Los vecinos de San Isidro están en pie de guerra por la polémica venta del viejo hospital público de la zona a manos del empresario Alejandro Gravier, el marido de Valeria Mazza, quien ganó la licitación el 20 de abril.

    Esta operación generó una discusión de proporciones y la Justicia falló con medidas cautelares contra la Muncipalidad. Asociaciones vecinales de San Isidro quieren que en ese lugar se instale un geriátrico de acceso público y no un complejo de viviendas top, como se pretende construir.

    Detrás de este debate, hay más polémicas: se discute acerca de la constitucionalidad de distintas leyes y decretos que, según quién las lea e interprete, puede o no ser constitucional hacer este emprendimiento. Si bien el intendente Gustavo Posse dio su aprobación a la oferta de Gravier por casi un millón y medio de dólares (el metro cuadrado lo pagó a 200 dólares y en muchas inmobiliarias lo valúan por arriba de 275), la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de San Isidro confirmó el martes 8 la medida cautelar dictada por el Juez Servin, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo 1. En definitiva, por ahora el antiguo hospital público de la zona no podrá ser vendido. Y Alejandro Gravier, a través de AG Producciones S.A., deberá esperar los próximos pasos o enfrentarse con la Municipalidad. Respecto al irrisorio valor, la inmobiliaria Organizacion Acassuso, que él mismo consultó, tasó en 280 dolares el metro cuadrado del terreno teniendo en cuenta la construcción para viviendas que se pensaba realizar.

    “En una sesión los concejales decidieron la venta del hospital, la modificación del código de ordenamiento urbano y la desafectación de lo público”, se queja Beatriz Goncalvez Bentes, quien a través del Centro para la Cultura y Participación Brazos Abiertos, presentó un amparo para evitar que la venta siga su curso. La sesión a la que alude es la del 7 de enero pasado. “Este edificio tiene valor histórico, testimonial, es de interés para la provincia", añade Elda Cedro, una médica de 58 años que pertenece a la Asamblea Barrial de Béccar. De la otra vereda, Héctor Prassel, Secretario General de Gobierno del municipio explicó que el edificio donde funcionaba el viejo hospital tiene cien años y está totalmente vencido. “No podíamos seguir gastando plata en un edificio que no daba más. El colegio de arquitectos dictaminó que es mucho más caro mantener este edificio que tirarlo abajo y hacerlo de nuevo”.

    En el medio de este fuego cruzado está Alejandro Gravier, vecino de Acasusso y ganador de la licitación de los terrenos del viejo hospital público para construir un lujoso edificio. Con su hermano Horacio ya han realizado otros emprendimientos inmobiliarios en distintas zonas. Además, como se sabe, maneja los contratos millonarios de su mujer, Valeria Mazza y los de la línea de maquillaje VM Beauty. También está interesado en hacer inversiones en el Hotel Mayorazgo de Paraná (lugar de nacimiento de Valeria).

    Si bien no quiere hacer comentarios sobre el tema, AG Producciones envió a este periodista un texto que explica que el 27 de mayo enviaron una nota a la Municipalidad de San Isidro solicitando información acerca de la situación jurídica del lugar. “Hasta ese entonces, AG Producciones S.A nunca estuvo enterado del conflicto que la Municipalidad mantiene con el Centro Abierto 'Brazos Abiertos'... Sin embargo AG Producciones S.A ha decidido no comenzar las obras hasta que la justicia resuelva. Finalmente, y con respecto al precio de la compra quiero aclarar que según las inmobiliarias de la zona, la suma ofertada se corresponde con el precio de mercado”. Elda Cedro le responde: “El día de la apertura de los sobres se le avisó que el acto era ilícito y que habíamos presentado un recurso de amparo”.

    La realidad es que al habilitarse en el mes de julio de 2003 las instalaciones del nuevo Hospital Central de San Isidro, el Viejo Hospital quedó desactivado. Según el decreto provincial 243 de 1952 que transfiere los bienes de la Sociedad de Socorros de San Isidro a la Municipalidad. En el mismo se señala que se deberá respetar al artículo 22 de su cuerpo estatutario que decía que “en caso de disolverse la sociedad, sus bienes nunca podrán ser destinados a otro fin que para el que ha sido fundada...". “Ellos dicen que el viejo hospital estaba obsoleto y ¿cómo se explica que ahí estaba funcionando hasta hace un año?” se enoja Susana, colaboradora de uno de los comedores de Barrios de Pie en la villa La Cava, también de San Isidro.

    Veremos qué pasa...

Carlos Forte