En la madrugada del 20 de abril de 1994,
Poli Armentano, el rey de la
noche, caminaba con paso firme hacia su domicilio. Nada se escuchaba en el
silencio cerrado que lo envolvía, hasta que una voz conocida pronunció
su nombre... El estruendo del disparo y el impacto de una bala en la
cabeza de Poli hicieron que este se desplomase en medio de la calle.
Una hora más tarde, débil y aferrado al hilo de vida que lo sostenía,
logró llegar hasta su edificio. Pero el camino sin regreso ya había
comenzado. Dos días después fallecía en el hospital Fernández.
Las investigaciones judiciales realizadas alrededor del caso Armentano
presentan llamativas irregularidades: ausencia de declaraciones claves,
testimonios débiles y poco creíbles, evidencias dejadas de lado,
acusaciones falsas e incremento considerable del capital del entonces Juez
a cargo, Francisco Trovato, entre otras cosas.
Todo ha parecido sumarse al objetivo de no desentrañar la verdad, de
seguir ocultando qué ocurrió esa noche, qué personajes rondaban al
empresario de las discotecas más exitosas y quiénes y por qué querían
su muerte.
Lo cierto es que la "causa Armentano" presenta una explosiva mezcla de
drogas, política y poder que no podrá ser descubierta fácilmente, ya
que involucra a personas muy importantes de diferentes ámbitos y tal vez
sea esta la razón por la cual, en el silencio de la complicidad, muchos
boguen para que nada se descubra, para que todo siga igual.
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