Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: El Mundo según Barney
Título original:
Dirección: Richard J. Lewis
Guión: Michael Konyves; a partir de la novela de Mordecai Richler
Género: Drama, Comedia – Solo apta mayores de 13 años.
Reparto: Paul Giamatti (Barney Panofsky), Dustin Hoffman (Izzy Panofsky),
Rosamund Pike (Miriam), Minnie Driver (la segunda Sra. P.), Rachelle Lefevre (Clara), Scott Speedman (Boogie), Bruce Greenwood (Blair), Macha Grenon (Solange), Jake Hoffman (Michael Panofsky).
Fotografía: Guy Dufaux – Música: Pasquale Catalano
Producción: Robert Lantos, Serendipity Point Films - Montaje: Susan Shipton
País: Canadá e Italia - Año: 2010 - Duración: 132 min.- Estreno Argentina: 8/11
La historia de Barney Panofsky es una trama bifrontal: bascula entre la visión de un joven productor de TV, y la de un maduro y cansado hombre con una mochila de recuerdos que lo atormentan. Tres matrimonios a cuestas, y una única apreciación voluntarista: el amor por la madre de sus hijos. Un amor que trasciende la materialidad mundana.
El paso del tiempo no llega sólo: Barney nos relata su vida de manera sinóptica-retrospectiva. El amor y la pérdida de amigos entrañables, moldea su vertiginosa vida de relaciones. Pese a todo, este personaje costumbrista es previsible y hasta tedioso. Nunca pasa desapercibido. Es amado y odiado al mismo tiempo. Dicha polarización, derivada de su carácter frontal, le traerá frecuentes dolores de cabeza.
Barney's Version (2010), es el título de la novela homónima del autor canadiense Mordecai Richler. Convertido en largometraje por Richard Lewis —de exitosa trayectoria en TV—, secundado por el guión de Michael Konyves, dan vida a una entretenida comedia dramática. Narra las peripecias de un productor televisivo, de ascendencia judía. De su cabeza pende la espada de Damocles: es sospechado por tres décadas del asesinato de un entrañable amigo (Boogie).
La estética planteada desde la apertura del film, es similar a los años `40 y `50: un verdadero reguero de alcohol y tabaco circundan a los protagónicos. Simil a Casablanda, donde la acción destella al compás del whisky y el humo hipnotizador. Prescindiendo del glorioso bar de Rick (de Humphrey Bogart), todas las locaciones donde circula Barney pasa por el tamiz de la adicción alcohólica. Y más: la historia se cuenta a partir del alcohol, no como un mero adjetivo, sino como un protagonista más.
El alcohol como catáfora y anáfora narrativa. Introduce la épica de Barney y la retoma constantemente. Por aquello que para desinhibir a un sujeto, nada mejor que el líquido etílico. Así todo es contado, nada queda en el tintero. Por momentos esta “verdadera propaganda” al consumo es fastidiosa. No como juicio de valor ético, sino estético. Todo se convierte en un “bar itinerante”. Superabundancia para un lenguaje cinematográfico que se agota.
El recurso cinematográfico del flasback (escena retrospectiva) es certero: nos cuenta el pasado del protagonista, y como llegó el actual estado de situación. Plantea como inicio de la historia el año 1974 (en Roma), y en paralelo (sinóptico), los años 2000.
Los contenidos dialogicos del film llegan a buen puerto, con la interacción de Boogie (a la sazón alcohólico como Barney). Ambos abren sus corazones y los textos fluyen como el alcohol huésped de su sangre. Una simbología deliberada que nos propone el director de la obra. Es el tiempo de la amistad. También de eso se habla. A no confundirse, el amor y la amistad en primer plano. Y las mutaciones que sufre este binomio con el paso del tiempo.
El guión nos propone una anatomía de la personalidad de Barney: intratable y abúlica; la relación que lleva con su padre (basada en fumar y beber); la forma arbitraria e instintiva para elegir a sus mujeres; su obsesión por el hockey, y un egoísmo incresciente. Ni siquiera con la llegada de una afección como el mal de Alzheimer, logrará rectificar.
La imagen del personaje se percibe con realismo visceral. La construcción del verosímil es lograda gracias a la formidable actuación de Paul Giamatti. Con capacidad manifiesta para transmitir todo tipo de emociones, con gran sencillez experimental. Muy loable por cierto. Un talentoso actor que nos hace reir y llorar al mismo tiempo. Ideal para la comedia dramática.
Dejamos para el postre, la referencia a las tres mujeres de Barney. Con magistral pulso en el cásting, son ideales para acompañar el paso de relatos y encrucijadas. De temperamentos disímiles, la última – el gran amor de su vida- madre de sus dos hijos. Mujer apacible, hermosa e inteligente, compañera de Barney en su madurez, que reporta en su historia el quintaesencial equilibrio psicológico.
Aunque la memoria comience a fastidiarlo (Alzheimer avanzado), Barney nos lleva con paso incierto por el camino de los recuerdos; no sólo para explicar su historia a los demás, sino para entenderse a sí mismo. La conclusión del relato es cerrado. Y Barney, bebió una cucharada de su propio chocolate…
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 4Tribunas.
Puntaje actor protagónico: Paul Giamatti (Barney Panofsky) 5 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima