La presidenta Cristina Kirchner visitó sorpresivamente la Sala de Periodistas de la Casa Rosada, donde mantuvo una breve charla informal con los cronistas sobre su reciente viaje a Angola, y además ratificó su estrategia comunicacional de escaso contacto con la prensa, al deslizar que con los discursos que pronuncia cotidianamente es suficiente.
Después de mucho tiempo, y por tercera vez desde que accedió a la Presidencia, Cristina Kirchner concurrió a la sala donde trabajan los periodistas acreditados en la sede gubernamental, en momentos en que recorría las obras de refacción que se realizan en los pasillos cercanos, acompañada por el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
En ese instante un grupo de cronistas notó su presencia y la invitaron a observar los nuevos muebles que se instalaron en la Sala, a lo sorpresivamente accedió. Con poco maquillaje y grandes lentes negros que cubrían la mayor parte de su rostro, Cristina confirmó que está "mejor" de salud tras recuperarse de la gripe, pese a que aún se le percibía la voz tomada y señales de un resfrió.
Sin dar espacio a preguntas de los cronistas, inició un monólogo sobre su reciente experiencia en el viaje a Angola, país al que calificó de "increíble", con palabras reivindicativas sobre el origen marxista del polémico mandatario José Eduardo Dos Santos, quien permanece en el poder desde hace 32 años. Cuando los periodistas pudieron mencionar su preocupación por el poco contacto que pueden mantener con ella, la mandataria ratificó que su metodología de comunicación se mantendrá a través de sus discursos en los actos oficiales.
"Para información oficial están mis discursos", dijo. Sobre el pedido para que se difunda su agenda de actividades con mayor anticipación, se excusó con que "cambia mucho" y después los periodistas informan que un acto se suspendió "por esto y por aquello e inventan internas políticas". La charla coloquial luego viró a la polémica por el reparto de media con la leyenda "Clarín Miente" a niños angoleños, pero al ser consultada sobre eso la Presidenta se desentendió: "Yo no las uso", dijo y se levantó un poco la pollera para exhibir sus pantys negras.
Para ese momento la mandataria ya había considerado suficiente su contacto con los periodistas e inició la retirada saludando, exhibiendo una sonrisa y evitando responder una pregunta sobre el futuro de la cotización del dólar.