"Los peronistas, los que somos leales al presidente peronista, lo primero que tenemos que hacer es aceptar su estrategia. La estrategia es la que el presidente (Néstor Kirchner) fija”, declaró el ministro del Interior Aníbal Fernández, según consta en un despacho emitido por Urgente 24 en el comienzo de la tarde del viernes 24. Justo cuando se diluyó el fantasmal acuerdo entre Duhalde y K, ampliamente difundido durante el comienzo de la semana por el multimedios Clarín, el bastonero presidencial sale al ruedo a pedir domesticación a los díscolos que no se someten a la voluntad de su jefe.

A toda luz, en estos días ha resultado evidente que el oficialismo ha incurrido en un grueso error de cálculo, provocado probablemente por ser víctimas de intoxicación de sus usinas informativas. Tanta encuesta inflada rentada, unido a una gran dosis de periodismo obsecuente, les ha obturado la visión de conjunto, y creyeron que lo que tenían sobre el tapete era un tablero de TEG: “Kirchner habla de plebiscitar su gobierno en las próximas elecciones legislativas. Y juega todas sus fichas a su esposa Cristina. La actual senadora por Santa Cruz sería candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires. Una muestra de renovación y de la prometida 'reforma política para transparentar la democracia'.

Alguien dijo, en Lomas de Zamora: 'La candidatura de Cristina es una provocación, es mojarle la oreja a Duhalde y al peronismo bonaerense...'Si los Kirchner no convencen a los Duhalde para que Chiche desista, el matrimonio en el poder dependerá del aparato electoral que pueda montar Felipe Solá. El mismo que durante años fue Secretario de Agricultura y Ganadería de Menem, y que llegó a la gobernación de la mano de Eduardo Duhalde. Otra muestra de la 'renovación y transparencia política' del modelo K. En el caso que Cristina Kirchner presente finalmente su candidatura y sea derrotada, el poder del matrimonio gobernante tambaleará. Aunque el PJ logre triunfos en otras provincias, gracias a los referentes locales.

La pelea de fondo, sin duda, se librará en territorio bonaerense, donde el duhaldismo y "Chiche" parecen conservar su hegemonía de tantos años. Por otra parte, Duhalde sabe que si cede su territorio, nada le quedará, ya que nunca construyó un esquema político en el resto del país. Si la pelea entre los Kirchner y los Duhalde se produce, habrá que ver que pasará con la gran cantidad de legisladores duhaldistas, y con algún funcionario nacional que aún responde a Duhalde. Los Kirchner parecen dispuestos a pelear contra todos, mientras el gobierno hace piruetas en el aire para llegar a las elecciones de octubre, en medio de reclamos, conflictos y contradicciones.

Su particular manejo del poder, sus fracasos en lo económico-social, y su política de confrontación permanente, los han llevado a una encrucijada difícil de resolver", según el análisis de Carlos Rodríguez Mansilla.

Pues el gobierno nacional apostó todas sus fichas a un hipotético reacomodamiento sin el matrimonio Duhalde en el espectro político, como antes había teóricamente sepultado las aspiraciones menemistas. Intentaron soñar sobre un escenario virtual, concretamente la estratégica provincia de Buenos Aires, en la cual un obsecuente Felipe Solá avanzaba ufano sobre los despojos del otrora poderoso aparato duhaldista. Sin percibir que elaboraban castillos en el aire, los kirchneristas apostaban a una casi segura defección de Chiche a la candidatura a senadora, y un encolumnamiento sistemático detrás de la figura de Cristina Elizabeth Fernández de K. Como la esposa del ex presidente de transición simuló vacilar, se montó una operación de prensa destinada a presionarla malamente para que se baje.

Ni corto ni perezoso, el matrimonio opuesto sacó a relucir que nada de esto era cierto, que el mentado acuerdo era producto de un exceso de voluntarismo y resolvió dar pelea.

Entonces, a los supuestos peronistas resueltamente trasversales se les quemaron los papeles, al fracasar estrepitosamente su estrategia de presión mediante intoxicación mediática.

Mientras que en el tradicionalmente elusivo escenario capitalino, la candidatura del canciller Rafael Bielsa viene a llenar el agujero producido por la alicaída figura de Aníbal Ibarra, un muerto político que por ahora se resiste a los embates tribunalicios cuando casi nadie da 5 centavos por su cuidada testa. Otro frente de tormenta en el distrito metropolitano, es la seguidilla de no tan raros escraches que viene sufriendo el auto proclamado centroderechista Ricardo López Murphy. Ayer jueves 23, le tocó el turno de manifestar su repudio a los muy serviciales miembros de Quebracho, quienes ocuparon el espacio dejado la semana pasada por otros piqueteros virtuales afines a la caja del oficialismo. Según informaciones confiables, fueron los mismos que el año pasado montaron un incidente bufonesco en la esquina de Bernardo de Irigoyen y Carlos Calvo, y hace unos meses los conminaron a efectuar un risible boicot a la petrolera Shell. Así como, según se denunció en este sitio, a finales de mayo pasado ocuparon por la fuerza un comedor de la Asamblea de San Telmo. Por más que el pinguinerismo lo niegue, resulta claro que esos grupos son motorizados por ciertos sectores del mismo para radicalizar la campaña, y recalentarla al uso nostro. Y por lo visto, no se investiga ni la real procedencia de los mismos, como tampoco se indaga demasiado en la muerte del Oso Cisneros y los reales detentadores de los desmanes del viernes 16 de julio en la Legislatura porteña.

Lo que viene

Aumentan los nervios en Balcarce 50 ante la inminencia del fracaso en el armado de las listas de senadores y diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires, a pesar de la prescripción de los tiempos de la justicia para que sean entregadas, como tarde, el próximo jueves 30 de junio.

Ante el estrepitoso fracaso para negociar, el presidente Kirchner instruyó a Felipe Solá para que arme él mismo las listas y las tenga terminadas el lunes 27. La idea es insistir con el tema de los "tres tercios", divididos entre el kirchnerismo, el felipismo y el duhaldismo, lo cual no convence al caudillo de Lomas de Zamora. Sabe Duhalde que felipismo y kirchnerismo son sinónimos y sólo está dispuesto a negociar -léase "ceder"- el 50% de la lista.

La clave de toda la pelea está en la Legislatura bonaerense, único lugar desde donde Solá puede llegar a lograr su aval para armar el proyecto político que desea a futuro y que Duhalde no quiere perder a sabiendas del poder que le confiere para continuar con sus propios "negocios".

¿De esos negocios hablaba Solá cuando aseguró que quería ver preso "al que vende drogas en la puerta de una escuela, en un boliche o en un barrio"?

Lo cierto es que Duhalde no confía ya en las promesas del kirchnerismo y sabe que, si cede ante el Presidente, se acabará toda la inmunidad -e impunidad- con la que goza hasta el día de hoy.

Por eso, mientras desde Casa de Gobierno le piden que "baje" la candidatura de su esposa "Chiche" a senadora, el caudillo bonaerense exije ("extorsiona", según Anibal Fernández) que primero se "negocie" el armado de las listas partidarias con sus propios lineamientos y condiciones. El kirchnerismo, por su parte, está ansioso por presentar oficialmente esta semana la candidatura de Cristina K, lo cual sólo se hará efectivo cuando el duhaldismo de señales de vida.

En medio de tanto desencuentro, el primer mandatario comenzó a trabajar el viernes pasado en la confección de una lista provisoria, junto a tres de los intendentes aliados más importantes de la provincia: Alberto Balestrini (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Julio Pereyra (Florencio Varela), al tiempo que forzó algunos encuentros con Hugo Curto, poderoso intendente de Tres de Febrero y hombre fuerte de Duhalde.

En otro orden de cosas, el kirchnerismo continúa atacando la figura de López Murphy con la oculta intención de tapar el nombre de Elisa Carrió de los principales medios de prensa. Carrió es la enemiga más odiada por el Gobierno y genera una real preocupación en la puja por la Capital Federal.

Y es que, ya sin las encuestas "truchas" de Artemio López -que daban un 70% de dibujada imagen positiva al Presidente-, se torna difícil competir en la Ciudad de Buenos Aires frente a una Carrió que lidera holgadamente los números del distrito.

Sigue sin hablarse del tema SW, sigue sin hablarse de los fondos de Santa Cruz y, lo más insólito, sigue sin haber debate político alguno que muestren a la población propuestas concretas.

"Es poco, pero es lo que hay", diría el verdulero de la esquina de mi casa...