Ficha técnica:
Título para Latinoamérica: Néstor Kirchner, la película.
Título original: Néstor Kirchner, la película.
Dirección y Guión: Paula de Luque. Colaboración de Carlos Polimeni. Asesoramiento de Ricardo Forster.
Género: Documental, Biográfica- Apta para todo público.
Productor: Paula de Luque– Distribuidora: Distribution Company.
Música: Gustavo Santaolalla.
Fotografía: Marcelo Iaccarino. Edición: César Custodio - País: Argentina- Año: 2012 - Duración:110min. – Estreno Argentina: 22-11-2012.
Nada tan esquivo para un cineasta como el traspié en la búsqueda del género literario para su narración. El documental por excelencia construye y se legitima en un relato descriptivo /explicativo, y no en la dramaturgia de epopeyas mesiánicas. La lógica del pueblo elegido (peronismo k) vs. los profanos (resto del arco político), es ajeno al género histórico-biográfico. Néstor Kirchner, la película (2012), no es biográfica, sino dogmática.
Advertencia: primero hay que aclarar que una crítica cinematográfica se funda en el hecho literario y en los distintos dispositivos del lenguaje y de la técnica fílmica y no en la proclama a favor o en contra de tal o cual personaje histórico. La visión histórica de un ex mandatario, pertenece a las ciencias sociales. La alcahuetería y la genuflexión, es arena de otro costal.
La sinopsis que circuló como publicidad del film, nos habla de “una película que excede el relato documental y construye a partir de una narrativa poética, íntima y sensible; la epopeya política del hombre que condujo la transformación social más importante del país en el último medio siglo. Cobijada en la música de Gustavo Santaolalla, rodeada por la inmensidad de los cielos patagónicos y por el aliento cercano de las barriadas populares, la figura de Néstor Kirchner surge como un catalizador de época, y como el centro de una aventura humana y política que todavía está desarrollándose”. (SIC)
Del párrafo precedente, la única verdad es la realidad: la banda musical de Santaolalla; suma a la fotografía de Marcelo Iaccarino (pintando la majestuosa geografía nacional), un escenario de contemplación. Propiciatorio a todo tipo de alegorías, y épicas surrealistas.
Los dispositivos del lenguaje cinematográfico son esencialmente de dispersión, no de condensación. Estos últimos pertenecen al teatro. En el primero, el espectador es manipulado con mayor facilidad por la lente del director. Nos muestra a discreción su discurso, y no como lo construye. En el segundo, el público realiza su propio recorrido de los hechos y los conceptualiza.
La cineasta Paula de Luque, no sólo equivocó el género (la forma del lenguaje y la narración), sino lo más disparatado: manipuló la realidad de los hechos, escondiendo fechas, mezclando “voz overs” para exaltar un relato ficcionado, haciéndolo pasar como realismo cinematográfico. Por ej.: falta de placas que indiquen las fechas, lugares o identidades de los entrevistados no sólo le exigen al espectador, no hay relato concreto y definido que una de principio a fin todos los sucesos. Todo se reduce a un simbolismo dogmático que preocupa. Trata al espectador como niño, al que se puede vender cualquier juguete. Luque extravió el concepto de “Documental para Todos”, vinculándolo a unos pocos: al kirchnerismo acrítico.
Hay una voz que atraviesa la estructura del relato: “Vengo a proponerles un sueño”…“quisiera que me recuerden…” —titulación catafórica— simboliza una renovación permanente. Al tiempo que las elipsis del texto, deconstruyen el sentido de lo narrado. No hay inclusión poética en el guión; sino exclusión y dispersión conceptual a la hora de sintetizar imágenes.
Sólo épica narrativa (subjetiva) de los buenos contra los malos. Del divide y reina, por sobre las ideas de un mentado programa nacional y popular, que nunca sabemos de qué se trata. No hay formulación de métodos, conocimientos y legitimación del mismo: sólo relato ficcionado. Otro ejemplo de esta inconsistencia narrativa. Las escenas licuadas de contenidos —como "el pago al FMI", "el ALCA", "el retiro de los cuadros", "la 125" y "la Ley de Medios"—, son fantasmas carentes de relevancia en la trama. Tópicos que en ningún momento se los desarrolla o explica.
La película está hecha para despertar admiración y no curiosidad. La curiosidad lleva al sujeto a querer aprender más de un personaje, en cambio el ruido, la nostalgia épica que se repite hasta el hartazgo, obnubilan e hipnotizan. La edición del film, es un mero collage o mosaico donde “todo vale”. Ese “todo” sirve para la cooptación o propaganda política de las masas.
El género propagandístico o panfletario, es muy caro en el metraje de la señora Luque. Es más, en una entrevista periodística, resaltó exultante: “asumí el documental de Kirchner también por militancia. Yo soy kirchnerista pero sé que debo hacer una película más amplia”. Posturas apologéticas, autocelebratorias, reducen una obra literaria o fílmica a la genuflexión. Los políticos pasan, las películas quedan: la propaganda política, como el adversario conceptual del arte.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 2 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Género Documental
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta – buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima