A pesar de ser acribillados por abrumadoras pruebas en contra, ellos siguen irremediablemente en sus trece. A pesar del fallo absolutorio de los condenados en el reciente juicio del caso AMIA, ellos permanecen incólumes en el evangelio del cuento persa. Un exponente de esto es el entonces ministro del Interior menemista, Carlos Federico Ruckauf, quien se encontraba ese mismo 18 de julio de 1994 en Nueva York, y a su regreso el gobierno estadounidense le dio un número puesto: "Nosotros tuvimos una información oficial del Gobierno de los Estados Unidos sobre lo que ellos consideraban la hipótesis del atentado. (...) La tuvo el ministro Di Tella con el secretario de Estado de los Estados Unidos, y vino luego un representante del grupo antiterrorista del Departamento de Estado, y en todo momento nos planteaban la hipótesis que ellos sostenían sobre el atentado. Sostenían que había sido un atentado del Hezbollah, con apoyo de un sector del gobierno de la República Islámica de Irán. El propio secretario de Estado de los Estados Unidos le dijo al ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina que había responsabilidad, y en consecuencia el debate que relaté anteriormente estaba vinculado a que yo creí absolutamente en la información de los Estados Unidos porque no había motivo alguno para que nos dieran una información falsa. La Argentina era un aliado confiable, veníamos de participar en el conflicto del Golfo y, en consecuencia, la información que recibíamos era siempre una información que se atenía a la verdad de los hechos. Me parecía que era muy importante dejar claro este tema, y lo debatimos fuertemente y luego vino un representante del Departamento de Estado a la Argentina eh... el apellido empezaba con W, y reiteró la información. (...)”. Esto declaraba el nombrado en el citado proceso judicial, recordando que el aludido secretario de Estado del entonces presidente Clinton era Warren Christopher. Por esto, es interesante dilucidar esta trama para comprender las acciones futuras en el encubrimiento de la masacre de la calle Pasteur.
Furiosamente pro estadounidense y con excelentes relaciones con Tel Aviv, Menem logró la adjudicación del status de aliado extra OTAN, otorgado por su amigo del mismo palo George Bush padre. Pero para hacerse cargo de semejante adquisición, el hasta entonces émulo de Facundo Quiroga debió dar a su par estadounidense una pesada prueba de amor. Debería renunciar a las relaciones de sangre con la tierra de sus ancestros, Siria, dejarlos en la estacada y abrazarse con su nuevo ídolo, el virrey Terence Todman, garante exclusivo para las relaciones carnales. Sin embargo, la reacción de los defenestrados fue bastante explosiva como se dilucidó en análisis anteriores. El mensaje contundente fue ampliamente recibido por sus destinatarios, como también ampliamente dilucidado por las usinas de poder de Washington y Tel Aviv. Como estos habían tejido excelentes redes con Damasco, a partir del viraje del dictador Assad a fines de los 80, se cuidaron muy bien de señalar con el dedo acusador al aggiornado dictador sirio. Entonces, el número puesto en el tablero de los malos era el fundamentalismo árabe, encarnado en la persona física de Hezbollah. Y, como les convenía a todos, cerraron ahí sin hesitar. Todo en nombre de la suprema razón de Estado.
La posición de Hezbollah
El domingo 28 de agosto de 1994, Clarín publicó un extenso reportaje realizado por María Laura Avignolo a Nahum Kassem, número 2 del citado Partido de Dios, y al ex secretario general del mencionado Sohbi Tuffaili.
En el primero de ambos, Kassem afirma que “Hezbollah es un partido político que tiene por objetivo liberar y expulsar a los israelíes del sur del Líbano. Hemos anunciado en varias ocasiones el método con que combatimos al enemigo para terminar con la ocupación y lo combatimos directamente sobre nuestra tierra ocupada. Cada vez que efectuamos una operación contra los israelíes, la firmamos y la reivindicamos. Tenemos pruebas que publicamos delante de todo el mundo. No estamos convencidos de que las operaciones en el exterior nos sirvan a nuestro proyecto. No tenemos ninguna relación con la explosión que tuvo lugar en la Argentina. Si tenemos el coraje de decir que somos responsables de combatir el proyecto israelí y norteamericano en el Líbano, no tendríamos miedo de asumir la responsabilidad de las operaciones que ocurren en algunas partes del mundo.”
- ¿Ustedes efectúan operaciones en el exterior?
- No estamos convencidos de ese método de lucha que son las operaciones en el extranjero Incluso a los civiles que se encuentran en el norte de Palestina ocupada (como ellos llaman a Israel), no los bombardeamos si Israel no toca a nuestros civiles en el sur del Líbano. Lo hacemos para obligarlos a que cesen las agresiones contra los civiles en el sur del Líbano. Toda nuestra acción tiene como objetivo hacer frente a la agresión israelí.
- ¿Por qué cree que el gobierno y la justicia argentinos han hecho esta imputación contra Hezbollah?
- El gobierno argentino quiere aprovecharse del apoyo de los israelíes y de los norteamericanos para beneficiar al partido político en el poder en la Argentina. Después del atentado, los primeros en acusar al Hezbollah fueron los norteamericanos y los israelíes. En seguida fue el gobierno argentino el que nos acusó debido a presiones norteamericanas e israelíes. A pesar de ello, los israelíes anunciaron que no tenían ninguna prueba sobre los medios que fueron utilizados para el atentado. ¡Cómo pudieron acusar a Hezbollah de cometer ese atentado cuando ni siquiera supieron días después cómo fue realizado! Las declaraciones del gobierno argentino son contradictorias. Algunos dicen que fue Hezbollah y otros dicen que no tienen ninguna prueba. El juez argentino ha basado sus acusaciones en los dichos de un disidente iraní que dijo “yo sé todo” y después, “yo no sé nada”. Nada está basado en la verdad.
-La justicia argentina ha pedido la captura de cuatro diplomáticos iraníes, a quienes acusa de haber participado en el atentado y los vincula a Hezbollah. ¿Puede explicar cómo es la relación entre Hezbollah e Irán?
- ¡Qué Dios ayude al pueblo argentino si la justicia trabaja como ese juez de allí! No hay ningún vínculo entre Irán y nosotros en ese asunto y como lo ha podido constatar, la acusación contra Irán no se ha basado en ninguna prueba. Entre los cuatro diplomáticos implicados, hay algunos que hace años no están allí y otros hace dos meses que se fueron. Tampoco hay ninguna prueba de que estemos implicados, ni tampoco Irán. Hay una decisión política norteamericana de combatir el Islam “político”. Dicen que Irán es el representante de este Islam y Hezbollah es el brazo fuerte del Islam. En cada incidente, los norteamericanos acusan a Irán, a Hezbollah, a Hamas –el movimiento islámico muy activo en los territorios ocupados- y a los movimientos islámicos, sin pruebas.”
Cabe recordar que el juez Galeano, siguiendo directivas de la Casa Rosada, y éste del eje Washington-Tel Aviv, viajó a Caracas a bordo del Tango 01 para entrevistarse con el disidente Moatamer Manoucher; puesto por la CIA para embarrar la cancha. El interrogatorio resultó un fiasco, a pulto tal que Menem, cuando escucha la perorata en farsi, se quedó profundamente dormido.
La entrevista a Tufaili, primo lejano del entonces médico de Menem Alito Tfeli, tampoco tiene desperdicio. A continuación se ofrecen los aspectos más interesantes:
- En la Argentina, el gobierno acusa a Hezbollah de haber realizado el atentado contra la embajada israelí en Buenos Aires y contra la AMIA. ¿Usted acepta esa responsabilidad?
- En torno de un atentado todas las personas tienen derecho a construir hipótesis y análisis. Pero nadie tiene derecho de acusar sin pruebas. Cuando el gobierno argentino acusó a Hezbollah y a Irán, primero ha dicho que no tenía las pruebas sino presunciones. Como estas acusaciones no están fundadas en las pruebas, las rechazamos, son inaceptables y se inscriben en el cuadro de la campaña de los norteamericanos contra Hezbollah e Irán.
- Si Hezbollah hubiera hecho el atentado, ¿lo reconocerían?
- Sí. Si Hezbollah lo hubiera hecho, lo hubiéramos reivindicado.
- ¿Usted condena los atentados en la Argentina?
- Condenamos los atentados contra los inocentes, ya sea en Argentina o en cualquier otra parte del mundo. Es un principio. Desearíamos que todos los otros países condenaran así los atentados contra los inocentes. En Líbano hay muchos crímenes cometidos contra inocentes y nunca hemos visto que la Argentina y otro país lo hayan condenado.
- ¿Usted considera que Menem es un presidente de origen árabe, que para usted sigue siendo árabe?
- Poco importa que sea árabe o no. El hecho es que al parecer fracasó en su misión, porque no se puede tratar las cuestiones políticas y diplomáticas con tal ligereza y tontería. ¿Cómo pudo haber lanzado acusaciones y condenar sin tener juicio y después decir: “No tengo pruebas”? No es serio.
- ¿Usted cree que en la campaña electoral Menem era pro árabe y ahora es pro americano o pro israelí? A su criterio, ¿por qué cambió?
- No creo que Carlos Menem haya cambiado. El era así y solamente ahora supimos cómo era.
- ¿Por qué se ha producido este atentado en la Argentina y quién lo ha hecho?
- Puede ser una división en el seno de la comunidad judía, partidos rivales que quisieran impedir un proceso determinado. Podrían ser también los islámicos que se oponen al sionismo. Como podría ser la obra de los servicios de inteligencia, cuyo mundo es muy oscuro. Se sabrá de acá a 20 años si los servicios hicieron este atentado.
El entusiasmo de los servicios norteamericanos por acusar inmediatamente a Hezbollah y al poder islámico, y las declaraciones de Warren Christopher acusándonos nos hace preguntar si ellos no esperaban esta operación y la querían. Pero esto no sirve de nada. Son análisis y presunciones. No hay pruebas. En el Corán está escrito: “Mientras no tengas indicios, no acuses”.
Esto último es de antología -dejando de lado la presunción de las internas judías- sobre todo cuando alude al mundo oscuro de los servicios de inteligencia. Pues es de cajón que los sérpicos locales colaboraron para que la masacre de Once se lleve a cabo, como también elaboraron un cuidadoso encubrimiento que duró diez largos años. Además, no se hubiera podido llevar a cabo sin la necesaria participación de la CIA y el MOSSAD, interesados en que la pista siria pasara a mejor vida.
Disciplina corporativa
A pesar de haber fracasado en lograr que Hezbollah se hiciera cargo de haber cometido el atentado contra la AMIA, el gran diario argentino no se amilanó y continúo durante diez años sembrando la hipótesis falsaria del cuento persa. El domingo 19 de septiembre, Lucio Fernández Moores puntualiza que “todos están a la espera de lo que diga el 29 de octubre la sentencia del Tribunal Oral Federal 3, que absolvió a cuatro ex policías bonaerenses acusados por Galeano en complicidad con el gobierno menemista, según se adelantó en la lectura del veredicto. Pero una cosa es segura. Se dará por probado que la AMIA fue destruida por un coche-bomba dotado de un motor que pasó por las manos de un motor del otro absuelto, Carlos Telleldín, a quien no se le pudo probar que supiera el destino que se le daría a ese vehículo.
Canicoba Corral aprobó hace tres meses el “plan de acción” elaborado por la Unidad Especial de Investigación que encabeza Alejandro Rúa. Allí se esboza lo que debería hacerse de ahora en más. La Unidad Fiscal de Investigación del Atentado concuerda en gran parte con lo que allí se dice. La hipótesis apunta a los iraníes pero incluye una conexión local ligada al ex agregado cultural de ese país Mohse Rabbani, hoy con pedido de captura internacional dictada por Galeano.
“Hay que encontrar la conexión de este grupo con la camioneta de Telleldín”, explicó una de las fuentes. Por lo pronto ya hay una vieja prueba. Un llamado telefónico realizado por el sirio-argentino Alberto Kanoore Edul a Telleldín el 10 de julio de 1994, día en que se había puesto en venta la camioneta. Antes de llamar a Telleldín, Edul se comunicó con un Alejandro Monjo, un oscuro personaje ligado a la Policía Federal que le vendió la camioneta a Telleldín. Ambos estuvieron detenidos en la causa pero fueron liberados.
Las nuevas pistas incluyen varios llamados telefónicos realizados desde cabinas públicas en las inmediaciones de la AMIA hacia un teléfono celular de la Triple Frontera a nombre de un tal André Marques, al que jamás se había llamado antes ni se llamó después. El primero de estos llamados se hizo desde Ezeiza el 1° de julio del 94. El último, pocas horas antes del atentado y desde Aeroparque. La hipótesis dice que se trató del grupo operativo que apoyó al conductor suicida y que habría estado liderado por el colombiano Samuel El Reda”.
Mientras se terminan de escribir estas líneas, el canciller Rafael Bielsa se encuentra en la neoyorquina sede de la ONU buscando reunirse con el canciller iraní Kamal Kharazi. El objeto del meeting es definir cómo siguen las relaciones bilaterales y, en tal sentido, el hermano del malogrado DT de la selección de fútbol intentará insistir con el pedido de extradición de los mentados ex diplomáticos, acusados por EEUU e Israel de perpetrar la voladura de la AMIA.
Siguiendo una línea coherente de disciplina partidaria, no cabe esperar otra cosa de la administración Kirchner con respecto a la futura investigación del atentado en cuestión. Pues a pesar de las declamadas diferencias con Menem, la totalidad del PJ se adhirió sin ninguna fisura al cuento persa y siguió haciéndolo hasta el día de hoy. Ninguno de sus capitostes, desde los menemistas, duhaldista, ortodoxos, o transversales, osó sacar los pies de este tablero bien armadito como para regalo. Por eso, no es de esperar que esa línea acusatoria pergeñada desde Anillaco sufra a fines de octubre alguna alteración sustancial.
Es evidente que el gobierno argentino no tiene ningún interés en avanzar en el entorno sirio del ex presidente de tonada riojana, como tampoco quiere la administración Bush investigar los alcances turbios de las relaciones entre Assad, Al Kassar, los mandatarios Bush padre y Clinton, y los arreglos espurios entre éstos y Tel Aviv.
Entonces, como les conviene a todos ellos, el número puesto islámico-fundamentalista seguirá siendo el culpable principal. O sea, un musulmán suicida con turbante que tuvo el buen tino de terminar pulverizado a bordo de la Trafic virtual bicolor.
Total, los muertos no hablan... y si son inventados, mejor aún.