Sí, es cierto... existe el temor a ser usados el 18A por una arcaica derecha golpista.
Pero en este momento eso ya no puede ser excusa para no salir a manifestarse pacíficamente, porque hay un peligro mayor, inminente y cierto: el puñal en la República lo está hundiendo el propio (y legítimo) Poder Ejecutivo.
Si pudiéramos acceder al retrato de Dorian Gray de este Gobierno veríamos la imagen de alguien corrompido por el poder y la ambición, alguien que traicionó sus discursos republicanos y de transparencia, alguien que sólo le tira huesos al pueblo mientras ellos y sus amigos engordan con la mejor carne, alguien tan construido en la mentira que su paranoia es buscar grietas por donde pueda colarse una verdad y sellarla como sea definitivamente, y nos devolvería la imagen alguien alocado tratando de apagar una sospechosa llama en un bosque con un tanque de gasoil.
El pueblo ya entendió que este Gobierno es muy poderoso así que, aunque se sienta dañado o vea peligrar su futuro, eligió aliarse a él. Es un "Síndrome de Estocolmo"; la víctima agradece que el victimario no lo agreda de peor manera y desarrolla entonces un vínculo afectivo con el poderoso al punto que termina odiando a las autoridades que buscan su liberación.
Me gustaría ver muchas familias humildes y rostros morochos en la marcha, y que sea masivo en las provincias, sería una valiente autosanación y un mensaje contundente.
Quizás algún día tengamos un Gobierno en el cual el retrato en las sombras devuelva la misma imagen que el discurso en la luz.
Entonces quizás el afecto del pueblo por su líder sea genuino y sano, y podamos transformar el círculo vicioso en un círculo virtuoso.
Diego Vargas
dvp.diegovargas@gmail.com