Señor Director:
Soy hincha de River y deseo que descienda a la B. Sería una excelente lección para todos los argentinos, especialmente para los que saben más de fútbol que de historia, economía. O filosofía, que son muchos.
Encuentro un llamativo paralelismo entre las heridas de nuestro país y las de River. La corrupción, la codicia de los dirigentes, la falta de visión, de idoneidad, los vínculos con la violencia y la brutalidad parecen comunes denominadores en ambos casos. Y esas cosas no pueden ni deben terminar bien. No voy a derramar una sola lágrima por el descenso de River.
Ya derramé demasiadas por el descenso de mi patria, llevada a la última letra posible en la escala de los países: al default, al narcotráfico, a la pobreza, a la indigencia, a la corrupción, a la impunidad.
River y el país volverán a sus glorias cuando sean gobernados por personas íntegras, idóneas, profesionales con valores, que entiendan el ejercicio del poder como un servicio a los demás.
Damián Donnelly
DNI 14.610.471
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