Sergio Massa llegó apurado a una de las propiedades más exclusi- vas de la Ciudad de Buenos Aires. Lo esperaba el anfitrión, José Luis Manzano, con una sonrisa amplia y preparado para el abrazo que los une en cada encuentro.
Después de definir algunos detalles, Massa le confió esa tarde de principios de 2013 su secreto mejor guardado: había definido romper con el kirchnerismo, anunciar su candidatura a diputado nacional y dar el primerpaso como presidenciable.
Manzano se puso a su servicio y resolvió uno de los problemas que lo desvelaba: ya tenía un candidato para el poskirchnerismo. El cónclave fue en Mariscal Castilla 3050, la casa que once años atrás había quedado destruida por un incendio en un confuso episodio que tuvo como protagonista a Diego Maradona. Desde hace algunos años, y tras profundas refacciones, Manzano la utiliza para recibir a un puñado de invitados a los que considera importantes.
El ex ministro de Interior de Carlos Menem nunca abandonó la política. En los últimos años ganó la confianza de Massa y se convirtió en uno de sus principales asesores políticos. Si bien no está en el día a día de la campaña, las charlas entre Massa y Manzano son frecuentes. Comparten cenas y suelen conversar por teléfono cuando el candidato está de gira por el interior del país.
Quienes participaron de la última fiesta de la Vendimia en marzo pasado fueron testigos privilegiados de la cercanía entre “Chupete” y Massa. Ambos se ubicaron en la mesa principal, junto al otro accionista del Grupo América, Daniel Vila y a su pareja, Pamela David. Una vez que concluyó la gala benéfica, Manzano y el candidato a presidente del Frente Renovador se trasladaron a la galería de la residencia de Vila para alternar entre mates y copas de champagne.
La charla derivó, inevitablemente, en quién sería el próximo presidente. No hace falta aclarar por quién se inclinó el mendocino.
Más allá de su rol de asesor político, Manzano aportó un factor clave para la campaña del ex intendente de Tigre. Fue el responsable de acercar al consultor peruano Sergio Bendixen, el arquitecto de buena parte de las decisiones del líder del Frente Renovador.
Bendixen fue uno de los consultores que trabajó en la campaña del voto latino en las elecciones que llevaron al demócrata Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, mientras que Manzano es uno de los argentinos con mejores vínculos con el Partido Demócrata. Los lazos del empresario con Estados Unidos se estrecharon cuando emigró al Norte a comienzos de la década del noventa, tras dejar el gobierno de Menem.
Además de convocar a Bendixen, Manzano y Vila pusieron a disposición de Massa los medios que poseen en la Capital Federal y en el interior del país. Los candidatos del Frente Renovador tienen presencia permanente en las diferentes pantallas del grupo América.
Sin embargo, cerca de los directivos del multimedios se empeñan en minimizar ese hecho y aseguran que las puertas están abiertas para todos.
“Hagan la medición de segundos que tienen cada uno y se van a dar cuenta que están equivocados”, insisten. En el sciolismo refuerzan la teoría de la predilección de los mendocinos por Massa y recuerdan que fue en uno de los programas de América donde pusieron un vídeo donde se veía al gobernador viendo a su equipo de futsal, Villa La Ñata, en medio de la última inundación de la provincia de Buenos Aires.
Negocios. Su apuesta por Massa no le impide tener un aceitado diálogo con algunos ministros del círculo más íntimo de Cristina Fernández.
En los últimos meses, el empresario mendocino visitó al ministro de Economía, Axel Kicilliof, y fue convocado por el jefe de gabinete, Jorge Capitanich. Buena parte de las charlas tuvieron que ver con el rol informal que cumplió el ex ministro de Interior en la frustrada negociación con los fondos buitre durante el primer semestre del año. En medio del concurso de acreedores de la empresa de cable Supercanal, Manzano tuvo que lidiar con el fondo de inversiones NML, de Paul Singer, que compró parte de la deuda de la compañía en el mercado. A diferencia de lo que sucedió con el Gobierno, Supercanal consiguió arreglar con ese fondo de inversión.
Manzano, además, no quiere quedarse afuera del último gran negocio que puede otorgarle el gobierno de Cristina: la adjudicación para la explotación del 4G. Junto a Movistar, de Telefónica; Personal, de Telecom, y Claro, de Carlos Slim, Manzano y Vila podrán ofrecer el servicio de telefonía celular. Ya fueron adjudicadas licencias a los prestadores preexistentes, y solo falta que se concrete el desembarco de Arlink, la empresa de los mendocinos. Para eso, los socios del Grupo América presentaron cartas de intención de dos pesos pesados de China, las empresas Huawei y ZTE. Sin embargo, en el sector de las telecomunicaciones se encendieron las alarmas porque la semana pasada se cumplieron los 20 días hábiles que tenía el Estado para la asignación del espectro. Al cierre de esta edición no había sido otorgada la licencia a Arlink ¿Una simple demora que puede ser salvada? Quizás.
Hace dos meses cuando se publicó el decreto por el cual las empresas de medios de comunicación podían canjear deuda previsional por pauta oficial, Manzano estalló en furia. Esa práctica, pergeñada por el accionista de América y que tiene la venia de la Presidenta, ya se utilizó en reiteradas oportunidades. Durante la última negociación, los dueños del Grupo América habían solicitado que el canje de 100 millones de deuda se hiciera por licencia de servicios de comunicación para ampliar el monto a canjear.
Los enviados del grupo se retiraron de la reunión con el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, confiados en que le habían torcido el brazo y lo habían convencido de la conveniencia de la modificación. Sin embargo, al otro día, cuando se conoció el contenido del decreto, se encontraron con la redacción original. Fue un golpe a las arcas del Grupo América. “El Chino nos odia”, se le escuchó decir a uno de los accionistas un par de días después de que se conociera la redacción del decreto presidencial.
La cuestión impositiva no es menor para Manzano y su socio Vila. En 2004, un juez de Mendoza, su pago chico, les concedió un sorpresivo recurso de amparo para no pagar sus impuestos a la AFIP. En el mercado aseguran que la suma adeudada en concepto de obligaciones impositivas llega a los 4.000 millones de pesos.
Fuentes del Grupo América aseguran que esa deuda trepa a los 1.000 millones de pesos. Pese a eso, Manzano analiza la posibilidad de ampliar su grupo de medios, que administra en el día a día su socio, Vila. Sobre sus escritorios tienen una carpeta con la posibilidad de ampliar su participación y quedarse con el control del periódico Ámbito Financiero, actualmente en manos de otro de sus socios Orlando Vignatti.
De esta manera, sumarían un diario a los canales América, América 24 y radio La Red, todos con presencia en el área metropolitana. En la actualidad, el Grupo América, con fuerte presencia en el interior del país, cuenta con diversos diarios, radios y canales, que se suman a Supercanal, la segunda empresa de cable más importante del país.
Mientras Vila atiende los medios, Manzano se dedica a los activos vinculados a la energía. Sus viajes a Venezuela, México, China e Inglaterra son frecuentes. En su última aparición pública hizo un llamado a los inversores a llegar al país. Hábil declarante, Manzano aprovechó la ocasión para elogiar al CEO de YPF, Miguel Galuccio. “Consiguió precios e inversiones; está recuperando la producción y buscando socios calificados”, aseguró el empresario. Sus elogios son interesados. Junto a YPF, Manzano explota el bloque de Chachahuen, el más cotizado de Mendoza.
El verano, que lo encontrará en Punta del Este, será clave para Manzano. Allí, se comprobara si su apuesta por Massa rinde sus frutos o deberá redireccionar sus esfuerzos hacia otro candidato. Por ahora, las encuestas que tiene sobre la mesa ratona de su oficina de Palermo le dan la razón (Revista Noticias).