Cuando se cayó la democracia, en el 2001, me dijeron que el Parlamento arreglaría las instituciones, y no hice nada… yo no me meto en política.
Cuando me dijeron que se “normalizaría el país” en 2003 y que los partidos políticos podían presentar “más de un candidato”, no hice nada... creía que eso era “normal”.
Luego, cuando nombraron Presidente a una persona que había obtenido el 22% de los votos, me calle, no hice nada.
El mismo que decían que había que cambiar la política y volver a respetar la Ley, pero puso a “dedo” a su mujer y le hizo ganar una elección muy dudosa, con muchas denuncias de fraude… no tomé partido, me calle la boca.
Después me dijeron que al campo había que sacarle parte de la cosecha a como valiera el grano, de manera “móvil”. Me dijeron que eran “oligarcas”, y mis enemigos… y yo no dije nada, porque yo vivía en la Ciudad.
Después dijeron que los planes de vivienda solo les correspondían a los amigos y militantes del Gobierno, pero como yo todavía puedo pagar el alquiler, no dije nada.
Durante los últimos años leí sobre decenas de casos de acomodos, corrupción y enriquecimiento de los funcionarios más cercanos al Gobierno, pero me dijeron que también era cierto que el país crecía y que yo no me tenía que quejar porque tenía un trabajo… opté por callarme.
De buenas a primeras me enteré que el Gobierno sacaba los fondos de los jubilados, cientos de millones, para gastarlos en “Futbol Presidencial” y el “Técno-Ital Park” de Villa Martelli. Pero como yo estoy en el sector privado no dije nada, no me afectaba.
Escuché que últimamente el Congreso casi no se reunía, que como desde 2009 los opositores parecen ser más que los oficialistas, estos últimos hacen todo lo posible para “congelarlo”. Me pareció mal, pero como desde los medios oficiales dicen que “no los dejan gobernar”. Preferí no protestar, total, todos los políticos son iguales.
Últimamente escuché que el Gobierno, persiguió a varios gremialistas. A mí no me caen muy bien los gremialistas, y como nunca se sabe con ellos… por las dudas me mantuve al margen del problema. Yo no estoy en el sindicato.
Los de la oposición se quejan de los subsidios, los despilfarros y la falta de inversión, ¡pero son temas muy complicados! Además, yo trabajo en una empresa privada… ¿qué tengo que ver con esos temas?
Las otras semanas se armaron grandes discusiones en mi trabajo por las precauciones ante la crisis mundial. Yo no le prestaba mucha atención porque parece que esto solo pasa en Europa. ¿Qué tenemos que ver con Europa? Por otra parte, ¿no es que si el dólar sube, la “competitividad” también? No hay que meterse con temas que, en definitiva, uno no conoce.
Siempre, haya o no elecciones, se recarga las tintas sobre el tema del delito, la droga, la prostitución, la mala educación. Yo no sé para que se la pasan alarmando a la gente. ¿Para qué preocuparse, si yo no vivo ni en un barrio de “esos”, ni me drogo? Esas son cosas que pasan en Colombia, México, Brasil. A lo sumo, uno conoce esos países como turista. Acá eso no pasa. Mejor, en vez de darle tanta bola a esos medios que critican y critican por la economía, lo social, la inseguridad, la droga, la corrupción, etc. etc. cada uno debería hacer como yo y dedicarse a “su” trabajo, y no andar en esas cosas perdiendo el tiempo.
Yo pensaba así. Yo creía que mi futuro, dependía de mí, que era mi responsabilidad, ¿por qué me iba a afectar a mí la corrupción, si yo no era corrupto?
¿Por qué me tenía que preocupar de un juez corrupto, si yo no era corrupto?
¿Por qué me tenía que importar que un ministro, un secretario privado del Gobierno, un empresario “amigo del poder” se llenara los bolsillos con el dinero del Estado, si no tenía yo injerencia en nada de eso, si no estaba afiliado a ningún partido político?
Bueno, yo pensaba así. Hoy, ya no pienso así.
Ayer nos suspendieron del trabajo a todos los del sector. Dicen que es por la crisis internacional, la baja de expectativas del país por la corrupción, la falta de inversión, la mala educación, la poca confianza en las instituciones, y la pésima Justicia. Sí tiene que ver con nuestro trabajo, con nuestro nivel de actividad. Dice el gerente que solo algunos vamos a quedar, que al resto, después de la suspensión, los echan.
Hoy lo entiendo. Soy de la inmensa masa silenciosa.
Hoy, vinieron por mí.
Los que hoy piensan como yo lo hacía antes, nada van a hacer por mí, así como yo no hice nada por tantos otros.
Ya no habrá nadie más que pueda hacer nada, darme una mano. La enorme mayoría piensa hoy como yo pensaba antes.
José Terenzio