Para aquellos que no somos especialistas en análisis y crítica de cine, el criterio de bueno o malo de una producción radica en cuánto se puede creer a lo que vemos, en cómo un actor nos hace olvidar de él y nos sumerge de lleno en el personaje y en cómo está elaborado y llevado a cabo el diálogo que se presenta.

Estamos de acuerdo en hacer un pacto con la ficción y creerla como la realidad misma.

Cuando esto no ocurre, nos parece revivir los diálogos de la obra de Pirandello, Seis personajes en busca de un autor, en donde son los mismos personajes los que piden que se muestre su esencia y su vida “real” y que no se desvirtúe según el gusto del director o de los

Hace tres semanas empezó a emitirse por Telefé la miniserie Sangre fría, y fría me quedó a mí la sangre cuando vi actuar los jovencitos que componen el elenco.

La historia tiene que ver con un concurso de genios en una universidad y con una estudiante que años atrás fue asesinada. Se teje una trama de terror (?) y misterio (?) a partir de esta última situación mencionada y los brillantes niños que utilizan su inteligencia para el mal.

Se emitieron ya tres capítulos de la miniserie que se promociona con final inesperado. No sé cómo seguirá porque mi paciencia y mi tiempo se agotaron. Por eso es que la crítica, que tendría que haber sido una vez finalizada la serie, se hará hoy. Si alguien se la aguanta y la termina de ver, avise si apareció algo bueno.

La historia me hace acordar a dos funciones de la computadora: corte y pegue. Ya se dijo mucho sobre esto, pero no viene mal recordar que, justamente en la originalidad, la miniserie no se basó.

Yo no suelo mirar películas de terror por una humana razón: me dan miedo. A pesar de la subjetividad del parámetro, ese es el principal problema que encontré: no sentí ni el más mínimo cosquilleo del

En el primer capítulo se vieron cosas espeluznantes: la maldad de los súper genios, esa mirada inquisidora sobre Matías, la atracción que nace entre dos enemigos: Renata, la rica mala, y Matías, el pibe el bueno de origen humilde.

En la primera noche que los genios se encuentran en la universidad, muere una de las chicas, y lo maravilloso y destacable fue la aparición del policía (Alejandro Fiore). Vestía un uniforme cercano al de un guardaparque y un policía de las películas estadounidense. Lo primero no podía ser, porque venía fumando (aunque todo es posible en este país de violaciones de reglas), lo segundo, tampoco, ya que la historia se desarrolla aquí. ¡Vaya a saber que imaginario tienen del policía de película de terror!

La accidentada fue a dar a un hospital y allí alguien espectral la perseguía para matarla hasta que lo logró. En un estado gravísimo, casi sin poder moverse, comenzó a correr por los pasillos (¿tendrá que ver con ese dicho de que el miedo no es zonzo?, habría que agregarle que también es insensible, digo... para contextualizar) Finalmente atraviesa una puerta cuya parte de arriba era de vidrio y muere como consecuencia de ello. Lo que a mí se me perdió de vista es la figura que la aterrorizaba. Pero eso es un detalle.

No todo se ve claramente, pero no por una cuestión de trama, sino de luces, de filmación. ¿Habrá pensado el director que si no vemos todo se vuelve más misterioso? Puede ser, pero yo no vi muy bien.

Los actores ponen la misma cara de póker frente a cualquier situación. El hermanito de Gastón Pauls, se le parece en todo, hasta heredó del hermano la fuerza de la actuación. Creo que hoy estaría, tal como estuvo Gastón, en esa sección que tenía PNP y que se titulaba algo así como “Los actores de madera”. El tipo está en medio de situaciones de máxima tensión y su expresión es la misma que si estuviese mirando Hijitus.

Julieta Cardinali, me parece más o menos creíble en otros papeles, pero el día que le tocó salir espantada porque su novio había sido asesinado salvajemente, parecía estar huyendo de un ratón.

Juana Viale, ¡Juanita Viale!  Para mí que le dio clases la momia. El otro día cometió un asesinato en medio de un juego, ya que ese ser maléfico que los quiere eliminar a todos, parece que cambió algo en el arma de juguete que le tocaba disparar a ella. A la mujercita no se le movió ni la mirada. Representó su escena como si estuviese saludando cuando uno se levanta a la mañana. Eso se llama “ser nieta de”.

Los protagonistas son Mariano Martínez y Dolores Fonzi. El primero en cualquier momento toma clases de actuación para poder convertirse en el niño superdotado, de inteligencia aguda. Dolores Fonzi parece creerse menos que yo ese contexto misterioso, terrorífico y fatídico. Habla con sentencias sea cual sea el parlamento y da la sensación de que cree que con esa mirada de niña fatal que pone, es suficiente.

No sé si habrán crecido a lo largo de la grabación, no sé si el director les hace creer que todo está bien, lo único de lo que tengo certeza es de que el paisaje elegido es maravilloso. Por eso, muchachos, den gracias a la madre Naturaleza que logra distraer de tan “escalofriante” tira.

A pesar de lo expuesto, en algo coincido desde mi humilde opinión de televidente con la promoción de la tira, y puedo asegurar que la misma es, verdaderamente, de terror.