Cristina Fernández se cansaba de tener fuertes discusiones con el entonces presidente Néstor Kirchner, no le cerraba la alianza con el camionero Hugo Moyano, no porque se imaginara que años después terminaría aborreciéndolo. En realidad, nunca supo que entraría en una pulseada de poder, donde terminarían sacándose negocios mutuos y donde Moyano terminaría haciéndole demostraciones de poder, movilizando a su orda, tomando las refinerías de la hoy estatal YPF y luego comparándose con Ignacio Lula Da Silva, para ocupar la primera magistratura del país.
Siempre Cristina coqueteó con su “preferido”, Juan José Zanola, abogado, no se comía las “s” como el camionero. Siempre vestía de impecable traje y estaba cercano a los banqueros más influyentes.
Lamentablemente, por estos días y con la figura de Zanola esmerilada por las diversas causas judiciales, la mandataria ya no cuenta con ese abogado gremialista. Debe recurrir al denominado grupo de los “Gordos”, los mismos que en su momento le jugaron en su contra, aliados con el ex presidente Eduardo Duhalde. Dentro de poco y ante la falta de acuerdo tendremos cinco CGT, pero la “oficial” pertenecerá a este grupo.
Lo que no sabía Cristina es que, en la mentalidad perversa de Néstor, en su afán del “divide y reinarás”, Zanola tenía acceso directo al ex Presidente y un llamado del gremialista era respondido directamente. Así logró insertar al “Yabrán” de los medicamentos, Néstor Lorenzo, dentro de la misma Asociación Bancaria y su Obra Social, otrora estandarte de los trabajadores bancarios. Ahí hace la aparición estelar el “encantador de serpientes”, quien pese a haber sido denunciado años anteriores por la misma OSBA, toma el poder, al amparo de su amigo inseparable Néstor Vázquez —ex gerente general de la Superintendencia de Servicios de Salud— y de “salvadores” del abogado gremialista se convirtieron en su espada de Damocles.
¿Quién tiene tanto poder como para que un hombre como Zanola sea manejado por Lorenzo y Vázquez? Solo una orden de las más altas esferas del poder podía lograr esta alquimia, la cual para los afiliados a la OSBA se convirtió en una bomba de neutrones: arrasaron con la obra social y despedazaron una institución al amparo del propio Estado.
Aquí trascribiré algunas partes del expediente 7.975/06, conexo al 1.787/07 de la denominada “mafia de los medicamentos”, para que vean los lectores el poder que tenía Lorenzo. Se hará a través de “capítulos” para que el lector los comprenda.
Por caso, en próximas notas veremos la complicidad de BAPRO Mandatos y la conexión con las mal llamadas “cooperativas”, las cuales hoy les siguen trayendo grandes dolores de cabeza a muchos funcionarios y empresarios privados que no se cansan de amenazar con el inicio de querellas y hasta ofrecimientos de dinero, para que el equipo de Tribuna de Periodistas no siga publicando esta saga. Como siempre, se aclara que seguiremos publicando estas investigaciones, mal que les pese a muchos.
Aquí me refiero a un llamado telefónico tenido en cuenta por los investigadores y que llama la atención al juez de instrucción. Abonado N° 5182-4353, casete N° 7 de fecha 23/07/09 lado “A”. Néstor Lorenzo llama a Finanzas (16.41.30 hs) y pide por Claudio Ferrari, ex gerente de La Bancaria. Como este no se encuentra, habla con un tal Sebastián Costa al que le pregunta por unas OPIG (ordenes de pago irrevocables) que va emitir un tal Claudio a LUCMA. Sebastián le responde que al día siguiente por la mañana las presentará en BAPRO, a lo que Lorenzo le pide que las adelante por fax.
Se puede ver, como dice el juzgado, una clara vinculación con los sujetos pesquisados, y es precisamente la persona que le refiere lo que debía hacer aún en ausencia de Ferrari. Cuando la instrucción le pregunta a Sebastián Costa sobre esto y si conocía a Lorenzo personalmente este contesta: “No lo conozco personalmente, solo llamados telefónicos que él hacía a la OSBA como otros prestadores”.
La instrucción pide notar que, de esta prueba colectada, Lorenzo no resultaría ser un proveedor como otros, puesto que fue quien le señaló adelantar por fax unas OPIG a Costa. El imputado Costa en su declaración le dice a la instrucción que él solo se desempeñaba como empleado administrativo y que recibía órdenes de Claudio Ferrari; pero ya veremos más adelante por qué Costa no era un empleado administrativo más.
Conforme surge del informe aportado por quien fuera interventor de la OSBA, Ferrara, se desprende que Costa tenía las siguientes funciones: “Empleado administrativo de la Gerencia de Finanzas de la Obra Social, asistente de Claudio Ferrari, tareas generales de administración. Lugar de prestación de servicios: sede central Obra Social Bancaria Argentina, 1° piso”.
En tal sentido, el magistrado dice: “Habré de tener en cuenta los cheque que fueron aportados por el Banco Nación Argentina y luego analizados por personal de la división Spocometría de la PFA, en donde conforme el informe técnico aportado con fecha 1° de Junio del 2011, surge que Sebastián Costa figuraba como depositante o cobrador en un total de dieciséis cheques (16) del fideicomiso, por la suma de $ 800.000 (pesos ochocientos mil)”.
Se explica en tal sentido que: “….a pesar de que fueron emitidos a nombre de la Asociación Bancaria, siendo cobrados por personal de quien emitió los cheques (OSBA), con lo cual el destino real del cheque nunca fue utilizado para abonar deuda, sino para hacerse de dinero en efectivo…. Con respecto a Sebastián Costa… el mismo aparece como receptor de cheques de la Asociación Bancaria emitidos a favor de OSBA en varias órdenes de pago…”
Por su parte, dijeron que: “…también procedieron a hacer efectivo por ventanilla cheques emitidos por la Asociación Bancaria a favor de la OSBA…”. Siendo que en este caso Sebastián Costa habría cobrado veinte cheques por la suma de $ 1.000.000 (pesos un millón).
Finalmente, la instrucción dice “tener en cuenta la conversación del abonado N° 5182-4353, Casete N° 65”, fecha 17/05/09, lado “B”, conversación N° 7, saliente Néstor Osvaldo Lorenzo con Victoria (15:01:20), en donde dicen: “…V- hable con Sebastián otra vez, ¿usted esta seguro de que las van a hacer hoy? Mirá, Ferrari nos dijo que avisáramos a … (no se entiende) que iban a estar hoy, esta persona me está llamando porque tiene que ir a retirar las OPIG y vos no pasás la nota, pasá la nota de una vez y listo. Me dice bueno, ‘bueno, yo se la voy a pasar pero no sé si se la van a hacer’; le digo: vos pasá la nota, pasá la nota no importa si la hacen o no la hacen en el BAPRO, vos pasala, me dijo ‘está bien, la paso’. N- ¿Y no la pasó todavía? V- Eso fue hace quince minutos…”.
Como podemos ver, surge del mismo expediente que esto no es ficción ni operación política; solo se basa en hechos reales y la lectura detallada de los varios cuerpos que tiene este expediente.
Lorenzo tenía tanta protección política que se daba el gusto de manejar las finanzas de uno de los sindicalistas otrora preferido por nuestra Presidenta de la Nación, Juan José Zanola.
Gabriel Brito
Especial para Tribuna de Periodistas