kelly (Jack) David Andrews (Scooter Libby).

Montaje: Christopher Tellefsen

Música: John Powell— Fotografía: Doug Liman

Distribuidora: DeAPlaneta.

 Producción: Jez Butterworth Akiva Goldsman

País: EE.UU. Año: 2010  

Duración 106 min.

Estreno en la Argentina: 12-5-11  

 Un thriller de contraespionaje actual. Sus ramificaciones pueden leerse en un análisis político en el presente. Cómo el poder político miente a sus ciudadanos. La máquina de la publicidad engañosa –la propaganda política— que alecciona a los incautos habitantes de la primera potencia mundial. Pero al fin y al cabo la verdad siempre asoma por más que se la quiera tapar.

 El film está basado en los libros “The politics of Truth” de Joseph Wilson y “Fair game” de Valerie Plame Wilson casualmente los personajes centrales de la historia. Una trama real que desnudó las miserias de la política exterior americana en tiempos del dictador Saddam Hussein. El asunto de las armas de destrucción masiva —que según Washington— tenía el ex premier iraquí y que nunca aparecieron.

 Como agente secreta de la División Antiproliferación de armas de la Central de Inteligencia Americana (CIA) Valerie Plame (Naomi Watts) dirige una investigación secreta en Irak. Su esposo Joe Wilson (Sean Penn) —un diplomático de carrera— apoya su gestión y es llamado a colaborar en tal empresa. Como resultado no se confirma la venta de uranio enriquecido de Nigeria a Irak. Al tiempo de la Casa Blanca ignora tal informe de la agencia y decide invadir unilateralmente el país árabe.

 El ex diplomático Wilson se siente ultrajado. Decide contar toda la verdad y hablar con la prensa para que todo se sepa. Este tópico lo pone contra las cuerdas: su familia, su matrimonio y su carrera está jaqueada por el poder político de la administración Bush.

 Al tiempo que su bella mujer Valerie decide también ventilar la historia, tras 18 años al servicio en la CIA esta valiente madre, esposa y agente con una carrera intachable luchará por sus ideales. Recibirán ambos (Wilson y Valerie) la afrenta de muchos de sus compatriotas que los tildarán de antipatriotas y “comunistas”. ¿Por qué?, simple: por contar la verdad de los hechos.

 El panóptico político-social (el control sobre los ciudadanos) no es privativo del gran país del norte. En mayor o menor medida todos los estados modernos lo comparten. De todas formas existe una percepción global sobre las dificultades que tiene el hombre medio en entender el intrincado mundo del poder político. Aunque se viva en una república, las decisiones gubernamentales (estratégicas para el Estado) son poco conocidas por la ciudadanía. Las personas creen estar informadas y al rato se dan cuenta que no lo están. La verdadera política está muy distante del soberano.

 Poder que mata (Fair game) intenta explicar por qué se da esta contradicción en una sociedad moderna y republicana. Si esto es así dejará de ser una democracia, ya que el pueblo no sabe de qué se trata las actividades de sus gobernantes.

 El productor y director Doug Liman (recordado por The Bourne Identity, Jumper o Sr. y Sra. Smith) nos sorprende con este interesante guión. Donde las paradojas internas de los protagónicos será el norte del progreso de los mismos. Mediante una “imagen cristalizada” (la mesa familiar extensa) los amigos del matrimonio protagonista discuten sobre el porqué de un conflicto innecesario en oriente. Con el consabido “a Saddam lo pusimos nosotros” (refiriéndose a los americanos). Ellos crearon al el eje del mal y ahora que se les revela ante sus ojos hay que darle caza. 

 
Naomi Watts (Valerie Plame) máxima sobriedad y suficiencia en dos planos: los retratos de su vida familiar y su profesión asumidos con alta dramaturgia 

 El metraje es un alegato demoledor contra las patrañas del gobierno de Bush como pretexto para invadir tierras tan lejanas. Singularmente es Sean Penn (a la sazón un buen demócrata) el encargado de la crítica social de estos hechos aberrantes. Empero no tiene ningún despacho (en otros diálogos) en legitimar estas conductas intervencionistas e imperialistas so pretexto de la paz mundial.

 La ductilidad de un guión adulto se constata al mostrar la realidad de la política y la moral internacional de un país “gendarme del nuevo orden mundial”. E interpela hacia adentro de una sociedad que no quiere ver lo que pasa ante sus ojos. Los intereses económicos los negocios internacionales y como pivot una familia que se enfrente a todos: esta es la ponderación que merece destacarse. Y en la conclusión del relato se verifica y con creces. La moral del espectador queda salva.

 En cuanto al rol de los protagónicos la suerte se devela desigual: Naomi Watts (Valerie Plame) – la notable actriz inglesa— descolló por su madurez interpretativa y su concentración a la hora de lidiar en aguas profundas de dramaturgia. Mientras que su partenaire Sean Penn (Joseph Wilson) en un juego deslucido y con cierto amaneramiento. Demasiados tics físicos e histerismo innecesario (sobreactuación) que achataron su trabajo. El hecho de mostrar “la información” como disciplinador social por momentos fue extenuante.

 El “thriller moral” no es para todos. Inquieta incomoda nos hace partícipes. No hay lugar para distraídos. Y esa es la respuesta pretendida. Más allá de toda falsa percepción que se tenga de la realidad como bien expresara el actor Jack Nicholson: “los espectadores no están preparados para la verdad. Y quizá por ello el cine y nuestros gobiernos nos mienten”.

 

Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 4 Tribunas

Puntaje actor protagónico: Naomi Watts (Valerie Plame): 5 Tribunas

Referencias:

5 Tribunas: excelente/imperdible

4 Tribunas: muy buena

3 Tribunas: correcta — buena

2 Tribunas: regular

1 Tribuna: mala/pésima

 

1 comentario Dejá tu comentario

  1. ¿sobreactuacion? Sean Penn nunca sobreactua en ninguna de sus peliculas, es un actorazo si sobreactuara nadie lo tomaria serio como actor y no hace ningun tic. PD: Lavate la boca antes de menospreciar a un actorazo como Sean Penn el no esta nada sobreactuado su actuacion es muy buena.

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