Ni bien se conocieron los índices del costo de vida y precios al consumidor que
informa el Instituto de Estadísticas y Censos –INDEC- al finalizar
cada mes, las publicaciones de los distintos medios periodísticos
reflejaron los aumentos de los productos básicos de la Canasta Básica
Alimentaría y de la Canasta Básica Total, determinando que en el mes de julio
una familia tipo –padre, madre y dos hijos- necesitan para vivir $ 787.
Este monto es necesario para superar la línea de pobreza, lo que realmente
implica un aumento de 1.1% con relación
al mes de junio próximo pasado.
La autoridades del Indec confirmaron
"que la Canasta Básica de
Alimentos –CBA- que define la línea de indigencia
subió 1.12 por ciento",
es decir $357,76 y creció más que
el promedio de costo de vida, que aumento
el 1% Con estos resultados, en los últimos siete meses
del año trascurridos, la CBT
acumuló un alza de 6,36 %, mientras que,
si se compara con julio de 2004,
el alza es de 8,58%
El aumento en las
dos canastas fueron impulsadas por un alza promedio de 1,2% en alimentos y
bebidas, especialmente en los que componen el grupo básico para la
supervivencia diaria.
Si bien todos estos índices son reveladores de la gravedad de la situación
social y financiera en la que se encuentra el país, nunca resulta claro cómo
se determina y cómo están compuestas las dos canasta –CBA ,CBT- , las cuales
se forman en función de los hábitos de consumo
de la población y
por los bienes y servicios no alimentarios respectivamente.
Pero mas allá de la suba de estas canastas y de todos los índices
que se determinen, lo que realmente importa es que la pobreza avanza, que
más de 14 millones de argentinos son pobres. De ese total,
8 millones 600 mil niños menores de 18 años viven en la pobreza
y más de la mitad -4 millones 400 mil- son indigentes, desnutridos y
viven al límite de la muerte, con
carencias alimentarias que no les permite siquiera acceder a los alimentos básicos
indispensables como es un vaso de leche.
Es lógico: un sachet de leche convencional subió un 1,4 %
de su valor -cuesta promedio $ 1,43- y sus derivados
como el queso, a traves de sus
diferentes variedades, aumentó desde
el 5,3% hasta el 1,9%.
Todo ello demuestra que las
cifras son alarmantes, que todavía no se ha tomado verdadera conciencia de la
situación de nuestros niños y de sus familias.Las autoridades nacionales y
provinciales continúan diciendo que "en comparación con gobiernos
anteriores se esta mejorando ....”; que "el trabajo en negro
descendió en porcentajes", que "existen programas para chicos
de la calle", o bien "canastas para sus padres",
o se habla de la existencia de fallos judiciales, en los cuales el Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires tendrá que
pagarles a los cartoneros una suma determinada de dinero
para evitar que sus hijos trabajen con ellos, a fin de evitar el trabajo
infantil y demás.
Evidentemente estas son "frases hechas" que forman parte de un círculo
que se cierra y es más de lo mismo, en el cual el trabajador de todos los días
que sale en busca de changas para mantener a su familia está cansando de
escuchar promesas y discursos.
Todo en el marco de un país en el cual mueren 55 niños por
día por causas evitables y que produce alimentos para 260 millones de
personas.
Graciela
Catalán Álvarez