Martes 17. Faltan 5 minutos para las 8 de la mañana. Una carta documento de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está en viaje por correo a la redacción de revista Noticias. En ella se advertirá a la revista que podría ser denunciada en los tribunales de Comodoro Py 2002 si continúa publicando datos sobre los 138 nuevos espías K del organismo. La Ley Nacional de Inteligencia prohíbe la divulgación de semejantes secretos de Estado. Se supone que revelarlos se inscribiría dentro de los “hechos, amenazas, riesgos y conflictos que puedan afectar la seguridad interior y exterior de la Argentina”, los mismos que el Código Penal sanciona con uno a seis años de prisión. A esas horas tempranas, quien esto escribe se comunica vía chat con un importante ministro de Cristina Kirchner.
Noticias: ¿Así que nos mandan presos?
Ministro: ¡Jajaja! ¿Por?
Noticias: Por los 138 pebetes de la AFI.
Ministro: Dejate de joder…
Noticias: La AFI avisó por escrito que nos embocaba y otras fuentes nos dicen que viene carta documento.
Ministro: Digamos que en esta se hicieron embocar solos. Pero tenés una ventaja. Si te espían los mismos que publicaste, estás salvado. ¡Jajajaja!
Noticias: ¡Ah, muy lindo todo! Esto es truchismo de Estado.
Por lo visto, ni siquiera en lo más alto del Gobierno se toman en serio la idoneidad de los nuevos agentes, seleccionados de apuro entre gallos y medianoches para reemplazar a la vieja guardia de la exSIDE por una banda de militantes flojos de antecedentes profesionales.
Pasaremos por alto la inquietante humorada de que entre sus funciones se incluya la de espiar a periodistas o críticos del oficialismo.
La formulación “truchismo de Estado” es candidata a título de tapa. Marca la diferencia entre una legislación pensada, transparente y al fin patriótica y una simple maniobra politiquera del partido de gobierno para llenar de amigos y leales sin carnet un área tan sensible de la administración central. Un paso de comedia.
Una payasada que hunde en el barro del espionaje la credibilidad de los que mandan. Y un grave condicionamiento para el presidente de la Nación que asuma el próximo 10 de diciembre.
La AFI ha pasado a ser una unidad básica kirchnerista, señores. ¿Denunciarlo viola la ley? ¿O el propio gobierno la vació de contenido y racionalidad en beneficio propio?
Los lectores (y, para cuando esta edición esté en la calle, también un juez federal) tienen derecho a saber cómo y por qué decidió esta revista, es decir, este grupo de periodistas que me tiene como editor responsable, pararse ante el riesgo eventual de cometer un delito que puede terminar consagrando a los presos menos pensados de la convulsionada coyuntura post Nisman. Así fueron las cosas.
La decisión. Empecemos por el principio. La revelación por parte de Noticias de la nómina completa de quienes egresaron en febrero de la Escuela Nacional de Inteligencia significa, mucho antes que un logro periodístico, una muestra espeluznante de la ineptitud que inspira a los nuevos comandantes de la ex SIDE. La filtración de la papeleta desde sus propias filas dibuja un disparate digno de Maxwell Smart, con las disculpas, claro, del entrañable Superagente 86. Y ya que nos ponemos televisivos, viene al caso citar el apodo que se ha ganado Oscar Parrilli, delegado de CFK en la AFI, en las entretelas del organismo. Lo llaman “Alfred”, por el mayordomo de Batman. No manda. Asiste apenas. Y dicen que hay que explicarle los temas específicos de la actividad tres o cuatro veces, porque no los entiende. Imaginemos a gente que no puede controlarse a sí misma previniendo un atentado terrorista e impidiendo la salida o el ingreso al país de un cargamento de cocaína.
La paupérrima seriedad del asunto se confirma cada vez que se analiza, nombre por nombre, quiénes son tales postulantes. En las páginas que siguen se agregan más y más referencias al respecto:
-Militantes juveniles de La Cámpora, el randazzismo, el sciolismo, el urribarrismo y los radicales K del ex Coordinadora Leopoldo Moreau.
-Funcionarios de segunda línea de los ministerios de Salud y Desarrollo Social, que maneja con manu militari Alicia Kirchner.
-Concejales del conurbano que dejaron sus bancas.
-Empleaduchos del Senado bonaerense y la Cámara de Diputados de la Nación.
Y la frutilla del postre: tuiteros dedicados a desacreditar periodistas y opositores en las redes sociales.
Ganarán 20.000 pesos por mes. Oscar “Alfred” Parrilli dispuso para ellos un comedor en el subsuelo de 25 de Mayo 1, sede de la Agencia, donde se come a bajo costo. A tono de estudiantina, los agentes parafrasean el programa de “Precios cuidados” oficial cuando recorren el gustoso menú: “Precios vigilados”, se ríen mientras reponen proteínas para vigilarnos.
Tanta truchada fue ganando espacio sobre la mesa de edición de Noticias junto a la bendita lista de los 138 agentezuelos Nac&Pop. Los riesgos de publicarla motivaron horas de reuniones con abogados penalistas, editores y redactores.
La letra fría de la ley, que ampara la total discrecionalidad del Poder Ejecutivo para designar valiéndose del más estricto secreto a sus espías de confianza, puede complicar a la revista si un juez determina que la cuestión de fondo es la preservación de dicho secreto en sí misma.
Pero el recorrido minucioso de la lista permite apreciar que no estamos hablando de agentes secretos hechos y derechos, sino de otra cosa.
De hecho, durante años, Noticias y otros medios de Editorial Perfil se abstuvieron de publicar rostros como el del ahora temible Antonio “Jaime” Stiuso sin pixelarlos o cruzarlos con una franja negra, pese a las historias tremebundas que se contaban de ellos. Fue, en realidad, la Presidenta quien nos animó a cruzar eventualmente la frontera.
Cristina señaló que tras ese secretismo se había amasado una peligrosísima mafia con la que convivió sin chistar durante 12 años y una tarde decidió sacarse de encima porque los viejos correveidiles se estaban cambiando de bando a tono con la campaña electoral. Es el Gobierno quien debería explicar qué pasó durante la "década ganada" con sus aliados stiusistas, cuando dormían en la misma cama, gastaban toneladas de dinero público sin control y se operaba pornográficamente contra cualquiera que osara no ser oficialista.
En síntesis: mostrar que estos pretendidos espías no fueron seleccionados para defender la soberanía sino para militar por el kirchnerismo desde la oscuridad del anonimato y hacer caja, definió la decisión de publicar y desmenuzar la lista. De no hacerlo, nadie hubiera podido saber que los K resuelven el viejo problema de la SIDE con un nuevo despropósito.
La cautela y la cautelar
Jueves 19. Faltan 5 minutos para las 2 de la tarde. El bolillero de Comodoro Py designa al Juzgado Federal Nº 10, a cargo de Julián Ercolini, para analizar una presentación que huele a censura. Oscar “Alfred” Parrilli solicitó, en nombre de la AFI, una medida cautelar para que Noticias se abstenga de “continuar violando la Ley de Inteligencia”.
En sus párrafos centrales, cuya primicia corrió por cuenta de la agencia militante Télam, se señala:
“La línea editorial del medio gráfico involucrado, anterior y posterior a la publicación de la noticia que motiva esta denuncia, evidencia un deliberado desprecio hacia la norma infringida”.
Llama a que nos abstengamos de “realizar publicaciones que impliquen la continuidad del delito atribuido, obligando a los mismos a abstenerse de revelar información a la que de cualquier forma pudieran haber accedido y cuya divulgación infrinja la Ley 25.520”.
“Es llamativa la preocupación que ha despertado en cierto sector del periodismo, del que los denunciados forman parte, la incipiente evolución de la inteligencia nacional hacia paradigmas más transparentes y democráticos”.
Tal como se ve, el escrito acusa a Noticias de despreciar la ley, habiendo innumerables muestras previas de que eso es falso.
Lo hace insinuando que la publicación de los 138 acomodados K en la AFI sería una movida maliciosa de los desplazados stiusistas y adivina un delito en publicar informaciones que aún se desconocen.
Para el Gobierno, designar a dedo a un montón de adeptos a la vez representa un paradigma de la transparencia y la democracia.
Y sin demasiada diplomacia me llama delincuente.
Al cierre de esta edición, ningún escrito judicial había llegado a la redacción. Y evaluábamos denunciar al Gobierno por intento de censura previa.
Repito lo dicho al importante ministro del principio. Muy rico todo. Truchismo de Estado (Revista Noticias).
Muy cierto "Truchismo de Estado". Pero de eso y mas somos culpables todos los argentinos. Por divertirnos con las payasadas, humos y humores del turco y no ver el fondo de la "cosa pública". El circó siguió y siguió.... hasta ahora y nosotros no somos capaces de indignarnos realmente y de decirles Basta. Cada uno de nostros continua mirandose el propio ombligo.
Donde hay tanto dinero sin control y tantas chances de poder discrecional, es natural que la ambición desmedida genere corrupción.
Donde hay tanto dinero sin control y tantas chances de poder discrecional, es natural que la ambición desmedida genere corrupción.