En estos días, se supo que las mentes más afiebradas del gobierno nacional, entre las que se encuentran los jóvenes de la autotitulada fracción La Cámpora, habrían acercado a la titular del Poder Ejecutivo y actual candidata del oficialista Frente para
Resulta que Servicios Eficientes S.A. —la controladora de aproximadamente 300 locales en el país— a la vez franquician a terceros, por lo que este enorme aparato de logística, llave en mano, resulta una atractiva posibilidad para el oficialismo de propagandear una nueva manera K de ir a hacer las compras, y de paso, legitimar los índices de precios falsos que el Gobierno se empeña en difundir a través de su holding de medios.
Hoy Eki está en la lona y debe la friolera de 60 millones de pesos en cheques, salarios, proveedores, etc. lo que la hace atractiva a la vista de los devoradores de propaganda, léase, las fuerzas kirchneristas en el poder.
Chino, Dia, Eki
Eki es una de las cadenas de venta de productos masivos que gestiona en el segmento del “hard discount” o de proximidad, donde sus principales competidores son las marcas controladas por los grandes hipermercados como Changomás, de Walmart. y los Día y Express, de Carrefour, junto con los chinos.
Los súpermercados chinos, el Día y el Eki funcionaron desde la crisis de los ´90 como una salida desesperada de muchos sectores de bajo consumo que no pueden sostenerse en el sistema de alta renta que las grandes cadenas como Disco (ex Ahold de Holanda, hoy Jumbo) Carrefour o Norte, esta última también transferida, proponen al consumidor de clase media. En concreto, en estos mercaditos las cosas valen menos.
Una de las causas por la que estos comercios manejan precios bajos se debe sencillamente a la súper explotación de los trabajadores de los que se nutren (todos jóvenes, con jornadas extenuantes de 12 o 14 hs).
En estos minimercados no existen categorías. El mismo empleado que repone las mercaderías suele cobrar en la caja mientras que en los ratos libres baldea los pasillos. Parte de la renta empresaria emerge de esta explotación la cual ya fue advertida en varios fallos de
Asimismo, la oferta de productos de segunda marca, antes de imposible acceso en los grandes mercados, resultó una veta por la cual estas cadenas de segundas marcas conseguían rentabilidad.
Muchos de estos productos son envasados y vendidos por las mismas empresas monopólicas de las primeras marcas, pero con otro envase y por cuenta y orden de Día, o Eki, el mismo sistema para la ropa que se cose para los ricos, los de clase media y los pobres en el mismo taller, pero para los tres segmentos.
El primer modo de ahorrar, o directamente vivir para la mayoría de los argentinos es acceder a estos productos de menos marca y no siempre menos calidad. A estos locales concurren los sectores trabajadores, con sueldos más bajos o directamente pauperizados, sector jubilado y pensionado, y por último, subsidiado, dado que aceptan tarjetas de inclusión ciudadana y de otros planes similares que otorgan los gobiernos nacional y local de la ciudad.
La caída del Eki
Uno de los golpes de gracia a Eki sería la imposibilidad de continuar sosteniendo un sistema de productos baratos y diferenciado de las cadenas grandes como Carrefour y Jumbo (Cencosud) o Coto, dado que no cuenta con financiación suficiente, y en segundo lugar porque
Estas situaciones de cierres, cambios de firma en algunos casos, e insolvencia de algunos aventureros que compraban la franquicia y luego daban maltrato tanto a empleados como a clientes, habría llevado al problema actual de la firma.
Dado que la crisis comienza a asemejarse a la del 2001, pero esta vez por la inflación, grandes capas de trabajadores no sindicalizados, o en negro, los cuenta propistas y lo del quinto quintel de la torta del reparto, vuelven en masa a los chinos y a los demás mercados alternativos.
Esto es así al punto que Carrefour desde hace dos años comenzó a lanzar una cadena paralela de mercados de aproximación, esos chiquitos con ofertas en la vidriera, para no perder al cliente frente al súper chino, el Dia y el Eki.
Resulta que, en especial en
En los Carrefour Express, los chinos, el Eki y el Dia suelen verse hombres o mujeres comprando solo lo del día o bien para dos días, ya que viven solos o en pareja, sin hijos.
Otro tipo de consumidor que es muy común ver es a la mujer con chicos comprando los elementos más necesarios y pagando con Tarjeta Inclusión Ciudadana, que es un sistema que daba
El sueño de Guillermo Moreno: repitiendo errores
Guillermo Moreno ha despertado gran interés en que el Estado Nacional compre Eki, hoy caída en desgracia.
Como nadie, absolutamente nadie cree en los precios fantásticos que emite su Secretaría, sueña Lassie Moreno con la red de 180 locales y sus 1550 trabajadores que están acostumbrados al ritmo infernal de trabajo, ya que desde el Estado, no se podría repetir, menos en tan corto plazo.
Ya el gobierno de Isabelita de Perón creía que podría contener los precios expropiando o adquiriendo empresas fundidas, así Sasetru fue estatizada, en los años 70 junto a muchas otras con resultados funestos para el fisco.
Otro que anduvo experimentando por esos andariveles fue Ricardo Alfonsín. Durante su gobierno se crearon, en los lugares más transitados de
Guillermo Moreno, el secretario de carácter duro de Comercio Interior de
La extendida cadena, resulta atractiva para Moreno y sus dibujantes del Indec, ya que nadie cree en el IPC anunciado por este.
Los precios del Mercado Central serán muy buenos, pero en la realidad no son accesibles para la mayoría de los argentinos, como bien sabe Moreno y el resto del gobierno K. Acceden al Mercado Central los que tienen un automóvil que los lleve al alejado mercado, y aquellos que planifiquen una compra grande que justifique la ida. Además se debe conseguir la nafta para llegar al Mercado Central (y volver). También acceden la gente de los barrios periféricos, pero no son accesibles para la mayoría de los 12 millones de habitantes de Capital y los tres cordones conurbanos.
Rentabilidad vs. supermercado para todos y todas
Hasta aquí, todo en la zona gris y hasta naif, pero el kirchnerismo no tiene nada de naif.
La idea central de comercio no sería competir, sino ofrecer precios de quebranto. Darle una lección a los grandes comerciantes de lo que es la nueva Argentina kirchnerista.
La rentabilidad del sector supermercadista necesita un margen del 18 al 21% de ganancias, pero ese no es el objetivo. Así como existe la guerra a Clarín, y existió la 125, Moreno pretendería castigar al comercio con precios no de competencia, sino de quebranto para las otras cadenas, en castigo por no hacerle caso en los precios máximos, hoy olvidados y aplastados, debajo de los precios reales.
Para el populismo de la izquierda costumbrista, siempre que se pueda encontrar un enemigo, castigar a alguien, o emprender una mini batalla costumbrista de la evolución cultural K, y sea un buen elemento propagandista, adelante; allá se mandarán a los Quijotes y Sanchos Panza truchos del gobierno.
Luego, quizá volveremos a ver piquetes en las otras tiendas que no se sometan a aplanarse a la nueva Eki, una Eki escrita con más “K” que nunca.
Conclusión
El aumento de los precios puede tener un elemento marginal y diferencial en la distribución de los productos, pero también responden mayormente al alza de precios, costos, tributos, servicios de los comerciantes, imposibilidades o barreras a la importación.
Es cierto que existe abuso de las grandes cadenas de comercialización, y que las clases acomodadas aceptan pagar un poco más en las grandes tiendas, pero debajo de estos abusos están también los aumentos inflacionarios que en el orden del 2% mensual, se vienen registrando a lo largo y ancho de las 23 provincias y
Que la inflación se combate con un buen acceso a bocas de expendio competitivas, es cierto, pero también se combate controlando el gasto público desmesurado, la corrupción e impunidad de los costos que el Estado transfiere a toda la sociedad por el evidente manejo de sus sucios funcionarios que llenan sus bolsillos a costa de los contribuyentes de impuestos.
Que la inflación se combate limitando la emisión descontrolada de moneda sin respaldo alguno, que dicha emisión implica falta de credibilidad del público y que deriva en menos actividad por falta de confianza. En vez de ser gastado, ese peso va al dólar y al atesoramiento improductivo.
Que la inflación se combate distribuyendo mejor la renta y no privilegiando los acuerdos cupulares entre las Cámaras que ayer eran la patria contratista y hoy son la patria pingüina, y los sindicalistas tan corruptos como ayer, pero más gordos y viejos.
Que la inflación se combate evitando cientos de millones gastados en cosas inútiles, como el Fútbol de Néstor para Todos y Todas o Tecno-Ital Park.
Que la inflación se combate con una reforma agraria para evitar el monocultivo (soja). No conocemos ningún país del primer mundo que viva casi con exclusividad de un monocultivo, por el contrario estos países son dictaduras hereditarias o cuasi (Arabia Saudita, Venezuela, Cuba, etc.).
Que la inflación se combate con gente de capacidades superiores designadas en los grandes cargos y funciones, y no con la designación de decenas de parientes y acomodados, como el extinto compañero de Alicia Kirchner, ayer Bombón Mercado, Rudy Igor, el hijo de Recalde, y otras docenas de parientes, punteros, y entenados que carecen de toda capacidad para ejercer los puestos en los que fueron designados, desprestigiando la función pública de un Estado que se transforma en un paquidermo ciego, sordo, mudo e inútil. Algunos funcionarios no solo no son profesionales en las áreas que ejercen, sino directamente analfabetos.
Por último, la inflación se combate reconociéndola y aplicando los correctivos adecuados en un tiempo que evite políticas de shock como las que nos legó el Ministro Celestino Rodrigo en 1975 y precipitó la salida de Isabelita, María Estela Martínez Cartas.
Hoy los precios relativos están aún mas distorsionados que en aquel 1975, y quizá sea el mayor problema para solucionar en los futuros cuatro años si realmente se pretende que alguien invierta en este país.
Estamos mal, consumiéndonos recursos vía subsidios a todo, en especial a la energía y el trasporte, que muy probablemente no existan en 2012 y 2013.
¿Ahí radicará la crisis de los años porvenir?
O hacemos algo, o en cuatro u ocho años nos terminarán dando una libreta de racionamiento al mejor estilo de la revolución cubana, o viajaremos en guaguas, una especie de camión-colectivo que trasporta (en condiciones infrahumanas) al pueblo laburante de aquella tropical y revolucionaria isla caribeña.
Así estamos.
José Terenzio