Los vecinos de Ituzaingó se vieron conmovidos al enterarse de la noticia. El domingo 29 por la noche se había incendiado el boliche Club Leloir, pero por suerte no hubo que lamentar víctimas, ya que durante esa jornada el local se encontraba cerrado.

La apertura de este boliche estuvo signada, como es costumbre, por una serie de denuncias realizadas por el dúo de concejales Sanguinetti-Repetto. Los ediles opositores se cansaron de cuestionar la apertura del local, pero lo más promisorio fueron las declaraciones de Sanguinetti, quien habló de un posible incendio. ¿Será vidente o tenía algún tipo de información de alguién cercano a su entorno?

Vale la pena aclarar que desde los despachos oficiales de Ituzaingó se dejó en claro que se habían llevado adelante todos los trámites necesarios para la habilitación del lugar, incluso -se dijo- se contó con la minuciosa inspección del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos aires, que dió por habilitado el lugar, más allá de las cuestiones mediáticas de Sanguinetti-Repetto.

Minutos antes de las 22 sonó la alarma en el cuartel de los bomberos voluntarios de Ituzaingó. Club Leloir se estaba incendiando y hacia el lugar partieron varias dotaciones de bomberos. Al llegar vieron que el incendio, al que dominaron tras una hora de trabajo, había comenzado en tres lugares diferentes, lo que hacía suponer, y así lo hicieron saber, que el mismo era intencional.

Ante los bomberos se presentó Benito Ferreti, quien se desempeña como sereno del lugar, y que contó lo sucedido. Un par de individuos habrían entrado por el fondo del local y tras reducirlo, se dedicaron a buscar «papepeles» en las oficinas, tras lo cual, comenzaron el incendio en tres zonas distintas.

Llegada la policía, comenzaron las primeras averiguaciones. Las primeras pistas coincidían con el informe preliminar de bomberos: un incendio intencional, por lo tanto, los investigadores se abocaron a buscar las causas del mismo.

El gerente del boliche, Samuel Ossipoff,  le habría contado que es además gerente de un local similar en la zona de Haedo, que extrañamente también sufrió un incendio parecido y también habría dicho que no sería ajeno a ese hecho, el empresario de la noche Daniel Bellini.

El portal de internet Tribuna de Periodistas publicó, meses atras una extensa nota, en donde se da cuenta de las andanzas de Bellini, y su posible vinculación con el intendente de Morón, Martín Sabbatella.

En esa nota, se contaba cómo Bellini se habría quedado con un boliche en Castelar, tras el «incendio» de la casa del dueño y la vista gorda que los inspectores municipales de Morón hacían a sus distintos emprendimientos bailables.

También se da cuenta- en la misma nota- del allanamiento que realizó la policía en la casa que Bellini tenía en Parque Leloir, donde fueron secuestrados dólares falsos. Como vemos, elementos no faltan, para sacar una semblanza de este personaje y sus amigos.

Ahora bien, con estos datos alguien puede suponer que en realidad la oposición del concejal Sebastían Sanguinetti a la puesta en marcha de Club Leloir tenía que ver más con una puja de intereses económicos que a cuestiones referidas con la seguridad del local. Basta recordar que Sanguinetti responde políticamente a lo que diga el intendente moronense, Martín Sabbatella y anunció el fatídico incendio.

Otro de los elementos que los investigadores estarían teniendo en cuenta, es la sorpresiva presencia de la concejal Susana Repetto instantes después que se produjera el incendio.

Según algunas versiones, Repetto habría llegado al lugar a los gritos de «yo les dije que se iba a incendiar, yo les dije que se iba a incendiar», moviendo la cabeza de un lado a otro, como buscando alguna cámara de televisión, lo que motivó una rápida respuesta de los vecinos presentes que a los gritos le pidieron que se retirara.

La idea de ir a sacar un rédito político, en un tema que viene por demás oscuro, le salió bastante mal a Repetto.

Como vemos, no solamente fue un incendio, sino que a partir de las investigaciones policiales se podría llegar a algo muy oscuro, en donde los negocios de la noche comienzan a mezclarse con la política.

Diego Panizzo
diegopanizzo@hotmail.com