Y volvió nomás Nicolás Repetto para la Argentina. Sí señores, acá lo tenemos vivito y coleando cual pececito de Domínico.
Cuando promocionaba su programa, no quería contar nada, “Hay que verlo”, decía. Yo hoy cambiaría el verbo y diría: “Hay que sufrirlo”.
El tipo volvió con aires de primer mundo y descubrió que acá hay poco o nada para rescatar. Hasta el mismísimo General Perón cayó en sus garras.
Pero vamos por partes. El programa empezó con un tono de sorna diciendo que nada había cambiado desde que él había partido hasta el momento. Ustedes dirán, “ah! se fue 20 años!". No!, se fue dos años y medio. ¿Sabrá que ese tiempo para la historia de una nación es un tiempo insignificante? ¿Habrá leído en algún momento que los cambios se producen pasados unos cuantos años más? ¿Habrá leído alguna vez algún libro de Historia? No... digo, por curiosidad solamente.
Pero, bueno, el conductor nos pasó un resumen de lo que vivimos. Llamativo el asunto. Será que uno está adentro y le parece que algo bueno sucede. El informe habló de corralitos, de suba de dólar, de políticos corruptos, de un equipo de fútbol perdedor, de cartoneros, de imágenes de muerte asociadas a los piquetes, de denominaciones tales como “zurdaje” -en una voz muy especial-, del pituto, de la ESMA y de los secuestros.
Parece que los que vemos otra cosa somos un poco ingenuos (por no decir tontos) Ahora dudo. O sea, que eso de que, por ejemplo, científicos argentinos del Balseiro dieron un primer paso para crear un “láser de sonido”; o que otros descubrieron cómo crear plástico biodegradable; o que artistas argentinos son reconocidos en todo el mundo por su labor; o que deportistas que hacen un trabajo solitario y con mucho esfuerzo fueron a los Juegos Olímpicos; o, lo que es mejor aún, que millones de personas cada día nos levantamos, vamos a nuestros trabajos, creemos en lo que hacemos, no pensamos en ir a ningún lado fuera de nuestro país y le apostamos al presente y al futuro, es una pura y vil mentira. Por favor, si algún iluso y desubicado tiene algún atisbo de optimismo, vaya pronto al psicólogo.
Así y todo no me doy cuenta por qué al terminar el fabuloso e imperdible informe, uno de los que está detrás de cámaras, pedía al público que aplaudiese...
Los ingenuos y negadores de la realidad continuamos viendo el programa porque por fin una voz autorizada nos decía cómo era en verdad todo. Así es que nos puso las cartas sobre la mesa y nos instó a actuar: “Volvamos a la calle, hay que recuperar la calle”. Como todos saben, en los países del primer mundo, la gente sale tranquila, las señoras andan a las 12 de la noche “emperifolladas” y “se ponen sus joyas tranquilas”, dijo Nico. Y ahí sentí nostalgia. Fui a mi caja fuerte y miré las joyas que tantos años hace que no uso tranquila. Descubrí que mis aros enchapados perdieron el color dorado de antaño y que mis collares de perlas (de plástico, pero perlas al fin) estaban con ese color amarillo viejo de las cosas que no se usan.
Pero volvamos al punto central: a recuperar la calle. Por primera vez entendí una verdad terrible. Hace dos años que Capital Federal me deslumbra y me apabulla. Yo pertenezco a mi Gral Pacheco natal y a mi Benavídez querido. Por eso es que más de una vez me subo al colectivo 60 y me voy a reencontrar con mi esencia. Una vez allí, a medida que camino voy encontrando a mis sobrinos jugando en la calle, y si no los veo y pregunto, mis hermanos responden “están por ahí”.
Ese “por ahí” significa en la calle o en la canchita de la vuelta. Ahora entiendo, pero no se los diré jamás: los chicos están en otra dimensión, porque ahora sé que ese lugar, según Nico, se perdió. Es una proyección verlos jugar en la plazoleta o en medio de la calle. Es una mentira cuando salimos en las Fiestas y nos reunimos a saludarnos con los vecinos en la plazoleta. ¿Contra quién peleaba yo cuando en Benavídez tiraban la pelota a mi terreno desde la calle? ¡Con razón cuando vienen mis sobrinos a casa y les digo: “Chicos, armen un picadito en la Av Corrientes”, me miran absortos. Buscaré inmediatamente el número de un psiquiatra.
El asunto es que Nico está recuperando la calle y se fueron a jugar un partidito. ¿Cómo fue? Aprovecharon un corte de piqueteros y ahí nomás largaron. ¿Uno podrá ir en cualquier momento a la Av Rivadavia y hacerse un jueguito? No creo, porque en el videograf al pie de la pantalla decía claramente cuándo en la calle es un “día normal”, y mostraba autos circulando por la Av. sin problema alguno; y cuándo es un “día de piquetes” y mostraba a esos qué no sé qué piden (creo que algo relacionado a que se los incluya en el sistema, como decía sabiamente la canción de Charly: “No los oí, qué vil razón / les molestaba su barriga / (...) Gente brutal sin corazón / que destruyó el mundo nuestro”. El punto central y fundamental es que cortan las calles) Bueno, si ustedes andan caminando y ven el corte, ahí pueden jugar.
El subdesarrollado que vive en España un tiempito y luego viene acá a contarnos cómo hay que vivir, es un tipo digno de ser escuchado porque sabe, conoce, vio. En una palabra: tiene mundo. Por ello es que cuando te dice que "uno va de una burbuja a otra", hay que prestarle atención. ¡¡Rompamos las burbujas!!¡¡¡Salgamos de ellas!!!! ¡¡¡Basta de ir de una casa en donde limpiamos, cocinamos, pagamos cuentas, atendemos a otros integrantes, colgamos cuadritos para tapar agujeritos, clausuramos canillas que no andan y no podemos arreglar, etc.; a un trabajo en donde nos pagan poco, nos piden mucho, obedecemos a un jefe, aguantamos a los compañeros plomos o rebuscados y demás yerbas!!!! ¡¡¡Hermano, libérate!!!! Viví la calle.
La pesadilla siguió con la presentación de Pampita. ¿Qué les parece? Otra conductora profesional!! Modela, baila, canta, ríe. En suma, adorna bien la escenografía.
Después de ver tanto contenido, apareció Repetto con Jorge Lanata para entrevistarlo. Del último no voy a hablar, su ego lo hace bien (aunque lo noté un poco débil en sus comentarios sobre los medios) Lo destacable fue la poca libertad de palabra que le dio el conductor cuando el hombre que trabaja de periodista intentó decir que no estaba del todo de acuerdo con Blumberg y que no veía la realidad cotidiana tan terrible. En cambio, cuando le dio algún golpe a Castells, ahí le regaló todo el tiempo que necesitaba.
La diosa oscuridad, personificada por la empresa Edesur, vino a salvarme de seguir viendo el programa (claro el problema fue que se instaló hasta las 15 hs del día siguiente y volvió a acudir ayer todo el día sin que nadie la necesitase) así es que no vi el resto. No sé si hubiese sobrevivido. Tanta verdad enrostrada me hace mal.
Nicolás Repetto volvió para decirnos cuán mal estamos desde que él se marchó hacia tierras que la tienen más clara. Nos puso sobre el tapete que el país necesita justicia. Ahora bien, yo tengo una duda ¿qué pasó Repetto con tu premio Martín Fierro de oro por Fax en 1992? ¿Por qué lo cuestionaron y lo cuestionan aún, tal como lo dijo Mirtha Legrand hace unos meses? Ella dijo que prefería dejar eso así como estaba. ¿Qué pasó? ¿Hubo algo fuera de lo legal?
El país que sentimos es este, así con sus virtudes y sus defectos. Y muchos, incluido Repetto, tienen que agradecer a esos defectos porque, por ellos, están donde están.