Si algo dejó la expropiación de la ex Ciccone, aparte de la comprobación de que las mayorías no están obligadas a dar explicaciones para imponer su postura, es la imagen de una oposición dispersa, que no acierta a contrarrestar las iniciativas de un oficialismo dominante en la política argentina.
Ya había sucedido algo parecido con las expropiaciones de Aerolíneas, las AFJP y la pretrolera YFP, aunque en esta oportunidad el proyecto kirchnerista no estaba afincado en razones de interés nacional sino en la necesidad de terminar con un escándalo de proporciones en torno a la impresión de billetes.
Esa dispersión que volvió a padecer la oposición en el Congreso se contrapone, sin embargo, con incipientes conversaciones entre referentes de distintas fuerzas políticas ante el avance de sectores oficialistas sobre la idea de impulsar una reforma constitucional que incluya la re-reelección de la Presidenta.
Esta semana, uno de los líderes más activos en este sentido fue Mauricio Macri, el alcalde porteño, quien viajó a Jujuy y a Córdoba —donde se reunió con el gobernador justicialista José Manuel de la Sota— y mantuvo a su regreso a Buenos Aires encuentros con dirigentes del peronismo disidente.
Embarcado en la construcción de un proyecto de alcance nacional, Macri cometió sin embargo un grueso error político: se postuló para liderar un frente anti-reeleccionista, anteponiendo su pretensión personal a la amalgama horizontal que requeriría la confluencia de partidos y dirigentes unidos por un objetivo común.
El radicalismo tuvo una postura más abarcativa: lanzó un llamado a todas las fuerzas políticas de oposición a articular esfuerzos contra la reforma constitucional y una eventual re-reelección. En el centenario partido saben que la empresa fracasaría sin la anuencia de socialistas y peronistas disidentes.
Juego de pinzas
Los opositores proyectan un juego de pinzas sobre la provincia de Buenos Aires, el bastión electoral del oficialismo. En ese escenario adquieren más importancia distritos como la Capital, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Porque hacia arriba y abajo de la zona central del país, el dominio kirchnerista es abrumador.
Por eso hubo más de un opositor, en las últimas semanas, que le sugirió a Daniel Scioli un alejamiento paulatino del kirchnerismo. Pero el gobernador de Buenos Aires entiende que en este cuadro de situación, la Presidenta lo va a necesitar cada vez más. Y lo dejó en claro desde Chile con un consecuente apoyo a la jefa de Estado.
El territorio bonaerense es el talón de Aquiles de cualquier proyecto opositor. Porque allí el oficialismo no cuenta solamente con Scioli, sino también con Sergio Massa. El intendente de Tigre viene dando señales de una renovada sintonía con la Casa Rosada, aunque mantiene un perfil político diferenciado del kirchnerismo.
La oposición, en cambio, no tiene en el distrito más importante del país "candidatos puestos". Por eso hay tantas dudas: "Pensá si la Provincia te puede generar un fuego sagrado como para que busques esa candidatura", le recomendó pocos días atrás Macri a Gabriela Michetti, quien preferiría ser senadora por la Capital.
Por eso el año que viene la oposición necesitaría, como el aire para respirar, de una secuencia de victorias electorales del delasotismo en Córdoba, el macrismo en la Capital y el socialismo en Santa Fe. Y también de una buena performance del radicalismo en Mendoza, donde el candidato central podría ser Julio Cobos.
Cuentas proyectadas
El kirchnerismo viene de obtener el 54 por ciento de los votos con la reelección de la Presidenta el año pasado. Y se estima que si en las legislativas de 2013 sacara veinte puntos menos, no quedaría en condiciones cualitativas ni cuantitativas de impulsar una reforma constitucional. A no ser que desista de la re-re.
Entonces, el debate político sería más proporcionado. Como el que por estos días tiene lugar en el Congreso sobre la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial, que se desarrolla por carriles racionales pese a tropiezos como el del diputado Agustín Rossi con un insólito proyecto para abrir los countries.
En el plano económico, mientras tanto, sesionará el próximo martes el Consejo del Salario, que se encamina a ubicar el haber mínimo en cercanías de los 2.800 pesos mensuales. Y una vez dado ese paso, el Gobierno anunciará una suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias para revitalizar el mercado interno.
Los tiempos, como siempre, los manejará la Presidenta, aunque hace rato que le hicieron llegar una carpeta con las precisiones e implicancias de la medida a la quinta de Olivos. Allí, Cristina pasó esta semana dos días de reposo tras una lipotimia que puso en alerta a los profesionales de la Unidad Médica Presidencial.
Allí también, con certeza, meditará sobre su futuro político. Al fin y al cabo, debe ser la única dirigente de fuste dentro del oficialismo que todavía no se pronunció a favor de la re-reelección.
Mariano Spezzapria
NA