El 3 de septiembre pasado, cuando comenzó el juicio por el triple crimen de General Rodríguez, Martin Lanatta disparó munición gruesa contra Juan Ignacio Bidone, acusó a un comisario de la zona por el hallazgo de los cuerpos y politizó su declaración, lo cual, no solo preocupó al fiscal, sino también a los abogados de los familiares de las victimas.
Quien hoy aparece como una victima de una operación política, es un hombre violento; solo basta ver algunas declaraciones de testigos: algunos con terror hicieron las mismas bajo la modalidad de identidad reservada. Ni él ni sus secuaces temblaban a la hora de ejercer violencia a sus víctimas hasta con exhibición y uso de armas de fuego.
Así lo cuenta el ex SIDE Julio Pose, quien en una reunión entre Lanatta y Sebastián Forza en una confitería ubicada en Av. Callao y Santa Fe: hicieron tal exhibición de armas que un cliente del lugar llamó a la policía. Cuando Lanatta salió junto a sus acompañantes del lugar, lo esperaba un patrullero, pero duró poco en la comisaría. Se ve que hubo un llamado y todo quedó como si no hubiese pasado nada.
Lanatta actuaba bajo la protección política de Aníbal Fernández, no por ser quilmeños ambos, sino por compartir su “militancia” en el peronismo, en el club de fútbol y en los “negocios” de la zona sur.
Es por ello y, solo a modo de advertencia, que Lanatta le envió un mail al entonces jefe de ministros que este se encargo de distribuir entre algunos periodistas, solo para decir que no lo conocía, que en Quilmes viven setecientos mil habitantes y que todo lo que pasa siempre se le atribuye a él. Pero el día que su “discípulo” envió el mail, en realidad se trató de una advertencia: buscaba protección; si el mensaje se lee con atención se podrá ver que es como el alumno que acusa a sus compañeros ante la maestra. Un mensaje mafioso, “así como te envío esto puedo hablar, o seguir escribiendo”. Sabía que Aníbal jamás respondería a semejante “canallada”.
El 7 de octubre de 2009 a las 9.54 escribió: “Desde ya le pido mil disculpas por el atrevimiento que me tomé en escribirle un mail. Le comento que soy un quilmeño y conocido ahora, gracias a la mierda de periodismo que tenemos. En todo momento, usted sabrá que me involucraron en diferentes casos incluyendo en todo momento que yo lo conocía a usted y al hijo del reconocido Cacho Rey (puntero del PJ de Quilmes). Realmente lo único que se de usted es que es un quilmeño como yo. Lo molesto por cuestiones de que el organismo que está a cargo del reconocido José Luis Meiszner, este organismo todo trámite que presento me lo observan y me lo mandan a evaluación jurídica. De hecho, lo último que presenté fue dos tenencias de carabina 22 y también está en evaluación, aparte de mi renovación de portación que la necesito por seguridad propia mía ya que me dedico a venta de relojes de alta gama y metales preciosos. Ahora, si la justicia no me requiere aparte de que me presenté en varias oportunidades cada vez que me nombraban, ¿por qué el organismo que esta a cargo de este pibe (Andrés) Meiszner me persigue? Desde ya muchas gracias. Realmente no quiero accionar legalmente por una cuestión de que el organismo está a cargo de un quilmeño”. Martín Lanatta.
Advertencia o mensaje, Lanatta sabía dónde apuntaba, lo mismo que ahora. Ojalá que el excelente trabajo del fiscal Bidone pueda tender un manto de luz por los familiares de las víctimas, por la justicia argentina y para que se pueda esclarecer un hecho vinculado al lavado de dinero de la campaña del Frente para la Victoria del año 2007, la mafia de los medicamentos y el narcotráfico.
Gabriel Brito
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