La propuesta apunta a determinar de dónde salen los fondos para sostener las distintas iniciativas que lleva adelante la Anses y la comanda el siempre recomendable portal El Auditor.
Allí se explica cómo el organismo financia cada objetivo, entre los que figuran el pago de las jubilaciones y pensiones, la Asignación Universal por Hijo (AUH), y el Conectar Igualdad, entre otros.
En primer lugar, en necesario aclarar que la ANSES tiene cuatro fuentes de recursos: los Ingresos Tributarios, que son los impuestos, como IVA y Ganancias; los Aportes y Contribuciones que realizan los monotributistas y las empresas; las Rentas de la Propiedad surgidas del rendimiento de las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS); y los Ingresos No Tributarios.
Sobre cómo se distribuyen estos fondos, hay que tener en cuenta que el gasto más importante del organismo corresponde al programa Prestaciones Previsionales, es decir, el pago de las jubilaciones y pensiones. Tanto es así, que la iniciativa insume dos de cada tres pesos que salen del presupuesto de la ANSES.
Como ocurre con casi todos los ítems del presupuesto nacional, los cálculos que se hicieron a principios de 2015 fueron modificándose durante el transcurso de los meses, lo que en definitiva alteró las estimaciones que, en el caso de la ANSES, estaban vinculadas a los superávits que el organismo pretendía alcanzar.
Esto es más notorio si se toma el programa Prestaciones Previsionales que, justamente, había comenzado el año con una partida disponible de $ 342.493 millones, monto que se cubriría sin sobresaltos echando mano a tres de las cuatro fuentes de financiación de la ANSES, por ejemplo, Aportes y Contribuciones, Rentas de la Propiedad y los Ingresos no Tributarios; porque al sumar los créditos iniciales de esos componentes, se obtenían $ 360.826 millones y así los números cerrarían incluso con un superávit de $ 18 mil millones.
No fue posible. Aquellas modificaciones mencionadas, y sus consecuencias, ya se evidencian con los nuevos montos vigentes dentro del presupuesto de la ANSES. Más claro: todos los componentes incrementaron sus proyecciones en estos meses, tanto lo destinado al pago de jubilaciones, como las fuentes de financiamiento, aunque la magnitud de estas evoluciones fueron bien distintas.
El programa Prestaciones Previsionales alcanzó un monto vigente $ 350.403 millones (subió unos $ 8 mil millones); mientras que la suma de los tres ingresos seleccionados trepó a $ 362.229 millones (apenas $ 2 mil millones más). Y así, si bien la nueva proyección sigue dando superavitaria, este resultado positivo es menos que lo estimado inicialmente, llegando algo más de $ 11 mil millones.
Pero si se toman los montos efectivamente ejecutados, o sea lo percibido y lo pagado hasta el 30 de septiembre de 2015, el panorama deja de ser alentador y muestra que los gastos se incrementaron aún mucho más rápido que la acumulación de recursos.
En los primeros nueve meses del año, ingresaron a la ANSES $ 287.082 millones por las tres fuentes de financiamiento mencionadas; mientras que el pago de jubilaciones y pensiones insumió $ 287.802 millones, lo que da un déficit de algo más de $ 720 millones.
¿Cómo se cubrió ese rojo? El organismo previsional dispone de una boca más de entrada de fondos con la que, por lo menos hasta septiembre, pudo financiar ese déficit e incluso sostener al resto de sus iniciativas.
Ese “resto” no parece ser poca cosa, ya que están incluidas las partidas para la AUH, Asignaciones Familiares, Seguro de Desempleo, Conectar Igualdad, Progresar, Atención a las Excajas Provinciales, Subsidios a Excombatientes de Malvinas, indemnizaciones a los Expresos Políticos y hasta las Transferencias al resto de los organismos del Estado nacional.
Esta fuente de recaudación es el ítem Ingresos Tributarios, entre los que se puede destacar además de IVA y Ganancias, los adicionales que se pagan por el consumo de gasoil, GNC y cigarrillos.
En este caso, también el superávit previsto para 2015 fue decreciendo a medida que transcurrían los meses, aunque no se pasó para el lado del déficit. A principios de año se había estimado percibir casi $ 129 mil millones en concepto de Ingresos Tributarios y, por otro lado, la suma de las partidas para todas las otras iniciativas que financia la ANSES daba como resultado $ 107 mil millones, arrojando un superávit cercano a los $ 22 mil millones.
Con el paso de los meses, la evolución de esta porción de recursos y gastos fue casi pareja: el nuevo monto vigente de los Ingresos Tributarios trepó hasta los $ 138 mil millones, y el las erogaciones del organismo que no corresponden a jubilaciones y pensiones alcanzaron $ 116 mil millones, incluso elevando el superávit inicial.
Pero, los motos ejecutados hasta el 30 de septiembre evidencian un marcado descenso de ese resultado positivo, porque los Ingresos Tributarios le aportaron a la ANSES $ 107 mil millones, pero los desembolsos del resto de las actividades del ente sumaron poco más de $ 97 mil millones, lo que significa que el superávit fue de casi $ 10 mil millones, un 44,6% del desempeño previsto.