Nuevamente, el humor ácido y corrosivo de Langer y Mira ha dado en la tecla. Porque sin tapujos, muestra las miserias de una época donde el presidente Kirchner, además de confrontar a diestra y siniestra, manifestó que no tiene ningún tapujo en estar en campaña permanente.“'Dicen que hemos frenado el aumento del 10% a jubilados. Pero no hemos frenado nada, no teníamos previsto aumentar a jubilados. Entonces, no se puede frenar lo que no estaba pautado. Es importante cultivar la verdad”, enfatizó el presidente Néstor Kirchner en una de sus habituales lecciones desde el Salón Blanco. La tirada de orejas a algún funcionario más papista que el supremo pingüino, es el resultado lógico de una campaña carente de pasión y de ideales movilizadores. Con la esperanza de un acuerdo con el duhaldismo definitivamente hecho pedazos, y con las listas de las señoras que pretenden repartirse el queso gigante de la provincia de Buenos Aires impugnadas, que mejor un poquito de ciencia ficción para revolver el avispero y mantener un poco arriba la atención de las masas. En este invierno las bajas temperaturas coinciden con el frío de la política encerrada en teatros, donde una engañosa estética alquilada no se levanta ni a la mañana y los funcionarios de turno se permiten tirar brulotes a la prensa con tal de que no se paren las rotativas. Cuando es elegante e imprescindible no conmover, se apela a cualquier recurso para mantener contenta a la hinchada. Para elevar su atención, y evitar que no se quede dormida hastiada por tanto palabrerío y gestos inútiles, es conveniente machacar con más de lo mismo.“Miente, que siempre algo quedará”, recomendaba el inventor de la propaganda política Joseph Goebbels. Quien, conviene decirlo, además de ser el genio maligno de la maquinaria de convencimiento masivo de Hitler, era doctor en filosofía y teología de la universidad jesuítica de Heidelberg. Por eso, la definición cruel del personaje de “la Nelly” adquiere dramática contundencia: “Las propuestas no importan, si total después nadie cumple nada”. Importa la campaña sin fin, los saludos de claque, las ovaciones de los partidarios alquilados por el chori y el vino, las alusiones de rigor a los padres fundadores del justicialismo y las constantes diatribas contra los ingratos ex amigos.
Como también, no interesa para nada si los aliados circunstanciales de hoy ayer tenían puesta otra camiseta, y por ende si el río suena, serán los primeros en tomarse el olivo. Pues después del hundimiento del Titanic, producto innegable de la desidia humana, ningún capitán se va a pique con su buque. Pero la orquesta sigue tocando en cubierta luego de que el iceberg del sinsentido abrió a canal el casco, con la vista fija en la nada mientras en cubierta atruena el grito de sálvese quien pueda.
La atomización del peronismo es la imagen certera de la disgregación del país, que no encuentra un rumbo coherente luego de las jornadas dramáticas de diciembre de 2001. “Cambian los actores pero no el guión. (..) Y ellos, los responsables, siguen allí. Entre los pasillos y los sillones de las instituciones. Desde adentro, o desde afuera del Estado. Criticando la corrupción y mezclándose entre los honestos para pasar desapercibidos. Entre las sombras o frente a la luz de las cámaras de televisión, riéndose de nosotros. Siempre”. (El Golpe S.A., de Guillermo Arisó y Gabriel Jacobo). Siguen estando ahí, sobre todo aún robando cámara porque también gran parte de la sociedad civil no pudo, o no quiso, generar figuras de recambio que oxigenen las vetustas estructuras de los partidos políticos.
En 20 años de democracia, escasas vertientes dentro de esta corporación han surgido para inyectar nuevos aires a tanta atmósfera viciada de corrupción. “Si los viejos siguen en TV, como dice el tema No bombardeen Buenos Aires de Charly García, se debe gran parte a la apatía generalizada que se cuela por los huesos como el gélido invierno.
Lo que viene
Como decíamos más arriba, finalmente confesó Kirchner su verdadero parecer respecto a su propia gestión, al asegurar que realmente gobierna en mira a las elecciones de octubre. Lo raro es que nadie le haga ver que, aunque lo diga irónicamente, es una frase políticamente infeliz, como cuando se dijo -en el marco del día del periodista- que a estos se los "apretaba" con un fuerte abrazo.
La verborragia incontenible del presidente y sus laderos son una postal de lo que realmente pasa por la cabeza de quienes manejan el destino del país y que debería preocuparnos. Es una carta que el duhaldismo aprovecha para su propio crecimiento y para victimizarse de manera implícita. Sabe Duhalde que las tonterías proferidas por el actual Presidente de la Nación le resta votos para octubre y a eso se debe parte de su silencio de los últimos 10 días.
Luego de que se revelara que la realidad de la pelea entre kirchneristas y duhaldistas es por la jugosa caja de la provincia de Buenos Aires (más de $ 28.000 millones por año), ambos contendientes se miden con mucho más cuidado que antes. Y aunque ninguno se atreve a revelar aún las denuncias más contundentes que tienen contra el otro, comienzan a insinuar ciertos aspectos a la prensa. Por caso, a la redacción de este periódico no dejan de llegar improbables acusaciones por parte de uno y otro bando, enviadas por colaboradores de ambos contendientes.
Hay mucho por contar sobre Kirchner y Duhalde, ambos tienen demasiado que esconder. Pero esto debe ser hecho en el marco de un debate profundo sobre la incompatibilidad de ciertos "negocios oscuros" con la función pública. Los delitos que manchan a uno y otro candidato son demasiado similares, sólo es cuestión de imaginarlos.
Fuera de esto, se sabe que la estrategia de Kirchner a futuro consiste en participar, a partir de mañana, en 3 actos por semana hasta octubre. Su intención sería la de superar el 40% de los votos en todo el país, lo cual se hace realmente improbable ya que los tres principales distritos argentinos le son esquivos.
En Capital Federal -mal que nos pese- la mejor posicionada es Elisa Carrió, a pesar de que para el oficialista diario Clarín Bielsa esté a la par de la dirigente del ARI. En la provincia de Buenos Aires ganará quien tenga el manejo de los principales punteros del conurbano, tal cual ha sucedido históricamente. Ese es, indudablemente, Eduardo Duhalde. Y en Santa Fé, el socialismo lleva la delantera de la mano de Hermes Binner.
Mientras tanto, nadie gobierna. Todos están enfocados a las elecciones y a sus estrategias personales. No hay aún inversiones legítimas que lleguen al país y la pobreza no decrece a pesar de que los principales medios aseguran que la economía ha crecido poco más del 10% en lo que va del año.
¿Es Kirchner un hombre de suerte? No cabe duda alguna, la coyuntura lo ayuda por demás y las exportaciones permiten cubrir la falta de un plan económica concreto.
Los que no tienen suerte son los ciudadanos de este país, que aún no tienen claro a quién votar para octubre y sólo les resta elegir a los candidatos "menos malos". La mayoría de los candidatos de hoy cargan con su propio prontuario, casi no hay nuevas figuras políticas y eso desinfla los ánimos de la ciudadanía que cada día se interesa menos por la política y va perdiendo sus esperanzas en que algo cambie.
Lo que es sencillo de anticipar es que, gane quien gane, nada cambiará.
¿A alguien le cabe alguna duda?