La
tapa del diario El Territorio de Misiones del 17 de mayo publica una foto
de tres avionetas abandonadas por sus tripulantes en distintos caminos de la
provincia. Acompaña la imagen una extensa nota sobre el contrabando de drogas.
Dicen allí jefes de fuerzas de seguridad consultados por el diario, que en la
provincia no existen pistas clandestinas, que los pilotos descienden en los
caminos para eludir la acción de la ley, que las naves están acondicionadas
para volar sin escalas 1200 Kms. sin escalas.
Curiosamente, la
nota dice que hay una profusa actividad de inteligencia de los narcos en busca
de caminos poco transitados que permitan el aterrizaje furtivo, es decir: pistas
clandestinas meticulosamente elegidas. El dato pone en evidencia la intención
de las autoridades de seguridad de delegar la responsabilidad de la ubicación
de las pistas en sus colegas de Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba, Buenos
Aires y Santiago del Estero.
Tres días después
de la nota misionera, El Liberal, de Santiago del Estero, publica en tapa la
foto de un avión arrojado a la banquina de un camino secundario atribuyendo su
propiedad a los narcos.
Los aviones estaban vacíos y en la banquina
En todos los
casos mencionados se capturaron los aviones vacíos. Según explicaciones de la
DEA - las que se confirman en la nota de El Territorio - , los aeroplanos son
acondicionados como tanque de combustible volador dejando espacio sólo para el
piloto y la carga, la cual podría superar algo mas de 400 Kgs. Se puede
deducir, entonces, de la sola vista de las fotos (seis aviones en total), que
han ingresado al país no menos de 2400 Kgs.
Tales volúmenes
parecen extraordinarios comparados con los 60 K contrabandeados a través de la
empresa aérea SW. Pero, en el conjunto, la información tiende a suscitar en el
lector la idea de que la cocaína sólo vuela.
Es un error. La
cocaína también rueda y navega. Los mayores cargamentos se han encontrado a
bordo de camiones y barcos. Los ya viejos decomisos de las operaciones
Langostino, Stroberry, Puertas Blancas, Café Blanco y Oro Blanco, suman
toneladas transportadas en camiones.
Oro negro, oro blanco, oro en polvo
En la víspera,
varios diarios patagónicos notificaron de un tráfico de 30 K de marihuana a
Caleta Olivia, Santa Cruz, a través de la empresa Oro Negro cuya propiedad fue
atribuida hace un par de años al desaparecido empresario postal, Alfredo Nalib
Yabrán., Aunque en este caso, los propios empleados de la empresa dieron parte
a la policía tras esperar varios días que alguien retirara la encomienda.
Oro Negro, Oro
Blanco y otras fleteras con base en el barrio de Pompeya, Buenos Aires, que
conectan con puertos patagónicos, podrían acarrear sustancias peligrosas
incluso obrando de buena fe, pues al transporte terrestre no se lo somete a
tantos controles como al aeronáutico.
La insensibilidad de la tecnología
Recién el
mes pasado, el gobierno de USA se propuso cooperar con un scanner para
monitorear los contenedores del puerto de Buenos Aires en una operación
conjunta DEA - PFA. Pero es difícil que los narcos se expongan a escasa
distancia del propio Presidente de la República.
En un reportaje
concedido al diario El País de Montevideo hace diez años, el entonces
jefe de la DEA en Buenos Aires, Gregory Phillips, dijo que mientras su agencia
iba cerrándole puertos a los narcos en el norte, ellos iban operando cada vez más
hacia el sur.
Sólo le bastaría
a la DEA tener presente que hace un año la Prefectura Argentina capturó un
barco pesquero con 130 Kgs. de cocaína frente a Puerto Deseado, Santa Cruz,
para estar seguros de dónde poner el scanner. Así como en el 2001 lograron que
la Fuerza Aérea Argentina trasladara su mejor radar a Salta y Misiones para
detectar vuelos clandestinos.
Carlos Duré
Rebanadas de Realidad
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