Señor Director:
Es por todos sabido que la crisis internacional es un producto programado, desarrollado y culminado por los grupos económicos y financieros que utilizan a los gobiernos nacionales para sus negocios ilícitos. El resultado es la mala administración de los patrimonios nacionales con la consecuencia lógica: una deuda interna y externa que algunos estados no pueden ni podrán resolver.
Los países más importantes de occidente han caído en la trampa por la complicidad de sus dirigentes. Los de oriente han encontrado en el accionar de esos grupos un camino para un desarrollo importante para que formen parte del producto final.
En este juego de poderosos donde los únicos que pierden son los pueblos, el método es la utilización de dos excusas ideológicas complementarias que son el liberalismo y el marxismo, ambas desarrolladas en Inglaterra y difundidas en el mundo por los jugadores adecuados.
Esta introducción aclara el propósito del mensaje que se difundió desde un grupo de militares británicos respecto a la necesidad de que el Reino Unido militarice nuestras Malvinas, porque en caso de que los chinos se conviertan en aliados de Argentina, las islas no podrían ser defendidas.
Si consideramos que Kissinger está colaborando con la planificación del Estado Chino y que Soros, con el respaldo de Roschild, propone a China para liderar el Nuevo Orden Mundial, se entiende porqué el comunicado militar se convierte en una promoción para convencer a los argentinos de que acepten con entusiasmo el acceso oriental a nuestro sur (en una primera etapa).
A ello debiera agregarse el acuerdo “sojero” entre Río Negro (gobernador Miguel Saiz) con la empresa estatal china Heilongjiang, según el cual ésta podrá cultivar 330.000 hectáreas de valles rionegrinos (y argentinos). Cabría preguntarse cuántos asiáticos piensan traer para las obras de infraestructura, para el cultivo, para las cosechas, qué semillas transgénicas piensan utilizar, etc.
Supongamos que la explotación intensiva de la superficie mencionada requiera por todo concepto a cinco personas por hectárea, estamos hablando de 1.500.000 asiáticos insertos en nuestro sur. Ingenieros, médicos, obreros de la construcción, labradores, etc., que se radicarán “temporalmente” en la zona.
¿Podrá el Sr. Gobernador garantizar que los propietarios de las tierras no sean “convencidos” para vender sus predios? ¿Puede garantizar que tal cantidad de personal no encubra un contingente militar suficiente para superar a todas nuestras fuerzas armadas? ¿Puede garantizar que el instrumental que importen sea exclusivamente para la explotación agraria?
No debe olvidarse la influencia china respaldando y reciclando al régimen castrista que, fiel a su tradición, seguirá intentando exportar su revolución aunque el fracaso de la misma en Cuba sea notorio.
Es el tradicional juego de pinzas con el cual operan los titulares del sistema perverso que ha creado la crisis internacional para hacer sus mejores negocios con la desesperación de la humanidad (guerras incluidas).
Por una parte mediante la utilización de la excusa liberal y su juego financiero destruyen las estructuras productivas y sociales e hipotecan el futuro de las naciones. Por otra parte, usando la excusa marxista “liberan” espacios territoriales y sojuzgan violentamente a los díscolos que no entienden la interpretación atea y maleable del bien común.
La clase politiquera intenta convencer a la ciudadanía sobre un supuesto blindaje de la economía, que nos hace recordar a otro “blindaje” financiero que intentó legitimar una deuda externa espúrea.
Compatriotas la invasión se ha iniciado, la crisis financiera desestabilizará el sistema productivo obligando a la depredación y enajenación de los suelos, de la riqueza ictícola de nuestros mares, de la riqueza minera, forestal, etc.. Los inversores nacionales resultarán perjudicados, desde el exterior y por las decisiones de los funcionarios nativos.
Pero el más perjudicado será nuestro patrimonio nacional más valioso, los nacionales que trabajan. Deberán sufrir la competencia de los inmigrantes de todo origen que vendrán (por decisión propia o como refugiados) en búsqueda de un futuro de paz. En esa búsqueda alterarán los mercados laborales con menores salarios y los de vivienda, desplazando a los nacionales a ubicaciones marginales.
Hasta ahora el sistema alcanzó su cometido de dividir a las sociedades con la imposición del egoísmo, de la competencia y del relativismo moral. Es hora que aprendamos a aplicar la solidaridad, la complementación y los principios morales permanentes.
El enemigo juega la carta del odio, nosotros los patriotas la carta del amor. Toda lucha debe estar signada por el amor a Dios, a
Deben desarrollarse las comunidades locales con sus líderes confiables como núcleo de la sociedad municipal, provincial o nacional. De lo contrario deberemos educar a nuestros hijos con las leyes amorales del mercado libre o con las de los violentos, nativos o extranjeros, para que sean esclavos eficaces y sumisos.
Hoy más que nunca el destino de
Ignacio Beltrán
ignaciopbeltran@gmail.com