Mucho se debate acerca del presunto carácter de "dictadura" del gobierno kirchnerista.
Si bien no se puede asegurar con precisión matemática, la realidad indica que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuanto menos, no es democrático.
Aquí es donde vienen en tropel los amigos kirchneristas a decir que se vota, que se puede llamar "yegua" a la presidente sin ser sancionados, y a vertir el tradicional cúmulo de argumentos pesadamente repetidos, pero astutamente simplificados.
En una democracia se vota, es verdad, pero para definir un concepto que implica múltiples características, es cuanto menos deshonesto tomar apenas una o dos de ellas, omitendo el resto.
Democracia: diálogo y respeto
Porque en una democracia además de votar, se respeta al que piensa diferente. Y respetar es, por caso, no descalificar personas. Pero aquí se descalifica gente día tras día desde el mismísimo atril presidencial.
En una democracia se dialoga, y este proceso lleva 9 años gobernando sin haber dialogado jamás con nadie.
Sin dar conferencias de prensa e instalando de manera casi obscena la voz única del líder. Transmitida a cada punto del país por la cadena nacional, con público y escenografía adecuadamente provistos para la ocasión, y, por si fuera poco, mintiendo.
Este proceso baja leyes al legislativo a los que los legisladores no oficialistas prácticamente no le pueden modificar una coma. Y eso es no dialogar. Defaultean el respeto y el diálogo.
El sistema kirchnerista (o PJ Narc & Pop del Siglo XXI)
Sabemos que el PJ de finales del Siglo XX, tanto desde el gobierno nacional cuanto desde gobernaciones regionales, ha fomentado la “fábrica de pobres”, rehenes de la asistencia estatal y el populismo.
Esto no es nuevo, esto no debe hacer sentir mal a ningún amigo peronista, esto es simplemente una realidad de la que podrían dar buena cuenta algunos buenos muchachos como Cafiero, Ruckauf, Solá, Menem, Scioli….y decenas y decenas de gobernadores regionales, todos con sus actuales resistentes asociados o con los tradicionales salteadores, hoy, prudentemente distanciados.
Lo que hizo el kirchnerismo fue sublimar el carácter siniestro de ese método, instalando, además, la división social. No la fragmentación, sino la división social por el odio de clases.
Casi una década señalando enemigos internos y externos, comida de la mejor para el estómago marxista de todos y todas.
Dicho de otro modo. Millones de pobres votando por necesidad y decenas de miles de resentidos votando por ideología. Combo perfecto, sociedad dividida, y 54% según la escala de Indra. ¡Vamos por Todo!
¿Y aquí es donde uno se pregunta, es democrático someter a tanta gente al voto plan? No, no lo es. Es defaultear el sufragio.
¿Es democrático aprovechar los sentimientos reprimidos de la izquierda setentista, para sembrar más odio y más sentimientos de enfrentamiento cultural y social? No sé si es democrático, sólo sé que es inmoral.
Sobre las libertades
Decíamos que se puede insultar sin ir engayolado, y esa presunta libertad suele ser presentada como una generosísima concesión de parte del líder. No es la libertad de opinión (de prensa, como para homenajear al 7D) que consagra la Constitución Nacional... sino que es la concesión magnánima del que, cuando quiere, te hace callar la boca. (Y acá entraban a la cancha el pibe de la inmobiliaria de la mano con el abuelito de los dólares para los nietos: Sendos escraches por cadena nacional).
No es libertad, es extorsión. Como te la doy te la quito, y mucho ojo conmigo, téneme un poco de miedo.
La libertad económica también ha sido defaulteada.
Desde el cepo (que no existe) al dólar hasta la inflación del 25% anual (que tampoco existe, volaríamos por el aire), la economía de la gente se ve atacada por el sistema perverso.
Destruimos el ahorro para el que puede ahorrar, y fomentamos una sociedad de autos 0 kms y LCD de 32 pulgadas sin una moneda ahorrada ni un recurso financiero de última instancia.
Suponga que consigue usted, amigo lector, un buen trabajo en el exterior, y como se puede hacer en cualquier país del mundo medianamente civilizado y que esté medianamente inserto en ese mundo, decide usted vender todos sus bienes muebles e inmuebles y marchar con nuevo rumbo. No puede.
No puede porque el mercado inmobiliario ha sido destruido, pero tampoco puede porque se le impide pasar por aduana sus dineros. Y si aún así se lo permitieran, imagínese la foto suya llegando a Hamburgo, por caso, con 4 maletas de pertenencias y otras 4 maletas llenas de Evitas de 100 (porque el billete de mayor denominación narc & pop sigue siendo de cien mangos).
Yo creo que ni siquiera lo llevan preso, vea...creo que directamente lo internan por demente.
Default para afuera, default para adentro. ¿Quién mueve? ¡Muevo yo, Mauro! (Compañero Kiciloff).
Ni osaremos tocar el tema de las restricciones a la libertad de circulación o permanencia. Hay un temita que se llama "seguridad", la gente lo reclama a gritos, pero el gobierno se lamenta de “no haber podido solucionar la sensación de inseguridad”.....(Garré dixit, pongan a Olarticoechea).
Conclusiones
Con las libertades sensiblemente recortadas, con el diálogo político absolutamente clausurado, con los medios de comunicación copados al 75% y en ascenso, y con la perversidad instalada desde el poder, uno se atreve a decir que esto no es una democracia.
En todo caso vivimos bajo un sistema pseudodemocrático.
Vulgar, falto de gestión, poblado de funcionarios demasiado menores, ladronzuelos, scruchantes de bondi, conventilleras de barrio vueltas diputadas, declamadores de bodegón....irritante e irritable, una democracia de ángulo muy agudo le diría....
La Democracia debería ser como un abanico amplio, abarcando 180 grados… bueno, esto que nos concede graciosamente su majestad la arquitecta egipcia es agudo, muy agudo, y se va cerrando cada vez más...y cuando usted cierra y cierra un abanico ....lo que le queda en la mano es un palo….
Y eso sí se llama dictadura.
Fabián Ferrante
Seguir a @FabianFerrante