El 1 de julio de 1987, cuando se habían cumplido 13 años de la muerte del ex presidente Juan Domingo Perón, un grupo de desconocidos profanó su tumba en el cementerio de la Chacarita y le cortó ambas manos.
Desde que en septiembre de 1994 el juez de Instrucción Alberto Baños volvió a decretar el secreto del sumario a ese expediente judicial, se reunieron suficientes testimonios y pruebas para determinar que el robo de las manos de Perón fue impulsado por una cuestión política y que fue perpetrado por agentes de inteligencia pertenecientes a una fuerza militar.
El juez de la causa, Jaime Far Suau, murió en extrañas circunstancias, al igual que el jefe de policía de esos días, Juan Ángel Pirker. La misma suerte corrieron algunos de los testigos del hecho. A continuación, la novelesca historia en un video revelador: